Direbús, joven asociación de transporte de viajeros a nivel nacional, ha convocado este miércoles movilizaciones en más de 20 provincias como muestra “desesperada” contra “el olvido, la falta de ayudas y de medidas concretas” por parte del Gobierno central hacia el sector del transporte discrecional y turístico de viajeros, a raíz de la crisis sanitaria del coronavirus. La protesta, secundada por otras asociaciones ya existentes, también ha llegado a la provincia de Cádiz, y una caravana de autobuses de diferentes empresas ha recorrido durante la mañana la capital y colapsado por momentos el tráfico.
En todas las movilizaciones a nivel estatal ha existido un denominador común: la reivindicación de miles de pequeños y medianos empresarios exigiendo medidas urgentes y concretas que les permita enfrentarse a los graves efectos que la pandemia “ha tenido, está teniendo y tendrá en este sector”.
Este colectivo asegura encontrarse “al borde del abismo económico”, presenciando día tras día, “la muerte agónica de sus de empresas, creadas, desde la nada, con esfuerzo y sacrificio de varias generaciones y de millones de profesionales que forman y han formado parte de este sector”.
En Cádiz, según datos de la Asociación Empresarial de Transporte de Viajeros en Autobús de la provincia (Asobús), este sector está compuesto por 60 empresas, con una flota que ronda los 800 autobuses, que dan empleo a unas 1.200 personas y que tiene una vital importancia a la hora de vertebrar y cohesionar el territorio, como soporte para el transporte escolar, el turismo y el transporte de los empleados en las grandes empresas, por citar las actividades más visibles.
“Tras meses de espera sin soluciones, sin propuestas concretas, ni menciones y habiendo asistido ya, a la lamentable situación, de que compañeros se hayan visto abocados a presentar el concurso de acreedores voluntario, la gravedad de la situación ha desembocado en que miles de empresas del sector del transporte discrecional y turístico emprendan la única vía que tienen a su alcance: la reivindicación y las movilizaciones, que otorguen visibilidad a un sector que, pese a su indiscutible papel estratégico en el sector turístico, y su innegable impacto a nivel social y económico no se ha tenido en cuenta en ninguno de los reales decretos, ni intervenciones que desde los diferentes ministerios, comunidades autónomas y demás administraciones públicas que se han venido realizando”, se queja en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz Marcos Zambrano, de Autocares Zambrano, representante de Direbús a nivel provincial.
PREOCUPACIONES Y EXIGENCIAS
El sector, en la actualidad, está en una situación “crítica” ya que ninguno de los ámbitos de actuación con los que tradicionalmente trabaja goza de salud suficiente como para vislumbrar “un futuro optimista”. En cuanto al transporte escolar, no se sabe cómo volverán los alumnos a las clases, cuáles serán los aforos autorizados de los vehículos, si los contratos serán prorrogados o no y con qué cantidad se indemnizará por el servicio comprometido pero no realizado por causa de fuerza mayor ajena a las empresas.
En cuanto al transporte discrecional, se ha paralizado al cien por cien, ya que está prohibida la movilidad para los colectivos habituales que venían haciendo uso de este tipo de transporte y, por lo tanto, esta actividad ha desaparecido.
Y con respecto al transporte urbano, el regular y metropolitano, aunque tienen un movimiento testimonial, más por la imposición de mantener los servicios que por el uso real que la población hace, conlleva a un desequilibrio económico brutal.
A esto hay que añadir una serie de necesidades transversales que el colectivo viene trasladando a todas las administraciones para que se tomen medidas de manera urgente. Así pues, según apuntaban desde Asobús a representantes del Ayuntamiento de Chiclana y la Diputación en una reciente reunión, es imprescindible, por ejemplo, bajar el IVA de los servicios de transporte para que se incentive su uso, practicar una moratoria inmediata como se ha hecho en otros sectores con sus cargas financieras para los leasing de los vehículos, los impuestos de circulación o las tasas municipales, fortalecer y agilizar canales profesionales de la ITV para que sea más rápido y sencillo cumplir con este requisito, que está ligado a la seguridad vial, pero que en ocasiones supone tener un vehículo sin trabajar mucho tiempo.
Por otro lado, se reclama desde hace mucho tiempo que sea considerado como actividad turística con todas las medidas de apoyo que se arbitren, ya que en la cadena de la oferta turística es el primer eslabón que contacta con el visitante y el último que lo despide, por lo que interviene en dicha cadena de valor de una manera crucial e, indiscutiblemente, en la reputación del destino.