Las rebajas de verano han sufrido en Andalucía una caída de las ventas en torno al 2% con respecto a los 200 millones de facturación alcanzados en la campaña de 2013. “El comercio tenía la expectativa de tener una campaña de rebajas aceptable, pero este optimismo no se ha visto reflejado en el balance final” se quejan desde la Confederación Empresarial de Comercio de Andalucía. En el caso concreto de la provincia de Cádiz, han sido “prácticamente inexistentes”, para Fedeco.
Las rebajas de verano han sufrido en Andalucía una caída de las ventas en torno al 2% con respecto a los 200 millones de facturación alcanzados en la campaña de 2013.
“El comercio tenía la expectativa de tener una campaña de rebajas aceptable, pero este optimismo no se ha visto reflejado en el balance final de la campaña, ya que las ventas en los establecimientos comerciales, en el mejor de los casos –en torno al 40%-, han sido sólo similares respecto al mismo período del año anterior”, explica el presidente de la Confederación Empresarial de Comercio de Andalucía, Manuel García-Izquierdo.
En el caso concreto de la provincia de Cádiz, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, estas rebajas –del 1 de julio al 31 de agosto- han sido “prácticamente inexistentes”, tal y como ha venido ocurriendo desde que se produjo la liberalización de estas hace un par de años.
“De nuevo se ha demostrado que la liberalización ha supuesto la muerte de las mismas, acabando con el interés que estas generaban en los clientes”, comenta por su parte el presidente de Federación de Comercio de la provincia de Cádiz (Fedeco), Fernando García. Se calcula que los negocios gaditanos han facturado unos 27,44 millones de euros.
La debilidad de la demanda interna en las ventas del comercio minorista, a pesar del repunte del PIB, sigue estando detrás de estos “malos” resultados. “Aunque la sensación de los comerciantes es que lo peor de la crisis ya ha pasado, de ahí el optimismo que mostraron ante estas rebajas, lo cierto es que la demanda sigue siendo aún muy débil. Los datos macroeconómicos aún no se reflejan en la economía real de las familias. Si a ello, le sumamos la desaparición de los periodos tradicionales de estas campañas especiales de ventas, encontramos las razones por las que éstas no mejoran sus datos de facturación”, insiste García-Izquierdo.
Por ello, en un intento “por evitar perder el espíritu de las rebajas” y a pesar de la liberalización existente para establecer libremente cada establecimiento cuándo hace las campañas de descuentos, la mayoría del comercio de proximidad continúa manteniendo las fechas tradicionales de inicio y finalización de las rebajas de verano e invierno y dando, en éstas, salida al stock disponible.