El Colegio de Médicos de Cádiz, ante la percepción social que pudiera estar generando el virus ébola –y el caso en Madrid de la enfermera contagiada- quiere transmitir un mensaje de tranquilidad a la población y pedir la confianza de los ciudadanos hacia el sistema de salud y hacia sus profesionales sanitarios. Por su lado, Facua pide que se depuren responsabilidades políticas.
El Colegio de Médicos de la provincia de Cádiz, ante la percepción social que pudiera estar generando el virus de la fiebre hemorrágica o virus ébola –y el caso en Madrid de la enfermera contagiada después de haber tratado al cura Manuel García, repatriado tras contagiarse en África- quiere transmitir un mensaje de tranquilidad a la población y pedir la confianza de los ciudadanos hacia el sistema de salud y hacia sus profesionales sanitarios, en la línea mostrada por el Consejo General de Colegios de Médicos.
En este momento existen protocolos de actuación frente al virus establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), admitidos internacionalmente “y que coinciden con los puestos en práctica por nuestras autoridades sanitarias”.
Por su lado, la consejería de Salud de la Junta de Andalucía, a través de la página web principal del Servicio Andaluz de Salud (SAS), mantiene habilitado un enlace a la del Ministerio de Sanidad con información oficial sobre el brote de la enfermedad, accesible tanto para la población en general como para los profesionales de la salud.
Desde el Colegio de Médicos de Cádiz, en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, se insiste en trasladar “tranquilidad” a la población, recordando “el alto grado de confianza que merece nuestro sistema sanitario, sus actuales niveles de calidad y muy especialmente la excelencia de los profesionales que en él desempeñan su labor asistencial”.
FACUA ESPERA QUE SE DEPUREN RESPONSABILIDADES POLÍTICAS
Por su lado, asociación de consumidores Facua espera que se depuren responsabilidades políticas “ante los graves errores que se han producido hasta la fecha en la gestión de la crisis del ébola”. Se califica de desastre el papel desempeñando hasta ahora por la ministra de Salud, Ana Mato, y se considera de “extraordinaria gravedad la improvisación y la opacidad con la que vienen actuando” las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid.
Asimismo, critica que las asociaciones de consumidores y usuarios no están recibiendo información sobre la gestión de la crisis del ébola por parte del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Por otro lado, Facua también considera esencial que los consejeros de Salud de las comunidades autónomas informen en sus respectivos parlamentos de las medidas que vienen llevando a cabo para garantizar que el personal sanitario está preparado para la detección y atención de casos de ébola.
Facua ha lanzado una campaña a través de las redes sociales, con el lema #losrecortesmatan, en la que denuncia los errores y la dejación de responsabilidades que se han venido produciendo desde la repatriación a España del primer español infectado hasta la detección del contagio a una sanitaria en Madrid.
EL SAS DICE CONTAR CON UN PROTOCOLO DE ACTUACIÓN
Mientras, la consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía asegura que se encuentra en comunicación y coordinación con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que a su vez se encuentra en contacto con la Unión Europea, para, llegado el caso, establecer las acciones en materia de salud pública que fueran necesarias.
Aunque en Andalucía no hay ningún caso de esta enfermedad, el Sistema Sanitario Público andaluz “cuenta con un protocolo de actuación ante este tipo de enfermedades, encontrándose preparado para atender, llegado el momento, a posibles personas afectadas por este virus”, se insiste.
Además, el pasado mes de abril, a raíz de la crisis desencadenada por la epidemia de Ébola en Guinea Conakri, se difundió, a través de la Red de Alerta de Salud Pública de Andalucía, un procedimiento de actuación ante la posible aparición de esta enfermedad. Se trata de una acción preventiva y protocolaria en este tipo de situaciones para garantizar su detección, diagnóstico precoz y las medidas necesarias frente a supuestos casos importados que pudieran aparecer.
En Europa y, en concreto, España, teniendo en cuenta la forma de transmisión de la enfermedad y la escasa relación con los países en los que se ha extendido la enfermedad, el riesgo de aparición de casos importados se considera muy bajo.
Causa: enfermedad contagiosa.
Efecto: contagio. ¡De cajón!
Soy malagueño pero roteño por adopción y mi familia, esposa e hijos muy arraigada a Rota, y es mi expreso deseo intentar defender a los ciudadanos de mi querida Villa de Rota aportando un granito de arena.
No soy técnico en medicina pero generalmente toda causa tiene su efecto correspondiente y hace mucho tiempo manifesté que un enfermo con una enfermedad contagiosa producida por un virus que no cura la penicilina, ni sus derivados, ni ningún otro medicamento porque no pueden actuar contra el virus que produce una enfermedad de la que se desconoce totalmente un protocolo eficaz de tratamiento para combatirla y no se puede sanar al enfermo, lo más probable es que, más temprano que tarde, se produzca un contagio y, por tanto, es un presunto desatino introducir el foco infeccioso en un país totalmente aséptico y sano y dar lugar a que exista la posibilidad de un contagio masivo, que es lo que ha ocurrido en los países africanos.
El primer caso de ÉBOLA que se confirmó fuera de África se detectó precisamente en nuestro país, presunta y actualmente el peor sitio del mundo para analizar serena, sosegadamente y con sentido común un tema brotado de tan profundo calado y con tan enorme dañina repercusión para los ciudadanos.
Hasta el momento, los episodios sospechosos de contagio de la enfermedad se han tratado con una peligrosa y dolosa improvisación, a los resultados me remito, pues sencillamente ha sido una presunta irresponsabilidad y ha demostrado ineptidud e impericia, es decir NPI (No Por Inteligencia), presuntamente cometida por los máximos y mínimos responsables de la sanidad en nuestro país pues un costosísimo protocolo, pagado por todos los ciudadanos, con la que está cayendo, para evitar el contagio de una enfermedad con peligrosidad de muerte casi segura, jamás debe recaer, bajo ningún concepto, en el último y más débil eslabón de la cadena protocolaria, es decir, en una estricta auxiliar de enfermería o enfermera, como también ha ocurrido y ha sido la causa del alarmante contagio, obviamente con todos mis respetos hacia ellas por su indudable entrega y valentía ya que estas personas son unas verdaderas heroínas, pero que en resumen han ido siendo ineficaces todos los eslabones superiores de la cadena del protocolo, eso ha sido, sin presunciones, axiomático.
Para más “inri, nadie puede conocer o saber, con absoluta certeza, el grado de afección contagiosa que puede desarrollar la aparición del virus maligno en la nueva enfermera infectada en EEUU a los 132 pasajeros que viajaban con ella y que, a la vez, están intentando localizar para situarlos permanentemente hospitalizados en una ICU (Intensive Care Unit), parecida o igual a nuestras UVI/UCI (Unidades de Vigilancia/Cuidados Intensivos) porque todas esas personas podrían estar en sus casas o deambulando por las calles e infectando a no sabemos cuantos mortales más.
Presumo que es preferible y creo que es lo que hay que hacer que la OMS, ayudada por todos los países del mundo, reciba toda la atención necesaria para que ponga todos lo medios a su alcance en los lugares exactos, “in situs”, de los focos infecciosos para ayudar donde existe la epidemia, no en otros sitios, y no dar lugar a enviar, desplazar, transportar o mover ese inicuo y maligno virus a países o lugares totalmente asépticos y sanos, máxime cuando existe la posibilidad, como ha ocurrido, de que la enfermedad se propague y corra como la pólvora convirtiéndose en una pandemia incontrolable, como ha acontecido en los países africanos afectados.
Presuntamente, aquellos responsables de la autorización de trasladar a España a los enfermos de Ébola, que desgraciadamente han fallecido lo mismo que el americano, en aquél momento decisivo sus mentes no estuvieron demasiado iluminadas, ni sus decididos dictámenes demasiado afortunados, ni a la altura de las fatales circunstancias y si volviesen a cometer el mismo presunto error, digamos también presuntamente, sería una arbitraria decisión cercana al supino desconocimiento de su posible fatídico alcance pues existen acontecimientos producidos por mal llamados errores que son muy difíciles de cometer, por no decir imposibles de consumar pues esos errores serían como comer sopa y meterse la cuchara con la sopa por una oreja, cosa dificilísima que se produzca, pero en esta ocasión así ha sido.
Si se mete la “pata” con sacarla no estamos en paz y muchísimo menos volverla a meter, sería necedad, sandez e insensatez o NPI (No Por Inteligentes).
Tampoco basta con pedir perdón y seguir en “sus trece”, sería como lanzar una bomba de racimo y luego pedir perdón por los daños causados.
En base a lo expuesto, con un pensamiento sensato, sereno pero firme sentido común, nuestras bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla), bajo ningún concepto, deben ser utilizadas para trasvase de personal, civil o militar, que haya estado en contacto con el pernicioso e infecto Ébola y muchísimo menos para que un enfermo afectado por la pavorosa, temible y terrífica enfermedad pise suelo español, sea en Rota, en Morón, en la Conchinchina o cualquier otro remoto sitio del mundo ya que, si siguen insistiendo en sus presuntas desacertadas decisiones, más temprano que tarde, volverían a provocar más contagios que podrían dejarnos como el Gallo de Morón, sin plumas y cacareando, y por supuesto contaminados con ese maligno e indestructible virus que conduce al contagiado irremisiblemente a padecer una enfermedad incurable que produce, casi irremediablemente, la muerte…
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