Como es habitual cada año, una vez que se da a conocer el listado de banderas azules que lucirán durante el verano en el litoral gaditano, Ecologista en Acción ha salido cuestionando este reconocimiento “por no reunir los requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia”. Se trata, reitera, de “galardones fraudulentos enfocados a resaltar el reclamo turístico de las playas elegidas”.
Hasta 589 playas de España han recibido este 2020 esa bandera azul otorgada por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac). Cádiz vuelve a ser la provincia andaluza con más reconocimientos, un total de 32 solo para sus playas. La Bahía, a su vez, acapara un total de 18 de ellas, las mismas que en los últimos veranos; sin contar distintivos para puertos deportivos y los llamados senderos azules y centros azules.
Ecologistas recuerda que esta concesión se creó en 1985 para certificar puertos deportivos en Francia y se amplió en 1987 a playas y puertos de toda Europa, con la subvención de la Comisión Europea. Adeac es la asociación que gestiona las banderas en el Estado español, pero, afirma, “nadie fuera de nuestro país da un valor especial a estas banderas, porque no es un sello que un turista asocie a excelencia y ni siquiera ya la Unión Europea lo apoya”.
“Las banderas azules hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la UE; son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas. La acumulación de fraudes y denuncias en su obtención hizo que la Comisión Europea les retirase el apoyo económico y se desmarcase de la campaña”, llega a exponer este colectivo verde en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
E insiste, por ello, en que “se trata de galardones que carecen de cualquier credibilidad, se basan en meros aspectos turísticos, no realizan inspección alguna y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas”. Sólo indican “la existencia de servicios para los bañistas”, pero “no reconocen una verdadera gestión ambiental y conservación de estos frágiles sistemas costeros”. Este tipo de premios, considera Ecologistas, “no deben exhibirse como ecoetiquetas, sino como meros distintivos de calidad de servicios ofrecidos a los bañistas en playas artificiales y urbanas”.
ESTE AÑO ‘SIN’ BANDERAS NEGRAS
Para esta entidad conservacionista, como ejemplo de “incoherencia y falta de rigor” en esta concesión, este año, al igual que en 2019, hay playas en la costa de la provincia de Cádiz con banderas azules que “no debieran exhibir este galardón”. Y entre ellas apunta a varias en la Bahía.
La Barrosa, en Chiclana, “por el desparrame urbanístico que arrastra este municipio”; Fuentebravía, en El Puerto de Santa María, “por haber construido edificaciones en la misma playa y tenerse que alimentar de arena de forma artificial”, además, se recuerda que estuvo cerrada el verano pasado durante semanas “por contaminación de aguas fecales”; y La Costilla y Chorrillo, en Rota, “por el vertido descontrolado de aguas fecales en la misma playa”.
Más allá de la Bahía se apuntan a la playa de Getares, en Algeciras, “porque sufre una crónica pérdida de arena, siendo realimentada artificialmente”; y Torreguadiaro, en San Roque, “porque sus efluentes van a la depuradora de Sotogrande, playa que sufre regresión costera y vertidos esporádicos”.
Ecologistas en Acción Andalucía recuerda que cada año presenta su informe de banderas negras, pero este año debido al estado de alarma ante la crisis sanitaria del coronavirus no ha podido desarrollar el mismo de forma amplia. No obstante, resalta dos municipios en Cádiz como los casos “más relevantes”: Barbate, “por la pésima depuración de sus aguas residuales”, y Tarifa, “por la amenaza urbanística incesante”.