Un año más, a raíz de la publicación del listado de banderas azules para la venidera temporada de baños por parte de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), que este 2024 ha otorgado 36 para las costas gaditanas, una menos que en 2023 (30 en playas y 6 en puertos deportivos, sin contar los centros azules), Ecologistas en Acción ha vuelto a poner en cuestión este reconocimiento “por no reunir los requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia”; y es que para este colectivo, “se trata de galardones fraudulentos enfocados meramente a resaltar el reclamo turístico de las playas elegidas”.
Como ejemplo de “incoherencia y falta de rigor” en este reparto de banderas azules, como en la pasada temporada, Ecologistas considera que hay “por lo menos” una decena de playas en la provincia de Cádiz que no debieran exhibir este emblema.
En el marco de la Bahía de Cádiz, donde se han concedido 17 banderas, se ponen en duda hasta seis de ellas. En el caso de la capital, con reconocimiento en sus cuatro playas, Ecologistas en Acción entiende que Cortadura no merece ahora esta distinción “por sufrir un carril-bici Eurovelo desde El Chato hasta Torregorda que sepulta el sistema dunar, es innecesario y con aterramientos constantes”; un sendero inaugurado semanas atrás por el propio presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, que no dudó en hacerse la foto paseando en bici (eléctrica), pese a la arena que cubre ya parte del controvertido camino costeado con fondos europeos.
Igualmente, se censura la bandera azul para la playa de Santa María del Mar, ya que, se asegura, “sufre desde hace años el impacto de un emisario de aguas pluviales mal ejecutado y en permanente erosión”. Esta misma semana se ha conocido que tras la reclamación al Contencioso Administrativo de la empresa municipal Aguas de Cádiz (hecha el pasado mandato, con gobierno izquierdista), se ha fallado que la Junta de Andalucía debe ejecutar las obras necesarias para la reparación del colector que se vienen demando desde el Ayuntamiento desde hace años.
En El Puerto de Santa María, este grupo ecologista insiste en retirar la bandera azul a Fuentebravía, “por haberse construido edificaciones en la misma playa y tener que alimentarse de arena de forma artificial”. Además, esta playa estuvo cerrada hace cuatro años por contaminación de aguas fecales y ha estado cerrada al baño hasta hace escasas fechas por otro vertido ocasionado por una rotura en la tubería de saneamiento.
En el caso de La Barrosa, en Chiclana, Ecologistas entiende que no merece este galardón “por el desparrame urbanístico que arrastra este municipio”; a lo que se suma la previsión de tres nuevos grandes hoteles en el Novo Sancti Petri junto a una playa que “ya ha sobrepasado su capacidad de carga”; y que “también alberga chiringuitos en el mismo cordón dunar”.
Respecto a las playas de Rota con este reconocimiento, se advierte de que La Costilla “sufre vertidos puntuales y chiringuitos en el mismo cordón dunar”; vertidos que también soporta la playa de Rompidillo-Chorrillo.
En el resto del litoral de la provincia, Ecologistas en Acción no comparte las banderas azules a izarse en El Palmar (Vejer), “atestado de urbanizaciones y casas ilegales, un chiringo como paradigma de la ocupación del espacio playero, así como con un proyecto indeseable de parque eólico marino y total ausencia de depuración de aguas”; en la playa de Getares (Algeciras), porque “sufre una crónica pérdida de arena, siendo realimentada artificialmente, además de sufrir vertidos y mareas de algas invasoras que impiden el baño y el disfrute tranquilo en la arena”; y las playas de San Roque, Alcaidesa-El Faro y Cala Sardina, que “con valores ecológicos notables, están siendo invadidas por aparcamientos y chiringuitos, desnaturalizándolas sin remedio”.
“ESTAS BANDERAS NO DEBEN EXHIBIRSE COMO ECOETIQUETAS, SE BASAN EN MEROS ASPECTOS TURÍSTICOS”
Desde Ecologistas se recuerda que esta concesión de banderas azules se creó en 1985 para certificar puertos deportivos en Francia, y se amplió en 1987 a playas y puertos de toda Europa, con subvención de la Comisión Europea. Adeac es la asociación que gestiona las banderas en el Estado español, “pero nadie fuera de nuestro país da un valor especial a estas banderas, porque no es un sello que un turista asocie a excelencia”, asegura.
Y es que para esta entidad, estas banderas azules “hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la Unión Europea; son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas, aunque cuenten con la complicidad de gobiernos autonómicos y locales”. Además, las analíticas de la consejería de Salud en las que se basan estos “seudogalardones” solo identifican microorganismos fecales y aspecto visual, “sin caracterizar otras sustancias peligrosas como hidrocarburos y metales pesados”. Y “el impacto del cambio climático y su efecto erosivo en las playas es ignorado”.
“Se trata de galardones que carecen de cualquier credibilidad, se basan en meros aspectos turísticos, no realizan inspección rigurosa alguna y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas. Estos premios solo indican la existencia de servicios para los bañistas, pero no reconocen una verdadera gestión ambiental y conservación de estos frágiles sistemas costeros. No deben exhibirse como ecoetiquetas, sino como meros distintivos de calidad de servicios ofrecidos”, se sentencia.
En este punto, un año más, desde Ecologistas en Acción se emplaza a los municipios litorales gaditanos a que “no pierdan el tiempo (y el dinero) persiguiendo estos falsos galardones” y se afanen “en hacer frente a los dos máximos desafíos para nuestras playas: por un lado, ofrecer soluciones a la subida del nivel del mar y demás consecuencias indeseables del cambio climático; y, por otro lado, depurar íntegramente todas las aguas residuales que van a parar al mar”.