Por enésima vez, Ecologistas en Acción en Cádiz ha puesto en duda las banderas azules otorgadas un verano más a las playas de la provincia, en esta ocasión 29 en total. En el caso de la Bahía, las banderas azules concedidas son 16 para las playas (se pierde la de la emblemática La Caleta en la capital) y dos para puertos deportivos.
“Se trata de galardones fraudulentos enfocados a resaltar el reclamo turístico de las playas elegidas”, entiende este colectivo verde, incidiendo en que “no reúnen los requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia”.
Esta concesión se creó en 1985 para certificar puertos deportivos en Francia y se amplió en 1987 a playas y puertos de toda Europa, con la subvención de la Comisión Europea. La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) es la entidad privada que gestiona este programa en España, pero para Ecologistas, “nadie fuera de nuestro país da un valor especial a estas banderas, porque no es un sello que un turista asocie a excelencia y ni siquiera ya la Unión Europea lo apoya”.
“Las banderas azules hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la UE; son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas. La acumulación de fraudes y denuncias en su obtención hizo que la Comisión Europea les retirase el apoyo económico y se desmarcase de la campaña”, aseguran desde el colectivo ecologista en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, repitiendo que se trata de “galardones” que “carecen de cualquier credibilidad, se basan en meros aspectos turísticos, no realizan inspección alguna y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas”.
En definitiva, Ecologistas en Acción considera que estos “premios” que concede Adeac “sólo indican la existencia de servicios para los bañistas, pero no reconocen una verdadera gestión ambiental y conservación de estos frágiles sistemas costeros”, por lo que señala que “no deben exhibirse como ecoetiquetas, sino como meros distintivos de calidad de servicios ofrecidos a los bañistas en playas artificiales y urbanas”.
De este modo, se emplaza a los municipios litorales de Cádiz a que “no pierdan el tiempo (y el dinero) persiguiendo estos falsos galardones y se afanen en hacer frente a los dos máximos desafíos para nuestras playas”: por un lado, “ofrecer soluciones a la subida del nivel del mar y demás consecuencias indeseables del cambio climático”, y por otro, “depurar íntegramente todas las aguas residuales que van a parar al mar”.
EJEMPLOS DE PLAYAS QUE “NO DEBIERAN EXHIBIR” LA BANDERA
Como ejemplo de “incoherencia y falta de rigor” en esta concesión de banderas, este año, al igual que en los últimos veranos, para este colectivo hay playas gaditanas que no debieran exhibir este galardón. Entre ellas se señala a Fuentebravía, en El Puerto, “por haber construido edificaciones en la misma playa y tenerse que alimentar de arena de forma artificial”; La Barrosa en Chiclana, “por el desparrame urbanístico que arrastra este municipio”; y La Costilla en Rota, que se afirma “sufre vertidos puntuales” y “alberga chiringuitos en el mismo cordón dunar”.
Además, también se cuestiona los emblemas otorgados más allá de la Bahía a la playa de Getares, en Algeciras, “porque sufre una crónica pérdida de arena, siendo realimentada artificialmente, además de sufrir vertidos cuando los bombeos no funcionan”; y las playas de San Roque, Alcaidesa-El Faro y Cala Sardina, “con valores ecológicos notables pero que están siendo invadidas por aparcamientos y chiringuitos, desnaturalizándolas sin remedio”.