Comer, en las sociedades desarrolladas, más que una mera necesidad se convierte en un placer, tanto el sentarse a la mesa de casa con la familia (sin cuñados, a ser posible) o de un restaurante con amigos o la pareja, como, para muchos otros, el proceso de elaboración de los platos: de hecho, sólo hay que ver el éxito y proliferación de programas y concursos culinarios en la televisión. Lo de fregar platos y cacharros ya es otra historia…
Pero no todos comemos ni lo mismo ni de todo: más allá de la economía de cada cual, del tiempo, de gustos personales y hasta de modas (cada día, más se apuntan en el primer mundo al vegetarianismo y al veganismo), existen enfermedades hasta hace unos años desconocidas por la mayoría, como la intolerancia al gluten, que supone para quien la padece, y no lo sabe, síntomas como malas digestiones, hinchazón abdominal, pesadez, gases, diarreas… Una vez diagnosticada, obliga a tener cuidado a la hora de cocinar (implicando además la compra en el súper de productos generalmente más caros que los de ‘toda la vida’) y de comer en la calle (¿dónde?, es la pregunta recurrente).
De hecho, la enfermedad celíaca va en aumento. Actualmente se calcula que afecta a alrededor del 1% de la población española y cada año la cifra aumenta en un 15%. Además, cerca del 10% es sensible al gluten, patología de nuevo diagnóstico. Sea por recomendación médica o por decisión propia cada vez más personas optan por eliminar el gluten de sus dietas, al considerar que se trata de una opción más sana. Y, obviamente, ello ha despertado el interés de la industria alimentaria y el sector de la restauración, multiplicando las opciones disponibles para quienes tienen que fijarse a qué le hincan el diente.
En este contexto, Holidu, el buscador de alquileres vacacionales, ha elaborado un ranking con las ciudades españolas que se lo ponen más fácil a quienes no pueden/deben ingerir gluten: “hemos llamado a cada restaurante para confirmar”, se asegura, aunque la recomendación es “avisar siempre al restaurante de la alergia al gluten para que extremen las precauciones al preparar la comida”. Y entre las diez primeras de este particular listado de destinos “con más opciones sin gluten por habitante”, aparece la capital gaditana.
Cádiz ocupa la cuarta plaza en este ranking, por detrás de Granada, Barcelona y Santiago de Compostela, con una media de 6,69 restaurantes que se preocupan por los celíacos por cada 10.000 habitantes. Se exponen dos casos concretos: en Bar Nono (en la Doctor Marañón, en el centro histórico) puedes degustar un atún fresco a la plancha, unos calamares rellenos, unas deliciosas brochetas de gambas o incluso un pollo al horno. Si no estás dispuesto a renunciar a los fritos, puedes acompañar el plato con patatas: te las pueden freír aparte para que no haya contaminación cruzada. Igualmente, en Código de Barra (en la plaza Candelaria, también en el centro) disponen de freidoras “libres de gluten”, sólo tienes que avisar al camarero. Además ofertan pan y cerveza sin gluten.
OTRAS CIUDADES ESPAÑOLAS Y EUROPEAS CON RESTAURANTES ‘ADAPTADOS’
El informe de Holidu considera que Granada es la ciudad de España con más restaurantes que, a día de hoy, han sabido adaptar su oferta gastronómica a las necesidades de los intolerantes al gluten: suma cerca de doscientos establecimientos que les han reservado un lugar especial en su menú (8,51 restaurantes por cada 10.000 habitantes). Y eso que la especialidad granadina por excelencia, las tapas, suelen ir acompañadas de pan.
Entre las opciones resaltadas en la ciudad de la Alhambra está Hicuri: a medio kilómetro de la Catedral y la Capilla Real, este restaurante cuenta con un menú que está etiquetado para que de un vistazo sepas cuáles son tus opciones. Puedes abrir el apetito con una crema de verduras, un gazpacho o incluso unos espaguetis de calabacín con pesto, para luego hincarle el diente a una hamburguesa sin gluten o un pisto con patatas. Para postre, una tarta de queso sin gluten, un helado o unas natillas de cacao con leche de coco. Otra buena opción es la Tuttoría, restaurante italiano en el que podrás degustar sus ricas carne como el tradicional rabo de toro o el solomillo al Pedro Ximénez. También puedes optar por sus risottos: de boletus, de carne o de almejas y calamares; o una berenjena a la parmesana.
Por detrás de Granada queda Barcelona, la capital gastronómica de Catalunya y todo un símbolo de la cocina mediterránea, con más de mil restaurantes que tienen en cuenta a los celíacos (7,12 restaurantes por cada 10.000 habitantes). Las recomendaciones que hace el propio estudio son dos: Viana, a sólo 300 metros del Barrio Gótico es una opción ideal para picar sin alejarse del centro. En el menú: un ceviche de marisco y pescado, un carpaccio de presa ibérica con provolone o unas patatas bravas. En cualquier caso deja sitio para alguno de sus platos fuertes: bacalao en salsa de naranja, cochinillo crujiente o pollo de payés a las hierbas provenzales. O si tienes ganas de sentirte el protagonista, tienes un menú entero dedicado para tí en M2 Gluten Free, en Les Corts: pasta carbonara, pad thai, pizzas, hamburguesas, salmón o pulpo al grill, poke bowls, postres y hasta zumos… nada de lo que escojas te puede hacer mal.
La tercera ciudad en el ranking circunscrito al Estado español es Santiago de Compostela, con 6,95 restaurantes ‘adaptados’ a celíacos por cada 10.000 habitantes. En la capital gallega tienes opciones como O Sendeiro, a 800 metros de la Catedral, un local de primera categoría con opciones sin gluten más que abundantes. Puedes empezar con delicias típicas gallegas como el laminado de pulpo á feira, el plato de quesos gallegos o las tradicionales zamburiñas. Luego puedes entregarte al sabor del mar con un pescado como el bacalao a la crema de coliflor o disfrutar de unas carrilleras de cerdo ibérico. Para ponerle el broche al festín, tienes postres sofisticados: piña cítrica con espuma de yogur y leche de coco o un cuatro texturas (el original lleva cinco, pero ésta es la versión adaptada). Otra magnífica opción, según este informe, es O Curro da Parra, donde puedes empezar por unas habas con chocos en su tinta, unos berberechos XXL o unos langostinos pil-pil para continuar con pescados, como la merluza en salsa verde, el bacalao con puré de coliflor o la caldeirada de pinto, carnes como el porco celta con crema de zanahoria o el solomillo de ternera con puré de patatas. Y rematar con postres como el lingote de chocolate negro con helado.
El resto del listado patrio, del cinco al diez, lo ocupan por orden: Palma de Mallorca (se lo ponen fácil a los intolerantes al gluten opciones como Fera Restaurant & Bar y Primo Taquería), Girona (los restaurantes Bionbo y Probocador, a tener en cuenta), Segovia (Restaurante Maribel o San Antonio del Real, con menús a los que no les faltan opciones para celíacos), Toledo (dos recomendaciones son Comes y Restaurante el Peñón), Valencia (Restaurante Navarro o Ahuevo Restaurante, por ejemplo) y Alicante (con locales como Bar Manero y Bodhigreen).
Fuera de la clasificación de Holidu están ciudades importantes como Madrid, con apenas 3,08 restaurantes por cada 10.000 habitantes; la capital gastronómica de Euskadi, San Sebastián, con 4,08; o Sevilla, que con 4,80 se queda prácticamente a las puertas. En la cola aparecen: Melilla, Ceuta, Guadalajara, Albacete y Palencia.
Y más allá de España, Portugal y el Reino Unido dominan el ‘top diez europeo’ de este ranking (elaborado a partir de datos de la web TripAdvisor, considerando todo tipo de establecimientos, y repasando ciudades con más de 30.000 habitantes). La medalla de oro se la cuelga la ciudad portuguesa de Gondomar, con 77,6 restaurantes con opciones sin gluten por cada 10.000 habitantes. Le siguen también las localidades portuguesas Matosinhos, con 75,5 y Cascais, con 19,8. En cuarto y quinto lugar se posicionan dos ciudades escocesas: York, con 17,6 restaurantes por cada 10.000 habitantes, y Edimburgo, con 14,5. La clasificación la completan: la portuguesa Funchal (14,3), la italiana Florencia (13,1), la irlandesa Dublín (12,5), y dos ciudades del Reino Unido, Brighton y Norwich. DIARIO Bahía de Cádiz