Las plataformas de streaming le han dado una segunda edad de oro al género de los documentales. Además de los siempre interesantes títulos relacionados con la ciencia o la historia, se han añadido géneros como los policiacos (especialmente de crímenes sin resolver o con un falso culpable) y los deportivos.
Estos últimos están teniendo un éxito considerable; por un lado, por la notable calidad de los títulos, y por otro, por el enfoque, en muchas ocasiones con un importante trabajo de investigación asociado, que da una nueva perspectiva a hechos que creíamos conocer.
‘The Last Dance’ ha sido, tal vez, el mejor ejemplo de ello. La trastienda del equipo dominante durante una década en la NBA, capitaneado por el todopoderoso Michael Jordan, era bastante desconocida. La mini serie arroja luz sobre la verdadera personalidad del líder de los Chicago Bulls y lo describe, con la ayuda de diversos documentos y entrevistas, como un líder competitivo y algo despótico, enfocado sólo al triunfo. La producción permite al espectador sacar sus propias conclusiones y decidir si Jordan sólo hacía lo necesario para convertir en campeones a sus compañeros o si el trato que les dispensaba era excesivamente tiránico.
Sobre la NBA y uno de sus incidentes más oscuros también trata una de las entregas de otra mini serie de documentales ‘Secretos del deporte’. Concretamente se trata de su primer capítulo: ‘La bronca entre los Detroit Pistons y los Indiana Pacers’. Más allá de lo reprobable del acontecimiento, la producción realiza un repaso del contexto y entrevista a todos los protagonistas para esclarecer este lamentable suceso. El resto de las entregas siguen este patrón, es decir, llegar al fondo de la cuestión en diversos hitos o personajes deportivos. Una perspectiva diferente y muy bien trabajada que convierten el título en uno de los imprescindibles para todos los amantes del deporte y de la investigación.
Uno de los estrenos más destacados del momento ha sido ‘Conor McGregor: Notorious’. Un producto a medida de la estrella de la UFC en el que participa no sólo como protagonista, sino también como productor. Desde sus tiempos más duros, en los que era un luchador desconocido, que había dejado su trabajo para dedicarse a perseguir el sueño de llegar a la UFC y tuvo que vivir en casa de sus padres por falta de recursos económicos, hasta su asalto a los cielos como estrella mundial y su vida de nuevo millonario; todo ello en un lapso de tiempo sorprendentemente corto. Una oda a la manida frase de “sigue tus sueños y cree en ti mismo”; en esta ocasión con final feliz.
El documental sobre Conor McGregor realiza un repaso amable a los mejores tiempos del luchador irlandés, la época en la que (a excepción de una sorprendente derrota a manos de Nate Díaz) contaba sus combates por cómodas y espectacular victorias. La eclosión de una estrella que parecía imparable. Nada hacía presagiar la debacle que se avecinaba (y que ya no forma parte de la producción) hasta llegar a su lesión actual y la mala racha que hemos podido ver desde entonces. Hoy se encuentra recuperándose de la fractura de tobillo y todos esperan su vuelta, que sin duda implicará un éxito de audiencia, pero pocos pronostican que pueda vencer a un rival de entidad; cuando se conozca el elegido, los portales de apuestas con sección para combates de MMA, como Rivalry, difícilmente van a situarlo como favorito, a diferencia de lo que ocurría antaño. Recomendable para fans de la UFC y, más particularmente, del peleador irlandés y sus salidas de tono.
Y si queremos ver el camino contrario, podemos visualizar la serie de dos capítulos llamada ‘Tiger’, sobre el conocido golfista. Es decir, como pasar del gran batacazo a la resurrección deportiva. El controvertido deportista es retratado como un personaje con personalidad difícil, una infancia marcada por una educación centrada en la competitividad y un notable hartazgo de ser una figura pública. Su paso por los infiernos da lugar a una progresiva recuperación, sólo al alcance de verdaderos campeones. Se convirtió en un gran estreno para Netflix y su poco más de hora y media en total no decepciona. Pero hay que prepararse para algunas emociones encontradas.