Las finanzas son un sector hipersegmentado en el que cada detalle tiene su producto y público objetivo. Debido a ello, en el mundo de los préstamos online es habitual dar con muchos nombres diferentes para productos similares como por ejemplo: micropréstamos, préstamos rápidos, minipréstamos y muchos más.
Qué es un micropréstamo
El problema con estos conceptos es que realmente no hay definiciones oficiales y más allá de que la palabra micro significa pequeño, no tenemos mucha más referencia.
Para la gran mayoría, los micropréstamos son préstamos de 1.000 euros como los de esta web, pero para otros son préstamos de 500 euros o incluso menos. Si limitamos el concepto a 500 o 300 euros, podemos decir que los micropréstamos son un sinónimo de préstamos rápidos. Es decir, cantidades pequeñas, intereses altos y plazos generalmente limitados a los 30 días.
¿En qué se diferencian de los préstamos online?
Los préstamos online son un concepto muchísimo más amplio. En realidad, se refieren a cualquier préstamo que se pueda obtener sin ir a la oficina de una entidad financiera. Por tanto, van mucho más allá de los préstamos de 1.000 euros. Con los préstamos online se pueden conseguir varias decenas de miles de euros, suelen tener intereses más competitivos y plazos mucho más flexibles que solo 30 días.
El problema es que los préstamos de cantidades pequeñas han tenido tanta publicidad en internet que muchas personas les han asociado al concepto general de préstamo online.
Más allá de los nombres, en el mundo de la financiación el conocimiento es clave para tomar buenas decisiones y es esencial entender bien los diferentes tipos de productos. Además, también conviene valorar opciones alternativas para conseguir dinero, ya que los préstamos no son la única posibilidad. Aumentar los ingresos es difícil, pero sin duda mucho más aconsejable que endeudarse.
¿Vas a solicitar financiación?
Sin importar si vas a solicitar un préstamo de 1.000 euros, un micropréstamo o una gran hipoteca, en todos los casos es fundamental comparar varias ofertas.
Para comparar, nunca hay que dejar de mirar la TAE, la cantidad total a devolver en concepto de intereses y las comisiones asociadas.
Por supuesto, una vez se esté decidido por un préstamo concreto, antes de firmar nada hay que leer el contrato completo y asegurarse de entenderlo.
No hay que subestimar la importancia de comisiones que a priori no se va a necesitar pagar como puede ser la extensión del plazo de préstamo, la de impago o la de devolución anticipada. La vida da muchas vueltas y aunque ahora pueda parecer improbable tener que acudir a estas cláusulas, durante la vida del préstamo puede darse el caso de que lo necesitemos y si es así, agradeceremos haberlas tenido en cuenta cuando elegimos el producto a contratar.