La Guardia Civil ha interceptado en Medina a un mariscador furtivo cuando trasportaban más de 40 kilos de ortiguillas vivas. Los agentes, tras la incautación y denuncia al infractor, devolvieron a su hábitat natural las tres espuertas en que se trasportaban. Esta práctica ilegal y su posterior comercialización sin ningún tipo de control sanitario, pone en riesgo tanto la salud de las personas, como la continuidad de las especies que tienen su hábitat en la costa gaditana.
La Guardia Civil de Cádiz ha interceptado en Medina a un mariscador furtivo cuando trasportaban más de 40 kilos de ortiguillas vivas. Los agentes, tras la incautación y denuncia al infractor, devolvieron a su hábitat natural las tres espuertas en que se trasportaban.
Esta práctica ilegal de captura indiscriminada y su posterior comercialización sin ningún tipo de control sanitario, “pone en serio riesgo tanto la salud de las personas, como la continuidad de las especies que tienen su hábitat en la costa gaditana”, se recuerda desde la Benemérita en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Los hechos ocurrieron durante un punto de verificación de personas y vehículos que los guardias civiles del Puesto de Medina Sidonia llevaban a cabo en la carretera A-381.
Los agentes procedieron a identificar al ocupante de un Volkswagen Golf de color negro, tratándose de una persona con numerosos episodios relacionados con la pesca ilegal. Al inspeccionar el interior del maletero del turismo, encontraron tres espuertas de considerable tamaño en las que se contenían más de 40 kilogramos de ortiguillas de mar (anemona sulfata), una especie que tras mucho tiempo de captura indiscriminada y sin control alguno ha terminado por ser muy rara en el litoral gaditano, y para cuya captura se necesita de una autorización de la Junta de Andalucía.
Por todo ello, y visto que el conductor carecía de esta autorización, se procedió a su denuncia y al decomiso de las especies, las cuales las trasportaba vivas.
El objetivo de este decomiso, se resalta desde la Guardia Civil, persigue dos finalidades principales: la primera es luchar contra el furtivismo, que genera un grave perjuicio al ecosistema natural del medio marino; y la segunda es de evitar que llegue al consumo humano sin pasar los controles sanitarios establecidos, con el perjuicio que puede suponer su consumo por las personas que las adquieran fuera del comercio legal, sobre todo por la posible presencia de toxinas que pueden contener estas especies.
Esta labor policial es muy valorada por las asociaciones de mariscadores de la provincia, ya que dicha práctica ilícita repercute de forma muy negativa en la economía de quien realiza esta actividad de forma legal, sujeto a unos cupos de capturas compatibles con la continuidad de las especies y teniendo que hacer frente a los pagos e impuestos de cualquier trabajador, por lo que actuaciones como esta ponen “una vez más de manifiesto el compromiso de la Guardia Civil en la lucha contra la economía sumergida”, se sentencia.
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