La depresión es una enfermedad que afecta a todo tipo de personas y en diferentes momentos de la vida. De hecho, se está convirtiendo en uno de los problemas de salud más extendidos en nuestra era. Si de esta afección ya se habla poco en general, la depresión en los adultos mayores es todavía menos estudiada y difundida. Recabamos información sobre la depresión en los adultos mayores, sus causas y síntomas, para ayudar tanto a cuidadores como familiares que pueden ser fundamentales en estos casos.
La depresión en la tercera edad
La depresión es un problema de salud mental que afecta a millones de personas en el mundo. Los adultos mayores no están exentos de padecerla, de hecho, puede pasar más desapercibida para sus cuidadores al confundirla con nostalgia o con achaques propios del paso del tiempo.
Para arrojar luz sobre este tema hemos hablado con Nathalie Gallaztegui Suárez y María Teresa Dacosta, de Qida, expertas en esta materia y conocedoras de causas y síntomas asociados a la depresión en este periodo de la vida. Nos señalan que es un problema más común del que nos pensamos y que el papel de las personas cercanas puede marcar una gran diferencia a la hora de obtener un diagnóstico a tiempo así como una evolución positiva.
Las causas de la depresión en adultos mayores
El detonante para el desarrollo de la depresión en los adultos mayores puede tener una naturaleza diferente, propia de los cambios que se experimentan en esta etapa. Las causas más comunes son las siguientes:
- La aparición de un dolor crónico o enfermedad con mal pronóstico.
- Un cambio de residencia a un centro de la tercera edad o similar.
- El abandono de los hijos o la mudanza del hogar.
- Parientes o amistades que fallecen.
- Una falta de independencia por pérdida de movilidad u otros factores.
- La aparición de determinados trastornos asociados como la demencia o el Parkinson.
Los principales síntomas
Los síntomas de la depresión en las personas mayores guardan muchos puntos en común con los que aparecen en otras edades y no hay que desatenderlos en ningún caso. Se trata de los que mostramos a continuación:
- Tristeza constante que se alarga en el tiempo.
- Baja autoestima o pérdida de la independencia en determinadas tareas.
- Una sensación de cansancio habitual aun cuando no se realiza mucha actividad física.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Falta de apetito.
- Un consumo elevado de alcohol u otras sustancias.
- Disminución del interés social incluso con el entorno más cercano.
Qué hacer cuando aparece la depresión en adultos mayores
Lo más importante a la hora de detectar una depresión en la tercera edad o comprobar que se cumplen varios de los síntomas descritos es acudir a un profesional. El especialista puede hacer un diagnóstico más exacto y poner en marcha un tratamiento efectivo adaptado a las necesidades de cada persona.
El papel de los familiares o cuidadores en este punto ha de ser el acompañamiento, al apoyo y la asistencia ante las recomendaciones del profesional. Puede ser muy relevante para que el paciente se sienta respaldado y comprendido.