Varios son los sindicatos que han denunciado estos días las “penosas condiciones” en que se encuentran “numerosos” centros educativos de la provincia de Cádiz “donde alumnado y docentes tienen que soportar unas temperaturas extremas”. Ustea reclama a la Junta que vele “por la seguridad de nuestro alumnado y de nuestros compañeros”; mientras CGT ha elevado el tema a la fiscalía, tras denuncias anteriores a la Inspección de Trabajo y ante la inacción de la delegación territorial al respecto.
Varios son los sindicatos que han denunciado estos días las “penosas condiciones” en que se encuentran “numerosos” centros educativos de la provincia de Cádiz “donde alumnado y docentes tienen que soportar unas temperaturas extremas”.
La normativa laboral recomienda que toda actividad profesional debe realizarse en un umbral térmico que oscila entre los 17 y los 24 grados. Por encima o por debajo de este, cualquier actividad debería de quedar interrumpida porque no se dan las condiciones adecuadas para su desempeño. En los centros educativos de la provincia de Cádiz, se están detectando temperaturas que no llegan al mínimo recomendado por la normativa. Según Ustea, el caso del colegio La Unión en Jerez, El Picacho en Sanlúcar, el instituto Sidón en Medina Sidonia, o el Rafael Alberti de la capital gaditana. Este último ha enviado varias comunicaciones a la delegación territorial y no descarta emprender movilizaciones.
Por su parte, CGT afirma que estos “son solo un botón de muestra de una situación generalizada y que no es puntual si no que se repite todos los años en los meses de invierno y en los más calurosos”. También considera que el problema afecta al IES San Severiano, IES Fernando Aguilar (antiguo Bahía de Cádiz), la Escuela de Arte de Cádiz, o el IES Fuerte Cortadura de la ciudad de Cádiz, y el IES García Lorca o el IES Ventura Morón de Algeciras, entre otros.
Lógicamente la situación no sólo afecta a los trabajadores de la enseñanza, “sino que es nuestro alumnado el principal damnificado de esta situación, niños y niñas que tienen que soportar temperaturas nada recomendables para la salud, sobretodo en aquellas zonas de la provincia que registran una amplitud térmica más severa”, evidencian desde Ustea en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
La causa de este problema se encuentra en el deficiente y obsoleto tendido eléctrico de los centros, muchos de mediados del siglo pasado y que no están preparados para soportar el consumo eléctrico que hoy por hoy cualquier centro educativo necesita, sobretodo en esta época del año “donde es imposible conectar un simple calefactor por clase”.
“Llama la atención que un Gobierno que se ha gastado en el presente curso más fondos en tablets que en comedores, que no escatima en gastos a la hora de adelantar unas elecciones autonómicas, no ponga el mismo empeño en garantizar el correcto funcionamiento de sus centros, en los que se hace imposible encender un calentador en plena ola de frío, utilizar recursos como pizarras digitales, ordenadores y demás material electrónico, porque el tendido eléctrico es absolutamente deficiente”, se critica.
El pasado 22 de enero Ustea ya solicitó al presidente del comité de prevención de riesgos laborales una reunión urgente para abordar esta problemática “sin que hayamos obtenido respuesta alguna por parte de su presidente, el secretario general de Educación de la delegación de Cádiz”.
Por todo ello, este sindicato exige a las administraciones responsables “que velen por la seguridad de nuestro alumnado y de nuestros compañeros”, al tiempo que demanda “unas condiciones de trabajo justas para el profesorado de la provincia”.
DENUNCIA ANTE LA FISCALÍA
Por su lado, CGT ha denunciado ante fiscalía a la consejería de Educación por este problema. Tras varios requerimientos de la Inspección de Trabajo de Cádiz ante las denuncias y ante la inacción de la delegación territorial y la propia consejería, que considera tales denuncias “una frivolidad”.
Como consecuencia de estas denuncias de CGT la Inspección de Trabajo ha requerido a la delegación en dos ocasiones que centros denunciados adecuen sus instalaciones a las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. Sin embargo, el sindicato no tiene constancia de que se haya realizado actuación alguna en el sentido de lo requerido.
Desde CGT lejos de considerar este asunto “una frivolidad”, el hecho de tener que soportar, encerrados en sus clases, temperaturas inferiores a los 17 grados en invierno y muy superiores a los 27 grados de máxima en primavera y verano, “pensamos que este aspecto está directamente relacionado con los rendimientos escolares”. Al respecto, viene realizando investigaciones que confirman, hasta el momento, la hipótesis de que las temperaturas extremas pudieran explicar algo más de una cuarta parte del “mal llamado” fracaso escolar. En determinados territorios, donde prácticamente el 100% de las instalaciones están climatizadas, se obtienen mejores resultados escolares que en aquellos otros, donde las temperaturas no son las adecuadas y además las personas están sometidas por largos periodos de tiempo a su negativa influencia.