CGT ha convocado una huelga de consumo en Andalucía, y por ende también en la provincia de Cádiz, para el próximo lunes 23 de mayo “ante la situación de ruina social en la que se está situando la mayoría de la población en nuestro territorio”.
“Mientras los productos de primera necesidad se sitúan en precios prohibitivos, los alquileres son inaccesibles, los suministros básicos de los hogares elevan sus tarifas sin control, los combustibles sirven como modo de especulación y represión ciudadana,… los salarios se congelan, la precariedad y el paro aumenta; y desde el gobierno ‘progresista’ solo se preocupan de intentar encorsetar un poco más a las personas más vulnerables del sistema, la clase trabajadora, con lo que han denominado pacto de rentas”, denuncia el sindicato convocante.
Para CGT, dicho pacto de rentas “no es más que un intento de globalizar las relaciones laborales y dar un golpe mortal a la negociación colectiva eliminando la posibilidad de luchas por colectivos o sectores para mantener el poder adquisitivo y frustrar la posibilidad de conquistas sociales que escapen a la mesa en la que se sientan el Ministerio, la gran patronal y dos de las mayores empresas del país que hablan en nombre de toda la clase trabajadora, CCOO y UGT. Es el modo de tener todo atado y bien atado entre un escaso número de actores con repercusión y afectación general, principios básicos del capitalismo que bien pueden asemejarse a regímenes totalitarios”.
De este modo, ante la situación “de pobreza social galopante y generalizada de la mayoría de la ciudadanía mientras las empresas del IBEX y las multinacionales continúan presentando récord millonarios de beneficios”, desde CGT Andalucía, Ceuta y Melilla se propone “parar el consumo” durante una jornada, la del 23-M, y con ello “dar un toque de atención a los poderes políticos y económicos demostrándoles que sin los de abajo no son nada y que es más necesaria que nunca una cohesión social que permita vivir dignamente a toda la población, deteniendo con urgencia la especulación con bienes y productos de primera necesidad y una apuesta por la renta básica de las iguales”.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, este sindicato anarcosindicalista anima a “no comprar nada” el 23 de mayo, a convertir ese lunes en “una jornada de rebelión social contra la injusticia del capital que nos asfixia y contra las aperturas comerciales en domingos y festivos que no son sino un paso más hacia esa esclavitud consumista de las personas empobrecidas y precarizadas”. Además, se entiende como gesto preparatorio a la manifestación autonómica convocada en Sevilla el sábado 28 por las Marchas de la Dignidad/En Marcha por Andalucía.
“LUCHAR CONTRA EL CONSUMISMO ES LUCHAR CONTRA EL CAPITALISMO”
Con esta movilización, en el fondo se persigue “instaurar las bases de un nuevo modelo social, económico y productivo que no esté basado en el productivismo, el crecimiento indiscriminado, el desarrollismo, la explotación, el consumismo”. “Luchar contra el consumismo es luchar contra el capitalismo, renunciando al despilfarro de recursos, al incremento de la producción con el sólo objetivo de obtener beneficios pasando por encima de la salud y calidad de vida de los trabajadores o la propia continuidad de la vida en el planeta”, se defiende, incidiendo en que el consumismo “es el estilo de vida propio de este sistema social neoliberal, que explota a las personas, expolia los recursos de los países pobres, genera la enfermedad crónica de la insatisfacción permanente, que no valora la satisfacción de las necesidades sino que nos convierte en objetos esclavos de todo lo superfluo e innecesario que el mercado nos presenta”.
Una huelga de consumo que “es mucho más que un día sin compras. Implica replantearse el sistema productivo que padecemos. Implica una reflexión muy crítica sobre los hábitos y tipo de vida que tenemos, cómo actuamos, qué pensamos, para qué trabajamos, qué sentido tiene la propiedad, en qué gastamos lo que ganamos… Implica una apuesta por la austeridad, una apuesta por el reparto del trabajo y la riqueza, una apuesta por el decrecimiento, contra la ostentación, el lujo, el derroche, lo superfluo”.
A diferencia de una huelga general, la huelga de consumo “puede ser secundada por toda la sociedad, empezando por quienes más están sufriendo esta crisis: las personas paradas, jubiladas, trabajadoras, autónomas, estudiantes, etc.”. ¿Y cómo participar?: “no comprando, ni adquiriendo, ni consumiendo cualquier tipo de bien, producto o servicio que no sea imprescindible”, como consumir la mínima cantidad de electricidad o agua, realizar desplazamientos en medios públicos de transporte, a pie o en bicicleta, no entrar en grandes almacenes, centros comerciales, bancos, gasolineras o bares, evitar el consumo telefónico, e incluso “retirar el dinero de los bancos (quien lo tenga) para que comprendan que el dinero es nuestro y que tenemos poder para transformar la realidad”.
Eso sí, la CGT precisa que esta movilización “no se hace contra el pequeño comercio o personas autónomas, que también están pagando la crisis que bancos, multinacionales y especuladores han provocado. Estos sectores pueden y deben apoyar esta huelga”. La huelga de consumo se realiza “contra los responsables de la crisis: banca, especuladores, patronal y la clase política”.