La incontinencia urinaria, también conocida como pérdidas de orina o micción involuntaria, es una dolencia que aparece en la edad adulta, y que, cuando menos, representa un serio problema en la calidad de vida.
Causas de la incontinencia
A medida que el organismo va envejeciendo tanto el sistema nervioso, como los músculos y las hormonas pueden comenzar a presentar disfunciones que afectan al control de la orina.
En el ámbito neurológico las causas más frecuentes que la ocasionan suelen estar relacionados con daños en los nervios, ya sean traumas u otras patologías, que conectan el cerebro con la vejiga haciendo que esta no cumpla adecuadamente con la función de retención.
A nivel hormonal la incontinencia está estrechamente relacionada con niveles bajos de estrógenos.
En las mujeres esto suele ser consecuencia de la llegada de la menopausia y de los estados de gestación y parto debido a la debilitación de los tejidos de la uretra y de la vejiga.
En los hombres estas alteraciones del estrógeno se unen a las de la testosterona, asociadas con la edad y que provocan un crecimiento anormal de la próstata o prostatismo.
Y por último encontramos las causas musculares que son la pérdida de masa de los músculos abdominales, de los pélvicos y de los que controlan el esfínter.
Problemas asociados
Al principio de este artículo decíamos que la principal consecuencia la vemos en la pérdida de calidad de vida.
Esto puede tener muchas connotaciones psicológicas y sociales, que no se presentan en todos los casos, pero que de hacerlo crean un gran sufrimiento emocional a quien la padece.
Los más habituales están relacionados con la higiene, ya que la necesidad de cambios de ropa o del uso de apósitos, muchas veces no es compatible con una vida social activa.
Esta “inhabilitación social” lleva a una pérdida de autoestima y a padecer sentimientos de culpa, tristeza y vergüenza que pueden desembocar en una grave depresión.
Soluciones para la incontinencia
Existen diversas maneras de paliar la incontinencia. Unas más drásticas que otras y que, con mayor o menor efectividad, venían aplicándose hasta ahora.
Las más habituales van desde la realización de ejercicios de fortalecimiento muscular, pasando por la toma de medicación hasta llegar a las más agresivas que son las quirúrgicas.
Pero hoy en día, y gracias a la innovadora tecnología EMSELLA, tenemos un tratamiento no invasivo y 100 % eficaz para solucionar de raíz esta dolencia.
Este procedimiento se basa en la aplicación de impulsos electromagnéticos de alta intensidad en los músculos pélvicos que les fuerzan a contraerse y relajarse para que recuperen su tonicidad de forma definitiva y sin esfuerzo.
Aunque sea una solución no invasiva y, que no necesita de recuperación alguna, debe ser aplicada por un médico especialista. Este evaluará la salud general de cada paciente y proporcionará la información adecuada sobre cómo funciona, las sesiones necesarias y la forma de aplicación.
La comodidad que ofrece EMSELLA como solución para las pérdidas de orina, unida a su eficacia demostrada, hace que nos encontremos ante un tratamiento que no solo sana físicamente, sino que también nos da la paz interior a veces perdida por la incontinencia.