Solicitar un crédito nos puede parecer una empresa costosa, engorrosa y que nos va a exigir una cantidad de tiempo inconmensurable, rellenar decenas de formularios y dar muchas explicaciones… pero nada más lejos de la realidad. Precisamente debido a que estos créditos rápidos suelen ser solicitados para subsanar ciertos problemas que urgen rapidez, su ejecución es inmediata. El proceso para solicitar uno de estos créditos online es sencillo y se puede resumir en los siguientes pasos:
Nos registramos: cada web nos pedirá unos datos diferentes, pero en la mayoría de los casos consistirá en un breve formulario en el que daremos nuestro número de teléfono, mail, nombre completo…
Solicitar el préstamo: en este apartado irá toda la información del crédito detallada de manera concienzuda en un formulario extenso: el dinero que vamos a solicitar (con un máximo no muy alto) y en los días que lo queremos devolver (en este tipo de créditos tenemos un mes tan sólo para reintegrar el dinero y los intereses). Tendremos que rellenar una ficha más extensa de nuestros datos personales, incluyendo ya el DNI, nuestro estado civil y los datos bancarios así como las personas que están a cargo de nuestra economía. También deberemos indicar si en el pasado hemos tenido un estado crediticio negativo. Se nos preguntará por nuestro oficio y nuestros ingresos netos mensuales, así como los gastos fijos que tenemos durante estos periodos de 30 días.
Entrega del dinero: una vez que la solicitud sea aprobada (más del 95% de los casos son aceptados), el dinero se transferirá automáticamente en nuestra cuenta para poder hacer un uso inmediato de él.
Fidelidad: algunas webs de préstamos online, si devolvemos todos los intereses a tiempo, es decir, que cumplimos a rajatabla lo contratado, cuentan con programas de fidelidad que mejorarán nuestras prestaciones en los siguientes préstamos que necesitemos solicitar.
Lo bueno que tienen este tipo de créditos frente a los bancarios, es que son mucho más flexibles. Si bien es cierto que se nos van a pedir datos de nóminas etc., cabe la posibilidad de solicitarlos sin tener una nómina fija, y recibir el dinero de la misma manera rápida y en el plazo acordado. También podremos requerir un préstamo en este tipo aún estando en un listado como el Asnef (es decir, un listado de morosos). Son créditos pequeños que tampoco precisan de avalistas y que, si todo está en orden, podemos disponer de él en menos de media hora.
El único punto negro que tienen este tipo de créditos es que tienen unos intereses altos (y que el plazo de devolución es corto); es el precio a pagar por poder disponer de dinero urgente de manera inmediata. Por tanto, este tipo de minicréditos deben usarse de manera responsable, aplicándose en casos de urgencia en los que no haya muchas más alternativas. Si es un gasto premeditado o que podemos posponer, la vía del ahorro es la más indicada. Un crédito rápido, en resumen, debe servirnos sólo para ocasiones muy especiales y puntuales. DIARIO Bahía de Cádiz
TEXTO DE: Manuel Garrote Franco
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