Los sillones reclinables tienen un tamaño que los hace poco manejables, y de hecho suelen ir en dos partes para facilitar su transporte. Esa característica es la que vamos a aprovechar nosotros para desarmarlos si es que lo necesitamos para sustituir alguna pieza o para hacer una mudanza.
Quitamos todos los cojines
Para ayudarnos en el manejo de los sillones, lo primero es aligerar el peso. Esto lo podemos conseguir quitando todos los cojines que llevan, tanto en los asientos, como en el respaldo y en los reposabrazos.
Se trata de dejar el sillón en el armazón y el recubrimiento exterior, para que pese menos.
Lo volcamos y buscamos las palancas de bloqueo
Por suerte, desarmar este tipo de sillones es muy sencillo. Los fabricantes lo tienen en cuenta para que quepan en los pisos, así que el proceso es fácil.
Lo primero es poner una sábana o una manta en el suelo para no dañar ni ensuciar el sillón, para después volcarlo hacia delante en el suelo.
Por detrás, la tapicería suele venir con velcros que vamos a quitar con el fin de exponer el armazón del sillón, en donde hay que buscar unas palancas que suelen estar en la zona en donde el reposabrazos y el respaldo se unen.
Esas palancas son las que mantienen unidos los respaldos a la parte en donde nos sentamos, así que las accionamos. Hay que probar si hay que subirlas o bajarlas, ya que cada modelo es distinto, algo que podemos hacer con suavidad ayudándonos de un destornillador.
Una vez accionadas las palancas hay que poner el sillón en su posición normal y tirar de los respaldos sin hacer mucha fuerza, moviéndolos poco a poco también hacia los lados para liberarlos y separarlos.
En todo este proceso es mejor que nos ayude otra persona para no dañar el sillón ni tener accidentes.
Volcamos el sillón y buscamos la barra inferior
Si lo hemos hecho bien, ahora ya tenemos los asientos por un lado y los respaldos por otro.
Ahora nos centramos en los asientos, los cuales debemos volver a volcar y buscar una barra metálica de gran longitud que va atornillada en la parte de abajo, la que da al suelo.
Esa barra tiene como misión mantener los asientos unidos, así que una vez que quitamos los tornillos y la retiramos, ya podemos separar los asientos de manera individual, lo que facilitará mucho poder hacer la mudanza.
Como en el apartado anterior, conviene tener ayuda para que una vez que quitamos la barra los asientos no nos caigan encima.
Podemos preguntar a la tienda donde los compramos
Si tenemos dudas y los hemos comprado el sillón en una página experta como sillonesreclinables.casa, siempre podemos preguntar al servicio de atención al cliente, el cual nos explicará cómo desmontarlos o nos enviará algún vídeo o manual para hacerlo de manera correcta, para no dañarlos y poder montarlos de nuevo sin tener ningún percance.
Desmontar unos sillones reclinables parece un trabajo complejo, pero en realidad es bastante sencillo. Los fabricantes tienen en cuenta que se van a trasladar más de una vez y los hacen con unos mecanismos que permiten separar los respaldos y los asientos en unos pocos minutos.