El Trabajo de Fin de Grado (TFG) es el documento de investigación más importante de tu carrera y lo único que te separa del título profesional. Su compleja estructura no es secreto para nadie, pero continua siendo un factor clave para hacerlo con éxito. Aquí te hablamos de cinco detalles que no debes pasar por alto.
Esmérate al elaborar el índice
Solo hay una oportunidad para dar una “primera buena impresión” y en relación a tu TFG se da con el índice. Así como lees. Más allá del tema seleccionado, la portada o el perfecto encuadernado, si los lectores no se sienten atraídos por el índice del trabajo, no tendrán una buena impresión, ya que el índice es la primera introducción seria al contenido del trabajo.
Muchas veces, este apartado suele desarrollarse al final del TFG y es justamente por esto que debe ser impecable y sin errores. A esas alturas, es inadmisible pensar en un índice con problemas u omisiones en la posición de páginas o capítulos. Lo ideal es revisarlo y contrastarlo varias veces con respecto a la redacción final.
Cuida la redacción y ortografía
Al tratarse de un trabajo de investigación, tu TFG debe estar sustentado con rigor científico; esto implica el uso del léxico adecuado según la especialidad de tu carrera y de acuerdo al tema planteado. Por supuesto, no se debe abusar de las palabras pretenciosas. El objetivo es la precisión, no convertir el texto en un galimatías.
Por su parte, la ortografía juega un papel crucial. No hay TFG que salga bien parado ante la presencia de faltas ortográficas o gramaticales, pues son errores que no concuerdan con la envergadura del documento final. Obtendrás ayuda en la revisión de los tutores, pero lo que les des a ellos ya debe estar presentable, así que es importante que te apoyes en la lectura de terceras personas.
Además, te recomendamos leer más, preferiblemente literatura vinculada a tu área de estudios, pues obtendrás vocabulario específico que luego podrás usar.
Utiliza recursos gráficos relevantes
Sin importar que el enfoque de tu TFG sea práctico o teórico, necesitarás complementarlo con recursos gráficos de interés que sustenten o aporten un extra a tu investigación.
Estos elementos se distribuyen a lo largo del texto o en un apartado de anexos, según las normas de presentación del trabajo final en cada universidad.
Pueden ser tablas, cuadros comparativos, gráficos de barras, diagramas de flujo, imágenes, fotografías u otros; y su uso ayudará a visualizar mejor el sentido y forma de la investigación.
No pierdas la oportunidad de usarlos, pero sin abusar de ellos. Lo ideal es mostrarlos de forma puntual y amena en las partes más importantes.
Selecciona fuentes de información actualizadas
Las fuentes de información son un punto relevante para cualquier TFG. Lamentablemente, los alumnos no suelen darle la importancia que merecen y luego vienen los problemas. Su uso requiere mucha ética, coherencia y sentido común.
Por norma general, estas referencias no deben tener más de 10 años de antigüedad, aunque se aplican ciertas excepciones dependiendo del autor citado, el área de estudio o el planteamiento del TFG. Es decir, hay citas clásicas que sí o sí se deben mencionar, sin importar la fecha de su publicación.
Otro factor que se valora es la densidad y buen uso de estas referencias en el texto. Al colocarlas en tu TFG, no vayas al extremo de añadir una cita en cada frase, pero tampoco las escatimes. Si tu idea se basa en otros, cítalos.
No pierdas detalle de tu TFG
El TFG es un documento repleto de consideraciones y detalles que debes cuidar durante todo su proceso de elaboración.
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