El astillero de Navantia Cartagena, en Murcia, ha acogido este jueves la ceremonia protocolaria de puesta a flote del S-81, el primer submarino de la serie S-80 diseñado y construido íntegramente en el Estado español, “y, por lo tanto, es una clara apuesta por el desarrollo tecnológico nacional”.
Por razones operativas, la puesta a flote formal se llevará a cabo en los próximos días, ya sin los reyes y sus niñas presentes. De hecho, la princesa de Asturias ha ejercido de madrina de este submarino bautizado como ‘Isaac Peral’ destinada a la Armada española (al que se han dedicado ya unos 17 años en su construcción), cortando la cinta que ha activado el mecanismo por el cual ha recibido el impacto de una botella, como establece el ceremonial marítimo.
El programa S-80 (en el que Defensa invierte cerca de 4.000 millones de euros) ha supuesto un salto cualitativo para la empresa naval estatal, ya que se sitúa en primera línea del mercado internacional de submarinos convencionales, con ofertas activas en varios países. Se calcula que genera empleo directo, indirecto e inducido para más de 6.000 personas y un impacto anual en el PIB español superior a los 250 millones de euros.
Y en el mismo no ha faltado la aportación gaditana. El diseño y construcción supone cierta faena en la Bahía de Cádiz a través de Navantia Sistemas; ha desarrollado el Sistema Integrado de Control de Plataforma, el Sistema Integrado de Comunicaciones y el Núcleo Integrado del Sistema de Combate, un sistema de mando y control que incluye la dirección de lanzamiento de torpedos y misiles e integra un conjunto sonar de Lockheed Martin. También ha desarrollado el Simulador Táctico (SIMTAC) para el sistema de combate y el Simulador de Plataforma (SIMPLA) y se ha creado un grupo de Ingeniería de apoyo a Integración y Pruebas del Sistema de Combate.
Buena parte de estos trabajos se han desarrollado en Navantia San Fernando (Sistemas también tiene otro centro en el propio astillero murciano). Se trata de 1,5 millones de horas para la Bahía, y medio centenar de empleos hasta el año 2025. Del total de horas, aproximadamente la mitad corresponden a la industria colaboradora.
“UN DESAFÍO ENORMEMENTE COMPLEJO”
Con este programa S-80, España entra en el reducido grupo de países que pueden diseñar y construir submarinos, un desafío enormemente complejo puesto que se trata de buques que deben operar de forma autónoma en un entorno hostil. Es, por lo tanto, “una clara apuesta por el desarrollo tecnológico nacional, lo que potenciará la independencia estratégica de la defensa del país y la proyección internacional del tejido industrial español”, insisten desde Navantia en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Se considera el mayor reto industrial y tecnológico afrontado por la industria de defensa nacional. Navantia da un enorme salto tecnológico, ya que asume por vez primera el rol de Autoridad Técnica de Diseño y se completa el ciclo de la evolución tecnológica: pasar de construir en España con diseño extranjero a construir en España con diseño propio.
En este acto, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha definido el día de hoy como un “histórico para España”. Ha subrayado del submarino que es “ciencia, innovación, tecnología, es futuro” y ha reconocido el trabajo y esfuerzo de todos los que han hecho posible el S-80 al que ha calificado de “obra maestra”.
“DE LOS MÁS AVANZADOS DEL MUNDO”
Los submarinos S-80 tienen una eslora total de 80,8 metros, un diámetro de 7,3 metros y un desplazamiento en inmersión de alrededor de 3.000 toneladas. Entre sus aportaciones tecnológicas destacan el sistema de combate y control de plataforma de Navantia Sistemas, y un sistema de propulsión anaeróbico revolucionario desarrollado por la propia empresa pública que aporta gran sigilo en inmersión, denominado BEST-AIP. Este sistema de propulsión independiente de la atmósfera le permitirá obtener energía eléctrica, a partir de pilas de combustible que utilizan tecnología procedente del sector aeroespacial, a cualquier profundidad. Así, podrá permanecer semanas sin salir a cota periscópica, lo que mejorará su discreción, principal atributo de un submarino.
Los S-80 serán, por lo tanto, los submarinos convencionales (no nucleares) más avanzados del mundo, “lo que ha despertado el interés de varias marinas de otros países y ha abierto una puerta al mercado internacional en un sector altamente tecnológico”, se asegura. De hecho, ya se opta a un contrato para India.
Una vez puesto a flote, darán comienzo las actividades de pruebas de puerto y, posteriormente, las pruebas de mar, que incluyen navegación en superficie e inmersión hasta alcanzar la cota máxima. La primera navegación del S-81 está prevista a principios de 2022 y su entrega a la Armada española un año después.