La plataforma Andalucía Viva, con ocasión de 4 de diciembre (el considerado extraoficialmente como Día Nacional de Andalucía, fecha en la que se recuerda aquellas manifestaciones del 4-D de 1977 en favor de la autonomía), convocaba “a todas aquellas personas que se sientan andaluces y conscientes de las necesidades que tiene su pueblo” a participar en una manifestación celebrada en la ciudad de Cádiz.
Esta plataforma cívica (en la que participan entre otros el ex Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo) dice intentar conseguir como objetivo prioritario “la toma de conciencia de los hombres y mujeres de Andalucía como sucedió aquel lejano 4 de diciembre de 1977”, incidiendo en que “está al margen de cualquier fuerza política”.
A la marcha, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, asistieron “varios cientos de personas, procedentes de diversos lugares de nuestra tierra”, y estuvieron presentes movimientos sociales (varios de los cuales tomaron la palabra) y diversas organizaciones sociales, de derechos humanos y políticas. El acto concluía con el canto, varias veces, del himno de Blas Infantes, mientras era izada la bandera blanquiverde en el mástil situado en la plaza de Sevilla.
“NUESTRO PUEBLO NO SE AUTORRECONOCE COMO TAL”
En nombre de Andalucía Viva, una de sus portavoces, Pura Sánchez, leyó el manifiesto con los puntos que la plataforma considera fundamentales “para avanzar hacia una Andalucía libre”.
“Tenemos que reconstruir Andalucía, pero la transformación necesaria no puede venir de la mano de las instituciones económicas y políticas de la globalización. Será obra de la sociedad civil organizada, del propio pueblo, o no será. Nos encontramos ante una encrucijada histórica: debemos decidir si continuar recorriendo el camino por el que nos llevan y al que pretenden reconducirnos o construir un nuevo camino de acuerdo con nuestras necesidades e ilusiones colectivas, de solidaridad y de compromiso. A esa tarea están llamados cuantos andaluces y andaluzas compartamos la necesidad de este cambio de rumbo y la urgencia de tomar el futuro en nuestras manos”, remarca dicho manifiesto.
Y es que tras casi cuarenta años “de la autonomía”, Andalucía “se mantiene a la cola” de casi todas las comunidades del Estado español en su nivel de empleo y condiciones de trabajo, renta por habitante o gasto en sanidad, educación y vivienda pública; y su juventud “apenas tiene horizontes”.
“Nuestro territorio es utilizado para actividades extractivas que deterioran de forma grave el medio ambiente mientras el valor añadido se produce lejos de nosotros. La desindustrialización es creciente y la economía gira, cada día más, en torno al turismo, convertido en monocultivo en nuestras ciudades históricas y en la costa. Soportamos la vergüenza de que diez de los quince barrios más pobres del estado español sean barrios nuestros. Nada, o muy poco, se hace para contrarrestar los efectos del cambio climático. Y nuestros mares han sido convertidos, por la cruel política migratoria, en cementerios de esperanzas frustradas. Es cierto que, a lo largo de estos años, ha habido iniciativas positivas, aunque, oscurecidas por estos datos”, subrayan desde Andalucía Viva.
A ello se une que “nuestra identidad andaluza, enriquecida con las aportaciones de distintas culturas a través de la historia, se degrada y folkloriza al ser desactivadas sus significaciones profundas y su potencial liberador para ser convertida en mercancía”.
“A pesar de la gravísima situación, los problemas de Andalucía (sus “dolores” como los llamaba Blas Infante) están invisibles. Y es que Andalucía no existe hoy como sujeto político, a pesar de la profundización en la conciencia nacional que significaron el 4 de Diciembre de 1977 y el 28 de Febrero de 1980. Nuestro Pueblo no se autorreconoce como tal, porque ha sido confundido y manipulado”, entiende esta plataforma cívica.
“DECÁLOGO PARA ORIENTAR A QUIENES ASPIRAMOS A UN NUEVO FUTURO PARA ESTA TIERRA”
Desde Andalucía Viva se propone un decálogo “para orientar la actuación de quienes aspiramos a la construcción de un nuevo futuro para esta tierra”.
Por un lado, se exige el “fortalecimiento” de los sectores públicos, en especial de la sanidad pública, la educación pública, la vivienda y los cuidados a personas y colectivos dependientes y vulnerables; se demanda un “especial atención y apoyo real” a quienes sufren situaciones de pobreza y exclusión o forman parte de colectivos vulnerables (en este punto se cree necesario una Renta Básica Universal e Incondicional); y se denuncian leyes y normas que constituyen violaciones y recortes de los derechos humanos o suponen una limitación a las libertades democráticas.
Además, se entiende que hay que conseguir la declaración de Andalucía como “territorio libre de armas y de energías nucleares”, al tiempo que se rechazan las bases militares, como la de Rota, “y esa política que pretende convertir a Andalucía en el gendarme del sur de Europa”.
En este decálogo, se apoyan las medidas de reactivación de las redes vecinales, “deterioradas por tanto individualismo como proclama el sistema: hay que volver a las calles y plazas de nuestros pueblos, ciudades, y barrios como lugares de encuentro, de vida compartida”; se apuesta por energías alternativas y su producción a niveles locales, y porque los sistemas públicos de movilidad deben contar con medios no contaminantes, “lejos de megaproyectos o grandes infraestructuras y modos de transportes insostenibles ecológica y económicamente”; e igualmente, se insta a llevar a cabo políticas y experiencias que fomenten la producción de bienes de uso y la soberanía alimentaria para cubrir las necesidades del pueblo andaluz siendo respetuosas con el medio ambiente y la preservación de nuestros ecosistemas.
“Hay que fomentar nuestra cultura y exigir, que, en los centros de enseñanza, se difunda la historia y la cultura del pueblo andaluz”, dice otro de los puntos de este decálogo de Andalucía Viva, que también cree en el fomento de los valores democráticos y de mecanismos de efectiva participación ciudadana en los debates y decisiones sobre los asuntos públicos, poniendo especial énfasis en el municipalismo.
Y finalmente se denuncia la situación de “subordinación política” de Andalucía y de las “limitaciones e ineficiencias” del actual marco autonómico: “exigimos el reconocimiento de Andalucía como pueblo y, consecuentemente, de su derecho a autogobernarse dotándose de los instrumentos políticos, económicos, sociales y culturales necesarios para avanzar hacia el objetivo de una Andalucía viva y libre en la que podamos construir el tipo de sociedad al que aspiramos”.