La importancia que pueden tener los estudios de secundaria en el futuro personal y profesional de los alumnos implica una toma de decisiones asertiva con respecto a todas las oportunidades que se presenten en pro de su desarrollo.
Precisamente en ese contexto particular, estudiar un año en otro país, principalmente en potencias políticas, económicas y educativas como pudiera ser el caso de Canadá, puede traer importantes beneficios para los alumnos, no solo desde el punto de vista académico, sino también desde una perspectiva más integral.
Un año escolar en Canadá
Por suerte, actualmente estudiar un año escolar en Canada no es un anhelo lejano y al que pocas personas realmente pudieran aspirar. Por el contrario, hay agencias en España que se encargan de hacer todas las gestiones para que el proceso sea lo más sencillo posible, desde la propia solicitud de la oportunidad hasta el apoyo constante que se tendrá durante el año escolar en sí mismo. Es por esa razón que cada día toma más relevancia el hecho de que los jóvenes estudien un año de secundaria o de bachillerato en los mejores colegios de Canadá.
La seguridad y el rendimiento como filosofía. Más allá de que dichas agencias se encargan de que todo el procedimiento, desde los billetes de avión, traslados internos en Canadá y todo lo relacionado con las convalidaciones esté debidamente gestionado, la seguridad y la máxima de potenciar el rendimiento académico de los estudiantes que se apuntan a esta clase de programas es la filosofía que mueve a estas instituciones. Están encargadas de poner en contacto a los estudiantes con los mejores colegios de secundaria o High School de otros países, siendo en este caso Canadá.
Para ello, parte importante es que hay flexibilidad en cuanto al destino, pudiendo escoger desde las principales ciudades como Montreal, Calgary o Toronto, hasta localidades menores donde existan oportunidades de estudio afines. De la misma manera, las agencias se hacen cargo de todo lo relacionado con los seguros médicos, de responsabilidad civil y de realizar un proceso de supervisión y de asesoría exhaustivo, de manera que los alumnos (y sus padres) estén siempre seguros de que el proceso está marchando conforme a lo previsto. Algo que también se traduce en tranquilidad para sus padres y demás familiares directos. Estos programas, que suelen tener una duración de 10 meses, pueden representar un gran cambio para los jóvenes.
Una oportunidad única para el futuro
Un nuevo país. Una nueva ciudad. Una forma distinta de ver el mundo y un nuevo grupo de amigos dentro de un contexto académico inédito. Estudiar un año en Canadá puede ser una experiencia transformadora, siempre desde lo positivo.
– Mejora del inglés: en primer lugar, se tiene que hablar de lo obvio. Al estudiar en Canadá no solo hay que dominar el inglés, sino que hay que practicarlo a diario, puesto que se utilizará para interactuar con los demás, para comprar el pan y para socializar con las familias de acogida. Esto puede ser importante para el desarrollo profesional y personal posterior.
– Puerta de entrada a un nuevo mundo laboral: desde ser la puerta de entrada para la realización de practicas en Canadá en empresas líderes de su ramo, hasta favorecer las oportunidades de networking gracias a los compañeros de colegio y hasta a los amigos que se puedan formar en estos programas, estudiar un año en Canadá puede abrir innumerables puertas y ya no limitadas al idioma español o al continente europeo, sino que el perfil profesional y personal comenzará a tener aspiraciones globales, lo cual puede beneficiar enormemente a los estudiantes de cara a su futuro profesional.
– Muchas habilidades personales: es preciso aprender sobre nuevas culturas, comunicarse eficientemente, integrarse a una sociedad distinta y, sobre todo, forjar amistades y alianzas. Será preciso organizar planes de estudio que resulten eficaces, y todo ello engrandece desde lo personal a los alumnos. El joven que se apunta al programa no es, ni por asomo, el mismo que vuelve de él.
En resumen, estudiar un año escolar en Canadá es mucho más que una simple experiencia académica; es una inversión en el futuro. Los estudiantes que se embarcan en esta aventura no solo mejoran su dominio del inglés y adquieren una perspectiva global, sino que también desarrollan habilidades personales y profesionales que les preparan para un mundo cada vez más interconectado y competitivo. La oportunidad de integrarse en una nueva cultura, hacer amigos internacionales y acceder a una educación de primer nivel en uno de los países más avanzados del mundo, convierte esta experiencia en una puerta abierta hacia innumerables posibilidades.
No es solo una decisión educativa, sino una transformación vital que puede definir y enriquecer el camino de los jóvenes hacia el éxito. Estudiar en Canadá no es solo un año en el extranjero, es un año que marca la diferencia.