Hace unos días el consejero de Economía en funciones de la Junta de Andalucía, José Sánchez Maldonado, afirmó que la comunidad autónoma bajará del millón de parados antes del verano. Además, crecerá por encima de lo previsto en 2015, en torno al 2,4% del PIB, según datos ofrecidos por el propio Sánchez Maldonado.
Para el titular andaluz de Economía, Andalucía está retomando por fin la senda del crecimiento económico y comienza a dejar atrás el difícil panorama que la crisis ha suscitado en la región. Su confianza viene avalada por cifras que reflejan el descenso del desempleo en multitud de sectores de la economía, datos que certifican que la confianza empresarial a la hora de contratar está volviendo al mercado laboral andaluz.
Con todo ello, el clima económico en la región parece dar un respiro a los trabajadores que llevan padeciendo las consecuencias de la crisis durante varios años. El cierre de numerosas empresas de diversos sectores y la finalización de ayudas al desempleo han llevado a muchas familias a encontrarse con una situación poco agradable que parece empezar a revertirse actualmente. Pero no sólo los asalariados han sufrido estas consecuencias, pues han sido muchos los empresarios que no han tenido otra alternativa que cesar sus negocios o que han debido que encontrar vías alternativas de financiación para superar los problemas económicos.
Con anterioridad al periodo de dificultad económica que aún se sigue viviendo en Andalucía y España, la capacidad de conceder crédito que posibilite la liquidez de negocios y particulares era una tarea exclusiva de las tradicionales entidades bancarias. Sin embargo, con el comienzo de la crisis y de sus dificultades económicas, bancos y cajas de ahorro cerraron el grifo del crédito impidiendo el normal desarrollo de la economía y conllevando el cierre y fracaso de numerosos negocios.
Recurrir a los microcréditos ha sido una de las soluciones que han permitido que muchos hayan conseguido sacar adelante sus proyectos en los momentos de mayores dificultades económicas. Esta nueva vía de financiación, impulsada por entidades como Zaimo, viene determinada por la rapidez de su concesión y por la flexibilidad a la hora de realizar la devolución del dinero obtenido, lo que se ha ajustado de forma ideal a las situaciones de muchos empresarios y particulares necesitados.
La aparición de formas de financiación alternativas a las tradicionales ha sido una de las mejores noticias que los peores momentos de la crisis han dejado atrás, una solución que sigue manteniendo a muchos de los empresarios que en la actualidad están comenzando a contribuir al ascenso de la contratación en nuestra comunidad. DIARIO Bahía de Cádiz