“¿Por qué la Universidad de Cádiz? ¿Por qué Cádiz?”, se ha preguntado de manera retórica el rector, apostillando que “la luz de esta Bahía fue el paisaje de Almudena durante sus veranos”. La UCA ha investido doctora Honoris Causa a título póstumo a la reconocida escritora madrileña, tan vinculada con Rota y sus veranos.
La Universidad de Cádiz ha celebrado este lunes en el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras, el acto solemne de investidura como doctora Honoris Causa a título póstumo de Almudena Grandes, escritora con fuertes vínculos con la provincia, sobre todo con Rota (donde el Ayuntamiento prevé nombrarla Hija Adoptiva); nombramiento iniciado a finales de 2021, días antes de su fallecimiento.
El profesor, catedrático de Derecho Administrativo, y vicerrector de Cultura de la UCA, José María Pérez Monguió, se ha encargado de leer el Laudatio como padrino de una de las escritoras españolas más leídas, reconocidas, premiadas y cuyas obras han sido editadas y traducidas a distintos idiomas y distribuidas por numerosos países. Y el periodista y escritor gaditano Juan José Téllez, en representación de Grandes, ha impartido su discurso de investidura. En el acto, presidido por el rector Francisco Piniella, ha estado presente su viudo, el poeta y actualmente director del Instituto Cervantes Luis García Montero.
Previamente, en el campus de Puerto Real, en el llamado Bosque de los Honoris, en la explanada junto al edificio CASEM, se ha plantado un árbol (el cuarto ya, junto a los de Soledad Becerril, María Izquierdo y Laura Lechuga) con su nombre en este espacio ambiental, dedicado a las relevantes figuras que se han sumado como doctores Honoris Causa a Claustro Universitario de la UCA.
“su premio más preciado y precioso, el que le otorgó libertad y sustento, fueron sus lectores”
El acto solemne se ha abierto con la proyección de un breve vídeo con algunas de las imágenes que visualizan “la especial y emocionante relevancia de Cádiz en la vida de nuestra nueva doctora Honoris Causa”. A continuación, el secretario General de la UCA ha dado lectura al acuerdo de su nombramiento. Y el profesor Pérez Monguió ha realizado una ilustrativa reseña de su vida personal y profesional, donde ha resaltado aquellos detalles y matices que la han convertido en una de las narradoras españolas más reconocidas de la actualidad, como la influencia artística de su padre y su abuelo, los primeros años en Malasaña, su formación académica en Geografía e Historia en la Complutense de Madrid, el repentino éxito con su primera obra ‘Las edades de Lulú’. En palabras del padrino, “lo suyo era una vocación, una vocación que, como define Luis García Montero, es aquello que te realiza como persona, lo que te vincula a la sociedad, lo que te hace sentirte útil”.
Pérez Monguió ha recordado que su premio más “preciado y precioso, el que le otorgó libertad y sustento, fueron sus lectores”. Y por último, a través de extractos de sus obras, ha visualizado su defensa por los colectivos más vulnerables y le ha dado la bienvenida a su Universidad donde pervivirá, ya que “su obra permanece como un faro, como un referente, como un punto cardinal en esta tierra que adoptó como propia”.
Luis García Montero, en nombre y representación de Almudena Grandes, ha recogido las nobles insignias de su doctorado Honoris Causa (birrete laureado, libro de la Ciencia, anillo, medalla y guantes), el título acreditativo y ha recibido junto al abrazo del rector (en nombre del Claustro de la UCA) un largo y cálido aplauso del público asistente.
“sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir”
Posteriormente, Juan José Téllez ha realizado el discurso de agradecimiento en representación de la nueva doctora. En un difícil ejercicio de portavocía y desde un sincero homenaje a su persona, el algecireño ha interpretado cuáles serían sus palabras en una ponencia, recogiendo y parafraseando diferentes textos (de discursos, declaraciones y artículos publicados en El País) e imaginando sus reflexiones con el amparo de su estrecha y confidente amistad: “desde muy pronto, recuerdo que quise ser escritora. Mi abuelo me regaló para mi primera comunión una versión de ‘La Odisea’ que me gustó mucho. Luego, leí ‘Mujercitas’, de Louisa May Alcott, y entonces quise ser Jo March. Estudié Prehistoria pero creo que un novelista y un historiador son como dos coches que se cruzan en direcciones contrarias en la misma carretera. Un historiador debe documentar la historia que tuvo que ser verdad y un novelista inventa una historia que tiene que parecer real. Ahora me siento más cerca que nunca de mi carrera”.
De su relación con Cádiz, ha explicado que su importancia se extrae de “la luz de todos los veranos, una experiencia propia y distinta del paso del tiempo, un ingrediente fundamental en mi concepto de la felicidad, una puerta abierta hacia un estado de gracia, una finura, una genialidad, una suma de virtudes vitales de placeres estéticos que no me corresponderían por nacimiento y que, sin embargo, me pertenecen desde que Cádiz me acogió desde que empezó a mimarme, a quererme tanto o más de lo que la quiero yo”. Ha descrito la relevancia del tiempo, su influencia en el desarrollo de la vida de los gaditanos: “los vientos de Cádiz son literatura pura. Y para una narradora como yo un fenómeno irresistible por completo. Y la prueba de que en Europa, para los que seguimos viniendo aquí, se puede seguir escribiendo novelas”.
El conferenciante ha comentado que escritores como Pérez Galdós, Mendicutti o Benítez Reyes contribuyeron a enriquecer ese amor de la autora por el Sur: “en ellos aprendí que Cádiz es, sobre todo, talento. Talento para vivir y talento para crear. Los gaditanos tienen una capacidad extraordinaria para aprovechar el tiempo perdiéndolo”; así como personajes más anónimos y autóctonos de Rota y alrededores, que le contaron sus vivencias y que ella supo comunicar a través de sus obras como la referida a la Base militar norteamericana y la historia de un peral plantado por un vecino.
Téllez ha concluido su alocución con la descripción de una jornada estival de Almudena Grandes en Rota, con la moraleja del disfrute de las pequeñas cosas como su casa, la naturaleza, las personas, el mar, su trabajo: “el verano es el tiempo de la felicidad. Apúrenlo y no piensen en el invierno que nos espera. Porque nuestros abuelos lo tuvieron muchísimo peor que nosotros y si no hubieran vivido, si no hubieran sabido disfrutar de la vida, si no se hubieran enamorado en tiempos atroces, nosotros no estaríamos aquí. Si existe una cosa que sabemos hacer bien los españoles es ser pobres. Lo hemos sido casi siempre, pero eso no nos ha hecho más desgraciados, ni más tristes que los demás. Recuérdenlo y sean felices, porque la felicidad también es una forma de resistir”.
“¿por qué Cádiz? La luz de esta Bahía fue el paisaje de Almudena durante sus veranos”
Por su lado, el rector de la UCA ha comenzado su discurso con la lectura del poema ‘El corazón helado’ de Cristina Ruiz, dedicado a Grandes. De este modo, Piniella ha agradecido a su familia y amistades su colaboración en este acto. Al mismo tiempo, ha recordado que “Almudena es doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Tiene calles, plazas, colegios, institutos con su nombre, bibliotecas, por supuesto. Y, desde hoy, el reconocimiento de nuestra Universidad de Cádiz”. Un homenaje, “a la que ha sido la novelista española más destacada de la segunda mitad del siglo XX. Aunque ella, es verdad, reivindicaba más su papel de novelista decimonónica”.
“¿Por qué la Universidad de Cádiz? ¿Por qué Cádiz?”, ha preguntado de manera retórica el rector: “la luz de esta Bahía fue el paisaje de Almudena durante sus veranos. La relación con Rota fue todo un idilio, casi veinte años desde que compartían, Almudena y Luis, la amistad con nuestro escritor Felipe Benítez Reyes. Y de pronto, Rota se convirtió en el pequeño mundo de sus amigos: Benjamín Prado, Eduardo Mendicutti, Juan José Téllez, José Ramón Ripoll, Joaquín Sabina o el propio Caballero Bonald, incluso Ángel González”.
De la doctora Honoris Causa de la UCA, Francisco Piniella ha resaltado su capacidad de escucha: “era una mujer que estaba siempre dispuesta a sorprenderse, a recoger nuevas historias, y quizás por ello era una excelente narradora, desde aquellos tiempos en que escribía los primeros cuentos en casa de su abuelo mientras su padre iba al fútbol. Almudena era una mujer con optimismo, con esperanza”. Finalmente, le ha dado las gracias por “el ejemplo de tu compromiso y por ese universo enorme de historias reales condensado en tus libros”.
En este acto en la Facultad de Filosofía y Letras también se ha podido ver, presidiéndolo junto a Piniella, a la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, y al secretario General de la UCA, Manuel Gómez. Y entre el público, entre otros, al presidente de la Diputación, Juan Carlos Ruiz Boix; el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu; el alcalde de Rota, Javier Ruiz Arana; la concejala de Enseñanza del Ayuntamiento de Cádiz, Ana Fernández; y al subdelegado del Gobierno de España en Cádiz, José Pacheco. Además, ha coincidido personalidades del mundo de la cultura como los escritores Felipe Benítez Reyes, Pepa Caballero y Benito Olmo, o el autor carnavalesco José Luis García Cosío ‘El Selu’.