La dieta mediterránea está basada en el consumo de alimentos frescos, naturales y ricos en nutrientes, por lo que es ideal para mantener un estilo de vida sano durante todo el año, pero durante el verano, mantener este estilo de alimentación puede ser tanto delicioso como refrescante.
Repasamos una lista de alimentos basados en la dieta mediterránea y te contamos cómo pueden ayudarte a mantenerte saludable y lleno de energía.
1- Frutas de verano
La estación estival es excelente para disfrutar de una amplia variedad de frutas frescas, ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes. Entre las más destacadas se encuentran:
– Sandía: Con su alto contenido de agua, es perfecta para mantenerse hidratado en los días calurosos. Además, aporta vitamina C y licopeno, un antioxidante que contribuye a la salud cardiovascular.
– Melón: Similar a la sandía, el melón es refrescante y una gran fuente de vitamina A y C.
– Cerezas: Son ricas en antocianinas, que ayudan a reducir la inflamación y pueden mejorar la calidad del sueño.
– Albaricoques y melocotones: Aportan fibra, vitaminas A y C, y son excelentes para la salud digestiva.
Incorporar estas frutas en ensaladas, postres o simplemente como meriendas puede ser una manera deliciosa y saludable de seguir la dieta mediterránea durante el verano.
2- Productos lácteos y sus alternativas
Los productos lácteos, como el yogur y el queso fresco, son básicos en la dieta mediterránea. En verano, el yogur natural o el yogur griego, combinados con frutas frescas, pueden convertirse en un desayuno o merienda refrescante y nutritivo. Pero es que, además, no solo son una excelente fuente de calcio y proteínas, también contienen probióticos que benefician la salud digestiva.
Para aquellos que prefieren evitar los lácteos tradicionales, los yogures de almendra, coco o soja, tienen beneficios similares. Además, estos productos pueden ser una base perfecta para preparar batidos saludables y refrescantes.
Asimismo, para quienes siguen rutinas de ejercicio físico y desean mantener su masa muscular, las mantequillas fitness para no perder la línea en verano pueden ser una excelente alternativa, ya que están elaboradas con ingredientes naturales y proporcionan una buena dosis de proteínas y grasas saludables, ideales para complementar una alimentación equilibrada.
Puedes utilizarlas en tostadas integrales, como aderezo para frutas o incluso en batidos para añadir un toque cremoso y nutritivo a tus comidas veraniegas.
3- Legumbres
Las legumbres, como las lentejas, garbanzos, habas o alubias, son un elemento fundamental de la dieta mediterránea; ricos en proteínas vegetales, fibra, vitaminas y minerales, nos aportan una gran saciedad y son una alternativa saludable a la carne.
En verano, podemos consumir legumbres en ensaladas frías, como hummus o patés vegetales. También podemos preparar guisos ligeros o cremas frías, ideales para combatir el calor.
4- Bebidas refrescantes
La hidratación es importantísima durante el verano, y qué mejor manera de mantenerse hidratado que con bebidas saludables y refrescantes. El agua sigue siendo la mejor opción, pero también puedes optar por infusiones de hierbas, té helado sin azúcar, o agua con infusión de frutas.
Las infusiones de hierbas como la menta o el jengibre, además de ser refrescantes, pueden tener propiedades digestivas y antiinflamatorias. El té helado, por su parte, puede ser una excelente fuente de antioxidantes si se elige una variedad rica en catequinas como el té verde.