La organización ecologista Agaden ha solicitado información a la delegación territorial de Medio Ambiente en Cádiz de la Junta de Andalucía, acerca de la colocación de las redes de nailon en los esteros que se encuentran en el Parque Natural Bahía de Cádiz.
Este colectivo pide aclaraciones respecto a la colocación de las mismas, así como un mayor control sobre ellas, de la misma manera que demanda la colaboración ciudadana para que contacten con ella o con algún organismo o fuerza del orden público, en caso de encontrar alguna ave muerta en extraña circunstancia o atrapada en alguna red.
No es la primera vez que Agaden notifica la presencia de algún ejemplar de especies como espátula (Platalea leucorodia) o cormorán grande (Phalacrocorax carbo) atrapada en redes o encontrada muerta con señales clara de disparos en el Parque Natural. En los últimos meses han aparecido dos ejemplares de cormoranes, siendo el último encontrado con vida hace una semana, en el término municipal de Chiclana, y liberado con ayuda ciudadana sin ninguna herida.
Estos ecologistas, en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, no entienden cómo un método “para nada selectivo y nada disuasorio” (en cuanto que solo prohíbe la entrada al estero de la fauna, pero no impide que queden atrapados) es permitido en una Zona de Especial Protección para las Aves, incluida en la Directiva Hábitats de la Unión Europea y la Red Natura 2000, “por lo que le son de aplicación todas y cada una de las regulaciones sobre conservación de aves y preservación de sus hábitats naturales y que obliga a los estados miembros (en este caso España) a cumplir sus prescripciones en materia de conservación”.
De la misma manera, Agaden no entiende que esta situación “no sea controlada y regulada” y que provoque la muerte de ejemplares de diferentes especies, siendo esta acción perseguida tal y como queda recogido en la Ley 8/2003, de la flora y la fauna silvestres, donde literalmente queda prohibido “dar muerte, capturar en vivo, dañar, perseguir, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres sea cual fuere el método empleado, en particular durante el período de reproducción, crianza, hibernación y migración, recolectar sus larvas o crías, alterar o destruir sus hábitat, así como sus lugares de reproducción y descanso”.