CRÍTICA. ‘La Copla Negra’ es un local nocturno donde las copas pueden terminar en caricias con las artistas que cantan allí. La acción de esta obra musical, incluida en la programación del XXIII Festival de Teatro de Comedias de El Puerto, a cargo de Chirigóticas y Antonio Álamo como director, se inicia precisamente con un arreglo “a la gaditana” del antro donde transcurrirá la vida artística de Olvido, Manuela y Chana, tres mujeres que mantienen vivo el negocio del burdel camuflado por necesidad y camelados por José Luis, el simpático sinvergüenza que engaña a todos, incluso a su mujer.
Conocer la trama de la obra, no resta interés alguno porque la simplicidad del ropaje oculta la enorme riqueza que esconde en su interior. En cierta forma, ‘La Copla Negra’ es un ejercicio de camuflajes diversos. Se disimula una tragicomedia aunque su conformación postmoderna diluye los límites de cada elemento de la estructura teatral sobre la que se sustenta. Si al principio, la historia se narra claramente en formato de comedia, el tono dramático se impone poco a poco, incomodando emocionalmente en ocasiones al espectador los giros cómicos de las escenas finales, giros omnipresentes incluso en los momentos de mayor lirismo.
También las actrices camuflan su identidad genérica y funcionan de forma ambivalente tanto como actor/actriz. En esa línea, y como guiño al espectador, conocedor de historias reales parecidas en el mundo de la copla, se hacen referencias explícitas a la disociación entre sexo y género de los personajes. Con un lenguaje rudo y explícito, eso sí, pero resulta que el lenguaje entra también en el juego de engaños. El propio director y autor del texto, reconoce que ellas “se apoderan de palabras y expresiones que han funcionado siempre bien en boca de los hombres, pero que la mujer guardaba para su intimidad”.
El lenguaje es la clave del disimulo verbal que viste la seriedad irreductible de esta obra con un vestido de broma eterna. Un lenguaje que se mueve “en el filo de la navaja, entre lo que se puede y no se puede decir, entre lo aceptable y lo no aceptable” y que carece de pudor. Es una obra que basa su comicidad en la hiperbólica visión de la realidad, pero también en la versión carnavalesca del doble lenguaje y de la duplicidad de sentidos que tienen las palabras en Cádiz. De ahí que se repita constantemente el latiguillo “¿tú me entiendes?”, o su versión más ambígua: “tú ya me entiendes”, para significar que la comunicación precisa del conocimiento, diría el consentimiento, de la otra parte para ser efectivo. Y tan efectivo: con medias palabras, todas se dan cuenta de la vida de miseria que arrastran con el proxenetismo invertido de José Luis, teóricamente el defensor-explotador de todas ellas.
Quizá por necesidad de un final feliz, una especie de recuperación de la historia negra compartida durante hora y media con los personajes, se introduce en la conclusión una escena de corte carnavalesco, una crítica ácida y muy actual de la corrupción -también muy celebrada por el público, por cierto -, pero que a mi parecer cuadra poco con el hilo conductor de la pieza; ‘La Copla Negra’ es un espectáculo donde prima el espíritu de Cádiz que siempre busca el lado positivo de las cosas para reírse. Es una forma de distanciarse del problema, incluso en las situaciones más desesperadas, y comprender que aquí estamos de paso y no hay que tomarse todo tan en serio, recordaba Ana López, la autora de las letras que hacen de esta obra un espectáculo singular. DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
XXIII Festival de Teatro de Comedias.
La Copla Negra. Antonio Álamo, texto y dirección. Letras: Ana López Segovia. Reparto: Alejandra López Segovia (José Luis, Olvido), Ana López Segovia(Sebastiana, Gallego), Teresa Quintero (Mari Carmen, Manuela, Lolo). Música y espacio sonoro: Mariano Marín.
Lugar y día: Patio del Colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María, 16 de agosto de 2014. Asistencia: Lleno