El Ayuntamiento de El Puerto anunciaba a finales de octubre de 2019 la reanudación de la construcción del controvertido y problemático aparcamiento de Pozos Dulces (de más de 400 plazas en dos plantas), en pleno centro, y una de las principales entradas y vía de acceso a la ciudad muy transitada por portuenses y visitantes. Una actuación que entonces todavía no había alcanzado su ecuador y que se iniciaba sobre el terreno a mediados de noviembre de 2016, con un plazo de ejecución de unos 14 meses.
En ese momento el alcalde, Germán Beardo, afirmaba que tras meses de parón, se ponía solución a la parte administrativa, pero todavía quedaba por resolver la parte económica para darle viabilidad al proyecto que dejó atado y bien atado su partido, el PP, junto al ya extinto PA antes de quedarse sin el gobierno local en 2015, pese al fuerte rechazo social y de formaciones entonces en la oposición.
Más de dos años después, el mismo primer edil conservador ya reconoce que si en agosto no hay avances por parte de la promotora de las obras (es cuando expira la licencia de Urbanismo), se pasará a descartar este parking subterráneo que tanto ansiaba la derecha, y se procederá a urbanizar la superficie empleando, en principio, el dinero del aval de la actuación, unos 500.000 euros. Y es que sigue sin aparecer un socio inversor que ponga los alrededor de 6 millones de euros que restan para poder concluir los trabajos, adjudicados a Gyocivil.
“UNA SOLUCIÓN TARDÍA Y CHAPUCERA”
El PSOE ha lamentado ya que la solución que propone ahora Beardo sea “tardía y chapucera”, asegurando que “Pozos Dulces es la imagen del engaño que suponen los gobiernos del PP en El Puerto; los gobiernos de antes y, por supuesto, el de ahora”.
El exalcalde y secretario local socialista, David de la Encina, recuerda en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que el actual primer edil popular “se pasó cuatro años vendiendo soluciones y prometiendo que arreglaría Pozos Dulces, como prometió arreglar tantos otros problemas de El Puerto”. Sin embargo, dos años después de sus promesas, “lo cierto es que esos problemas que iba a solucionar van a peor, como el del parking de la entrada a la ciudad”.
En cuanto al gobierno de derechas anterior, De la Encina insiste en que “el enorme problema creado con los parkings arranca en 2012 con el también gobierno del PP de Enrique Moresco”. Además, “entonces se permitió vender como un regalo ese fondo europeo con el que iban a mejorar no solo Pozos Dulces si no también en el la plaza de toros”. En este segundo caso, el PSOE asegura que “consiguió frenar el parking previsto por el PP que hubiera supuesto reventar literalmente la plaza y privatizar todos los aparcamientos de Valdés, que hoy siguen siendo gratuitos”.
En cuanto a Pozos Dulces, el exalcalde afirma que “tuvimos que tragarnos el boquete que dejaron abierto durante mucho tiempo, pero logramos terminar toda la estructura e incluso dejamos un millón de euros para que se hubiera terminado la cubierta y restituido el tráfico, y no lo que ahora se pretende, que es una solución tardía y chapucera”.
¿QUÉ HA PASADO?
Este aparcamiento de Pozos Dulces se construye a través de la sociedad Impulsa Aparca, integrada inicialmente al 50% por la empresa municipal Impulsa El Puerto y la inversora Ged Capital, que gestiona fondos de la UE del programa europeo Jessica. En un primer momento Impulsa Aparca, con el empeño de populares y andalucistas, tenía proyectada la construcción de dos parkings en la ciudad: uno en la plaza de toros y otro en Pozos Dulces. Sin embargo, en el mandato anterior, el PSOE (y sus entonces socios, IU y Levantemos), cumpliendo a medias su promesa electoral, descartó en 2016 la construcción del primero y se centró exclusivamente en el desarrollo del de Pozos Dulces, para el que se incrementó la partida de ejecución hasta un capital de unos 12 millones aproximadamente.
¿Qué pasó? Según el actual bipartito de PP y Cs, las obras previas que ya se habían ejecutado en previsión de la construcción del aparcamiento de la plaza de toros antes de descartarlo (obras de canalización que se realizaron en los aledaños) y los pagos compensatorios realizados a la Unión Europea por incumplimientos en el calendario de obra, redujo el capital disponible hasta unos 8 millones.
E igualmente, Impulsa Aparca se encontró con una dificultad añadida al estar integrada por una empresa municipal con una situación económica complicada. Y es que la presencia municipal en la sociedad mixta “perjudica cualquier operación de crédito, ya que las entidades bancarias lo identifican como un alto riesgo”.
Para solventar este extremo, Impulsa El Puerto optó meses atrás por abandonar la sociedad, dando la opción de entrada a un nuevo inversor privado que pueda dar viabilidad financiera a Impulsa Aparca para que se finalice la construcción del aparcamiento. Pero ese inversor no ha aparecido ni parece que vaya a aparecer.