CRÓNICA. Primera corrida de toros del abono portuense, el domingo 27 de julio, con un ganado muy por debajo de la categoría de la plaza y un público demasiado orejero. En el cartel, Juan José Padilla, David Fandila ‘El Fandi’ e Iván Fandiño.
El primer festejo mayor del abono veraniego de El Puerto de Santa María no fue precisamente de los que hacen al aficionado volver al tendido de la Plaza Real. Primero, la decepcionante presentación de los toros de Cuvillo, toros “anovillados”, unos y feos y mal presentados otros. Por otro lado el cartel de toreros tampoco decía mucho, hacía su primer paseíllo Padilla, de los dos en los que esta anunciado, con uno hubiese sido suficiente. El Fandi hacia dos años que no pisaba el albero portuense y si está otros tantos no creo que se le eche en falta. Y cerraba terna Iván Fandiño, del que todavía me pregunto que pintaba en ese cartel, por la temporada que lleva puede y debe estar mejor acartelado. Tomás Entero tendrá que hilar fino e intentar hilvanar mejores combinaciones y de esta forma atraer de nuevo a la gente. Este domingo era penoso ver tanto cemento despoblado de aficionados.
Con el primer Cuvillo, falto de presencia, reservón y sin fuerzas poco pudo hacer Padilla; se llevó dos puyazos, uno de cada caballo, lo banderilleó con facilidad y en la muleta lo llevó siempre a media altura para que no se cayera, mató de pinchazo y estocada y la gente estuvo cariñosa con él. Con el cuarto estuvo más enfibrado, recibiendo al toro con una larga cambiada y un buen ramillete de verónicas, galleo por chicuelinas para llevarlo al caballo, se le picó muy mal, y con las banderillas volvió a estar fácil, cerrando el tercio con un espectacular par al violín. Comenzó de rodillas la faena de muleta y en ese momento una aficionada arrancó con un fandango en honor del torero y todo se vino arriba, el público jaleando, el torero entregado, la banda haciendo sonar ‘Davila Miura’ y hasta el toro que metió la cara con codicia se sumó a la fiesta. Hubo momentos de temple sobre todo por la derecha y algún natural suelto, la pena es que el toro se apagó muy pronto por la falta de fuerzas; otro pinchazo y una estocada le valieron la oreja.
El Fandi anduvo abúlico y desganado. A su primero lo toreo bien con el capote, casi no se picó al animal y lo banderilleó fácil con un tercer par cambiando de fuera hacia adentro que puso en pie a su fiel público. Con la muleta siempre se colocó al hilo del pitón, toreando en línea recta cuando el toro, sin ser un dechado de virtudes ofrecía mas posibilidades que sus hermanos, no tuvo calado la faena; mató de un estoconazo y sorprendentemente se le pidió la oreja, que no fue concedida. En el quinto volvió a torear bien con el capote, incluso en el quite por lopezinas estuvo lucido, puso cuatro pares de banderillas con soltura y puso a la gente en pie después de parar al toro corriendo hacia atrás hasta completar una vuelta completa al anillo. Fue sin duda el toro de más clase y calidad del pobre encierro, tras un comienzo de rodillas jaleado por la gente, la cosa empezó a difuminarse tras perder muleta y espada en el remate; a partir de ahí aburrió literalmente al animal, mal colocado y trazando muletazos rectos cuando el toro pedía a gritos mejor colocación y una muleta templada que condujera sus nobles embestidas, supongo que el estoconazo le valió la oreja.
Lo mejor de la tarde corrió a cargo de Fandiño, tanto con el capote como con la muleta. Al tercero lo recibió con verónicas cargando la suerte y ganándole terreno al toro, no hubo suerte de varas, el piquero Agudo marro con la puya y el animal se fue sin picar -la autoridad debería de ponerse manos a la obra y hacer cumplir el reglamento, ahora se pica casi debajo de la presidencia, cuando el sitio del caballo es entre el cuatro y el seis-. Muy templado con la muleta, lo supo llevar siempre muy toreado, aguantando al animal sin que se cayera, buenas series por el pitón derecho, por el izquierdo se quedaba más corto, cerró el trasteo con ceñidas manoletinas, la fea colocación de la espada le privó de un mayor premio. Con el sexto volvió a lucir con la capa, esta vez sí hubo suerte de varas, además muy bien ejecutada por Manuel J. Bernal que fue muy aplaudido. Otro toro flojo al que entendió perfectamente el torero de orduña, sobre todo por el derecho. le faltó clase y calidad al animal, esta vez manejó con acierto la espada y corto una oreja. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DE LA CORRIDA:
Plaza de Toros de El Puerto de Santa María, un cuarto de entrada en tarde agradable.
Ganado: Seis de Núñez del Cuvillo, desiguales de presencia, faltos de raza y fuerza, destaco el quinto por clase y calidad.
Toreros: Juan José Padilla, de sangre y oro con remates negros,ovación con saludos y oreja; David Fandila ‘El Fandi’, de nazareno y oro, ovación con saludos y oreja; Iván Fandiño, de grana y oro, fuerte ovación con saludos y oreja.
Incidencias: Presidió D. Jesús Neva.