La empresa de aguas de El Puerto, Apemsa, ha registrado un aumento de atascos en las redes de saneamiento durante este mes de confinamiento generalizado de la población por la crisis sanitaria del coronavirus, y como se ha advertido estas semanas de la misma manera en Cádiz, Chiclana o en San Fernando, el problema son las toallitas húmedas que se arrojan al retrete.
Desde Apemsa se argumenta que “al estar más horas en casa, se usa con más frecuencia el baño y crece la costumbre de arrojar al inodoro toallitas, bastoncillos y otros productos de higiene personal que no son biodegradables, lo que puede provocar no solo atascos en la vía pública, como ya se están produciendo, sino en las cañerías de los hogares”.
De este modo, se repite por enésima vez que productos como las toallitas de un solo uso no se deben tirar en el wáter sino en una papelera. “En caso contrario, pueden provocar acumulación de fibras y tejidos en las tuberías de saneamiento y en la depuradora y, por lo tanto, averías por atascos y roturas en los equipos de las diferentes estaciones de bombeo de aguas residuales de la ciudad”, alerta Apemsa en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
“Todo el esfuerzo humano y económico que ha realizado la empresa municipal de aguas de El Puerto y, por tanto, todos los portuenses, para modernizar la red de saneamiento se está poniendo en peligro por esta costumbre”, se defiende.
Estas toallitas húmedas “no se descomponen al entrar en contacto con el agua” como la celulosa con la que está elaborado el papel higiénico. Están fabricadas con un material denominado ‘tejido no tejido’, que se obtiene con la compactación de fibras, sin necesidad de cosido. Esas fibras se separan cuando se tiran al retrete. Una vez en las tuberías, vuelven a unirse y crean grandes madejas.
Ya en las tuberías, el primer bloqueo suele producirse al taponarse la conexión con la red de alcantarillado de la propia vivienda. Al ser en las cañerías privadas del cliente, éste debe hacerse cargo de su desatasco, con el consiguiente gasto que le ocasiona.
El pasado año 2019, gasta la depuradora (EDAD) de Las Galeras llegaron 487 toneladas de sólidos; la práctica mayoría: toallitas, bastoncillos, gasas, papel de cocina, compresas, preservativos etc. Además, las toallitas también pueden acabar en el río y en el mar. Incluso hay pescadores que indican que encuentran esta toallitas en sus redes.
De este modo, confiando en “la disposición cívica” de todos los vecinos, esta empresa privatizada al 49% hace un llamamiento para que los ciudadanos “vuelvan a dar muestras del mismo comportamiento solidario y ecológico que promulgan con el reciclaje, y con un simple gesto -arrojar toallitas, compresas y cualquier otro producto de difícil descomposición a la basura-, contribuyan a la conservación y buen funcionamiento de la red de saneamiento de nuestra ciudad”.