La empresa mixta de aguas de El Puerto, Apemsa, está poniendo a punto en los últimos días las nueve fuentes ornamentales situadas en distintas zonas de la localidad, actuación que entra dentro de sus competencias.
En concreto están en: la plaza de la Noria, la plaza del Pescador, la plaza Tula Ruiz Golluri, la avenida de la Paz, la plaza del Polvorista, la plaza Elías Ahuja, La Salle el paseo marítimo de la Puntilla, y la más emblemática, la fuente de Las Galeras Reales que data del año 1735.
Ya se han sustituido las piezas averiadas de los motores de la fuente de la plaza de la Noria, la ubicada en la plaza Tula Ruiz Golluri y en la plaza del Pescador (Resaca). También, se han limpiado las del paseo marítimo de la Puntilla, Las Galeras y la situada en la plaza de toros que estaban llenas de fango por culpa de la calima. Quedan por reparar y revisar el resto.
La fuente de la plaza de la Noria llevaba dos meses fuera de servicio debido a la avería de la bomba. Bajo este espacio se sitúa la mayor estación de bombeo de aguas residuales de la ciudad. El diseño de su superficie se planteó como un bunker de golf, para adaptarla a lo irregular del espacio que quedaba disponible. Tras la reparación efectuada, “luce bien guapa”, resaltan desde Apemsa en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Por su lado, la fuente de la Resaca se encuentra en la plaza del Pescador, situada en la confluencia de la Ribera del Río y la Ribera del Marisco y ocupa una zona peatonal donde en su día se ubicaba el monumento del Pescador (actualmente instalado frente al muelle del vapor). Hacía varias semanas que se había estropeado la bomba que impulsaba el agua; se han cambiado las piezas averiadas y se ha procedido a su limpieza y puesta a punto.
Igualmente se ha actuado ya en la fuente de la plaza Tula Ruiz Golluri, en la barriada Luis Caballero. En su día fue reparada por la empresa municipal tras años en estado de abandono. Una nueva avería en una pieza del motor la había dejado sin funcionamiento, pero ya está a pleno funcionamiento. A parte de cambiar las piezas que estaban rotas, se han limpiado y engrasado los engranajes que impulsan el agua de las tres fuentes y se ha comprobado que todos los chorros funcionan correctamente.
En breve, le tocará el turno de su revisión y puesta a punto a las fuentes ubicadas en la avenida de la Paz, plaza Elías Ahuja y La Salle. La plaza del Polvorista tendrá que esperar un poco ya que se están esperando los suministros necesarios para su reparación.
En su origen, las fuentes cumplían con un papel funcional, para abastecer de agua a los ciudadanos. Aunque El Puerto no posee ya las 70 fuentes públicas y particulares que tuvo a finales del siglo XVIII (con agua procedente de los pozos de la Piedad), sí que es cierto que cuenta en su haber con estas nueve ornamentales situadas en distintos puntos.
Desde el año 2009, Apemsa posee un plan de mantenimiento, según la legislación vigente, que incluye quincenalmente desinfección con hipoclorito de las instalaciones, además de mediciones de cloro. Dos veces al año se lleva a cabo una analítica microbiológica y, anualmente, una de legionela, además del mantenimiento de los elementos.
PERO EL VANDALISMO NO CESA
Tristemente, varias de las fuentes que acaban de ponerse a punto han sido ya objeto del vandalismo irracional. Apemsa ha advertido tras el fin de semana de la “desagradable sorpresa” de destrozos en la situada en el paseo marítimo de la Puntilla, piedras preparadas para lanzarlas en la del Pescador y una valla dentro de la situada en la plaza de Toros.
“Han sido actos premeditados simplemente por el gusto de romper un patrimonio que es de todos los portuenses. Se presentará la correspondiente denuncia, ya que los destrozos de la Puntilla son cuantiosos”, se apunta.
La empresa municipal lamenta que no es la primera vez que una fuente ornamental aparece con daños, “cada año se invierten miles de euros en reparar bombas que se averían -porque la basura que se tira a las fuentes las quema-; se deben cambiar los pitorros por donde salen los chorros de agua porque son destrozados a pedradas –ya que en algunas fuentes la gente se baña y les molestan- o sustraen azulejos y otras piezas indispensables para su funcionamiento para su venta”. Esto hace que estas infraestructuras “estén muchas veces fuera de servicio y no por dejadez, sino porque, como en esta ocasión, se repara y en pocos días aparecen de nuevo rotas”.