La plantilla del Casino Bahía de Cádiz, en El Puerto de Santa María, ha comenzado movilizaciones para intentar desbloquear las negociaciones de su convenio colectivo. El pasado mes de diciembre ya hizo pública la situación que sufre.
Los trabajadores, transcurridos nueve años desde la firma de su último convenio colectivo, y tras dos años de infructuosas negociaciones, consideran que la única vía para conseguir su objetivo es la movilización, ya sea mediante paralizaciones de actividades programadas o incluso ir a la huelga.
El objetivo de los trabajadores, subrayan desde el comité de empresa en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, es actualizar sus salarios “a las condiciones de vida actuales”, ya que los sueldos permanecen congelados desde 2009.
Además, se asegura que la empresa “ha instalado unas cláusulas abusivas en las nuevas contrataciones, por las cuales la plantilla se ve obligada a realizar funciones que no están recogidas en convenio, y que son totalmente ilegales”, y por eso están denunciadas en reiteradas ocasiones ante la autoridad laboral competente, “que hasta el momento toma partido arbitrariamente a favor de la empresa, con resoluciones ambiguas que no han disuadido al empresario de dicho comportamiento, que debido al miedo de los empleados a perder sus puestos de trabajo se ven obligados a firmarlas, sin presencia del comité como órgano legalmente reconocido y de representación entre trabajadores y empresario”.
Estas acciones de protesta, se anuncia, serán periódicas y coordinadas con varios casinos de otros puntos del Estado español que pertenecen a la empresa Comar, en las que sus trabajadoras se encuentran con similares condiciones laborales, “para intentar forzar al dialogo entre las partes”.
El comité de empresa exponía meses atrás que durante los años más duros de la crisis-estafa, los trabajadores de estas instalaciones portuenses han asumido un Expediente de Regulación de Empleo (ERE, o sea, despidos), con la consiguiente pérdida adquisitiva y, por tanto, con la pérdida de su prestación por desempleo. Así, se llevó a cabo un plan de prejubilación para la plantilla más veterana, para el que la empresa puso sobre la mesa 1,9 millones de euros; a decir del comité, “ha quedado ya amortizado, en el transcurso de estos años, por el ahorro en costes salariales”.
Actualmente la empresa sigue argumentando que ante la deuda que soporta resulta imposible aumentar, aunque sea levemente, los salarios de su plantilla actual; plantilla que además ha disminuido a medio centenar.