La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz completa su compromiso para liberar de buques abandonados las instalaciones portuarias con la retirada de restos y embarcaciones en el recinto habilitado para ello en la dársena de El Puerto de Santa María, donde sólo queda el buque Louisa, pendiente de resolución judicial. Se acaba de contratar una empresa especializada para ello.
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) completa su compromiso para liberar de buques abandonados las instalaciones portuarias con la retirada de restos y embarcaciones en el recinto habilitado para ello en la dársena de El Puerto de Santa María, tras el almacén número 3 en el muelle Exterior.
En este sentido, ha adjudicado a la empresa Desguaces y Reciclajes de la Bahía los trabajos de retirada a vertedero de las embarcaciones y la limpieza de la superficie ocupada por 7.000 euros (IVA excluido). La obra cuenta con un plazo de ejecución máximo de un mes.
De esta forma, la dársena portuense quedará liberada de buques y restos de embarcaciones abandonadas. Aquí sólo queda el Louisa, incautado en 2006 e inmerso desde entonces en un complejo procedimiento judicial.
La Autoridad Portuaria recuerda en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que lleva meses trabajando en la enajenación de la práctica totalidad de buques abandonados en las distintas dársenas, habiendo conseguido el pasado año pasar de nueve a dos embarcaciones.
Además del citado Louisa, queda pendiente el Katerina, atracado en el Muelle de Las Américas (en la dársena de Cádiz) desde abril de 2013, inmovilizado en el puerto por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Cádiz, mediante embargo preventivo y cuya subasta ha sido recientemente autorizada.
La APBC considera que la colaboración de la Administración judicial es esencial para la seguridad de la navegación marítima y para el desarrollo de las distintas actividades portuarias, por lo que sigue reclamando colaboración para la resolución de los casos pendientes, no sólo por los gastos que le ocasionan estos depósitos sobre los que no tiene competencia alguna, sino también por el tiempo que tardan en resolverse y la mala imagen que estas embarcaciones abandonadas provocan en las dársenas, como han denunciado en reiteradas ocasiones los ayuntamientos y las asociaciones vecinales, entre otros colectivos.
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