Unos 450 escolares han estrenado durante el mes de febrero los talleres educativos que ha acogido el Laboratorio de Investigación Gastronómica Chef del Mar, situado en el molino de mareas El Caño, en El Puerto, incluidos en el programa de uso público elaborado por el concesionario de estas instalaciones municipales, el chef Ángel León, para dar a conocer el patrimonio histórico, cultural y natural de la localidad.
Un total de 450 escolares de El Puerto han participado durante el pasado mes de febrero en los 18 talleres educativos que ha acogido el Laboratorio de Investigación Gastronómica Chef del Mar, situado en el molino de mareas El Caño, incluidos en el programa de uso público elaborado por el concesionario de las instalaciones municipales, el chef Ángel León, para dar a conocer el patrimonio histórico, cultural y natural de la localidad.
Hace unos meses el Ayuntamiento adjudicó a la empresa de León la explotación de este edificio restaurado años atrás por el Ministerio de Medio Ambiente durante 30 años y un canon anual que no llega a los 6.000 euros. Entre los compromisos adquiridos está este programa de actividades educativas -incluido en la Oferta Educativa Municipal-, que se iniciaba en febrero.
Para su realización, el afamado Chef del Mar cuenta con la colaboración de Juan Carlos Mendoza, Doctor en Historia, y de Yolanda Romasanta, Licenciada en Historia del Arte y especialista en Museos y Conservación del Patrimonio. Romasanta ha sido la encargada de planificar, dirigir e impartir las unidades didácticas en los talleres celebrados hasta ahora. “Después de más de un mes con los niños podemos afirmar que los talleres cumplen no sólo su misión didáctica y lúdica, sino que despiertan inquietudes y vocaciones en los pequeños”, afirma la historiadora en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
El objetivo de estos talleres, que se reanudarán a principios de abril dirigido a escolares portuenses y de otras ciudades de la provincia, es dar a conocer el patrimonio natural que albergan los molinos, difundir la importancia de los espacios intermareales y su riqueza faunística, florística y pesquera, así como demostrar que el uso de la energía alternativa que proviene del mar es una posibilidad real de futuro.
Alumnos de entre 6 y 13 años de centros de la ciudad como el CEP Las Carmelitas, el CEP El Juncal o el IES Espíritu Santo, han sido los primeros protagonistas de esta experiencia que aúna entretenimiento y aprendizaje, participando en talleres de Molienda, Funcionamiento de un molino o Molinos y medio ambiente”. Así, los niños conocen para qué sirve un molino de mareas, muelen distintos tipos de grano con primitivos molinos de mano y conocen un oficio hoy desaparecido en la Bahía de Cádiz pero que fue de vital importancia social y económica hasta hace pocas décadas.
Los escolares recorren el antiguo molino portuense donde se ubica el laboratorio gastronómico y el restaurante, visitando cada una de las estancias que conforman el singular edificio y participando en talleres donde conocen las mareas, los tipos de pan que se hacían con las harinas de los molinos, aprenden a moler trigo, identifican las diferentes especies de flora y fauna de la marisma, construyen la maqueta de un arco de medio punto y descubren las aplicaciones alimenticias del plancton, con el que dibujan en sus propios cuadernos de campo, diseñados expresamente para los niños, entre otras actividades.
El programa escolar del molino de mareas incluye, además de los talleres a escolares y estudiantes, la formación de los profesionales de Aponiente sobre el lugar donde se ubica el Laboratorio de Investigación Gastronómica y asesoramiento para su conservación, así como la reconstrucción virtual de la sala de molienda y de la maquinaria del molino que está llevando a cabo una arquitecto del equipo de Yolanda Romasanta y Juan Carlos Mendoza a partir del estudio de los planos originales de 1874.
MOLINO DE MAREAS EL CAÑO
El molino de mareas El Caño es una sólida construcción de dos plantas, edificada con sillares de piedra ostionera, emplazada de manera transversal sobre un caño que confluye con el río Guadalete en las cercanías del puente del ferrocarril, aguas arriba del antiguo puente de San Alejandro. Aunque actualmente se le conoce como caño del Molino era denominado en el siglo XIX como caño de la Madre Vieja, al ser éste un antiguo cauce del Guadalete. Se estima su construcción hacia el año 1815.
A finales del siglo XIX, el molino cayó en desuso, llegando a ser utilizado como nave almacén, circunstancias que motivaron el deterioro de su imagen y estructura, todo ello asociado a una deficiente conservación. Y en 1995, el inmueble, hasta entonces de titularidad privada, pasa a manos del municipio en permuta por otras parcelas. En 2012 culminó su restauración a cargo del Ministerio de Medio Ambiente.
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