Las playas de El Puerto de Santa María quedan abiertas desde este festivo 1 de mayo; se arría la bandera roja que se impuso a mediados de marzo, junto al estado de alarma, “como símbolo de apertura al paseo (no al baño) de los portuenses”, siempre con las restricciones de distancia social, distancia de un kilómetro del domicilio particular, número de hijos y horarios impuestos por el Gobierno central, según ha avanzado el alcalde, Germán Beardo.
Igualmente, se abren los espacios naturales autorizados, parques y pinares municipales; quedando por el momento cerrados los elementos de juego de los parques infantiles así como las instalaciones deportivas.
Beardo aprovecha para hacer un llamamiento a todos los vecinos para que se cumplan estrictamente las normas, “ya que El Puerto no puede permitirse bajo ningún concepto dar un paso atrás”.
El primer edil del PP subraya en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que la localidad “está preparado para iniciar la desescalada”, y en este punto presume de que es “la ciudad con menor tasa de fallecimientos por coronavirus de Andalucía y con menos contagios de la provincia de Cádiz”. Según los registros oficiales, en El Puerto se han detectado hasta el momento 55 infectados por Covid-19, y ha muerto una persona.
Agrega que aunque “lo idóneo hubiera sido plantear la desescalada con test masivos”, está seguro de que “con las medidas de prevención, con la responsabilidad de los portuenses y con la eficacia de la Policía seguiremos siendo un ejemplo y una referencia para toda España, siempre que continuemos actuando con máxima prudencia y tranquilidad”.
“EL PUERTO TENDRÁ VERANO”
Beardo insiste en que “si no retrocedemos y actuamos con cautela los portuenses y El Puerto tendrán verano”. Por supuesto, reitera “será un verano adaptado, con control, con mayor distancia y menores aforos, pero verano para nuestros hoteles, comercios y el sector de la hostelería; para los portuenses primero y luego en la medida que nos dejen con seguridad y control para los gaditanos, andaluces o españoles”.
Desde el Gobierno local de PP y Cs la “prioridad máxima”, se añade, es “que los portuenses estén protegidos pero también, y no menos importante, para la recuperación de la economía, con la consiguiente generación de empleo y riqueza”.
En este sentido, el alcalde ha trasladado este jueves por videoconferencia a la Mesa del Turismo un paquete de medidas fiscales que, entiende, “contribuirán eficazmente a paliar los efectos de la crisis socioeconómica derivada de la sanitaria”.
Entre las medidas se encuentran distintas ayudas fiscales para la totalidad de las familias, con la modificación del calendario tributario, de pagos e impuestos del primer semestre que se amplía del 1 de julio hasta el 31 de agosto. Quedando, por tanto, el segundo semestre y así se ha comunicado oficialmente al Servicio Provincial de Recaudación de Cádiz, del 1 de octubre al 1 de diciembre.
Igualmente se aprueba que a los comerciantes que hayan cerrado sus negocios durante el periodo de estado de alarma se les exonera durante el mismo, a través una bonificación del pago las tasas de ocupación de la vía pública para terrazas, mesas y sillas, así como atracciones de recreo infantil, kioscos, toldos y chiringuitos. Además, no tendrán que abonar la tasa de basura correspondiente al periodo de confinamiento.
Otra de las medidas extraordinarias que se ponen en marcha es que los hosteleros podrán ampliar sus metros de terraza “para mantener el empleo” y poder cumplir así con las medidas de seguridad que hay que mantener de distancia social y que les obliga a reducir el aforo; “sin que le repercuta ni un céntimo de euro en impuestos municipales”.
En definitiva, el primer edil portuense confía en que su ciudad “tenga el mejor verano que nos permitan las autoridades sanitaria, con las mayores garantías para todos los ciudadanos y, por supuesto, para la economía”.
Un objetivo que “depende de la responsabilidad de todos”; y en este sentido advierte de que “los controles policiales continúan y serán estrictos en el cumplimiento de la Ley”. “El Puerto no tiene suficientes agentes de policía para ir detrás de cada vecino, de ahí que se ruega encarecidamente que la responsabilidad individual y colectiva sea la máxima; ya que la ciudad se juega la vida, el futuro de las familias y el pan de los portuenses”, concluye.