La motorada que cada año se celebra alrededor del Gran Premio de Jerez, este 2025 más masiva que nunca, no termina de contentar a todos, pese a su evidente impacto en hoteles, bares y restaurantes del entorno de la Bahía de Cádiz.
Uno de sus puntos neurálgicos sigue siendo El Puerto de Santa María, y allí la Federación Local de Asociaciones Vecinales (Flave Sol y Mar) ha lamentado que el descanso y los derechos ciudadanos queden “supeditados” al beneficio económico y los ingresos de establecimientos hoteleros y hosteleros durante estos días de avalancha motera.
“Este año, la sensación de los ciudadanos es que ha habido mayor número de motos y vuelve el vandalismo y los actos incívicos de los que vienen durante varios días a pernoctar, comer y disfrutar de El Puerto, sin cuidar una ciudad que no sienten como propia y sin respetar los derechos de los portuenses, que desde jueves a domingo se han sentido encerrados en casa, sin poder apenas salir a la calle puesto que la localidad se ha vuelto una ciudad sin ley”, relatan desde la Flave en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Respaldada por las quejas y protestas ciudadanas recabadas, esta entidad añade que la situación vivida el pasado fin de semana “se parece demasiado a etapas que ocurrían en décadas anteriores, cuando el motero tomaba la ciudad sin tener en cuenta al portuense, el ruido que hacían y que suponía un problema a la hora del descanso y, además, provocaban que la gente tuviera miedo de pisar la calle”.
“LA MANGA ANCHA DE BEARDO”
A todo ello suman “la manga ancha” que ha ofrecido a los moteros el equipo de Gobierno de Germán Beardo: “ha generado que muchos hayan acudido a El Puerto, puesto que en otras ciudades cercanas no han tenido tanta consideración para que pudieran hacer el cafre, cometer actos vandálicos, realizar gamberradas o no tener en cuenta a viandantes y demás conductores”.
El Gobierno local del PP, para la Flave, “está abriendo año a año la mano al motero, y esto está haciendo que El Puerto vuelva a estar en el punto de mira de aquellos que no respetan a los portuenses”. Por ello, se invita al Ejecutivo a hacer una reflexión de si merece la pena exponer a los vecinos de tal manera “para conseguir que la ciudad se llene de incívicos”. Y es que, “el dinero no siempre está por encima de los ciudadanos”.
Por otro lado, los representantes vecinales también entienden que no todos los moteros que acuden a la ciudad durante la motorada se comportan de manera incívica y sin respetar los derechos de los demás, “pero no se puede permitir que haya muchos portuenses que prefieran quedarse encerrados en casa durante días por la imposibilidad de salir o coger el coche para hacer cualquier gestión”.
“LA DIVERSIÓN NO ESTÁ REÑIDA CON EL CIVISMO”
En otro orden de cosas, la Flave lamenta la suciedad dejada tanto por los moteros como por los ciudadanos y visitantes que se han apostado a ambos lados de la antigua N-IV para ver las exhibiciones moteras o por la zona centro: “la diversión no está reñida con el civismo de dejar los restos del botellón en un contenedor o papelera”, se apostilla.
En definitiva, se pide al Gobierno portuense ser “menos permisivo” con este evento masivo, y que ponga a trabajar a los agentes de la Policía Local “para que no se cometan actos incívicos y el ruido y la falta de descanso no sean un problema tanto de día como de noche. Hay un año por delante para trabajar en buscar una fórmula que pueda convencer a los moteros y a los portuenses, y si en ediciones anteriores se ha podido conseguir que hubiera cierta mesura, también se puede conseguir en estos momentos”.
“Hay que conjugar los derechos de unos con los deberes de otros, para que los ciudadanos puedan ver con buenos ojos la llegada de los moteros, y no solo aquellos que se dedican a la hostelería”, se reitera.
GARANTIZANDO “LA MOVILIDAD, LA CONVIVENCIA Y LA SEGURIDAD”
Mientras, el alcalde Germán Beardo, junto a su concejal de Seguridad, Jesús Garay, se hacía fotos con el chaleco policial correspondiente en las primeras horas de motorada “inspeccionando” el dispositivo local extraordinario, destacando la apertura parcial y temporal de algunas calles al tráfico de motocicletas, aplicando criterios de control y flexibilización “para dinamizar el comercio local y minimizar molestias a los vecinos”.
“El Puerto está preparado para volver a recibir a su afición, que impulsa nuestra hostelería, nuestros negocios y nuestro comercio, siempre trabajando para garantizar la seguridad ciudadana, la movilidad y la convivencia”, aseveraba entonces el primer edil del PP.