“Difícilmente vamos a erradicar el marisqueo de ocio mientras los adultos lo alienten o consientan”. Es la advertencia que ha hecho en los últimos días Ecologistas en Acción, sacando a la luz que en verano y en horas de bajamar, es frecuente ver a lo largo de la franja litoral de El Puerto de Santa María numerosos bañistas y familias que aprovechan para recolectar coquinas, almejas, muergos, cangrejos, camarones o pequeños peces, tanto en los arenales como en las zonas de rocas, “convirtiéndose en un importante problema para la supervivencia de estas especies”.
Y es que la imagen se repite cada temporada estival: “bañistas y paseantes escarbando con el pie para llevarse a casa unas cuantas coquinas o almejas para consumir o dejarlas morir en la arena por simple entretenimiento; o familias mariscando cangrejos, camarones o pequeños peces, esquilmando progresivamente año tras año estas zonas de cría”.
Este marisqueo de ocio, se remarca, “es una actividad ilegal”, y es verdad que “a pesar de tener a veces un escaso impacto en el consumo doméstico por el número recolectado”, en su conjunto estas capturas indiscriminadas “sí representan un elevado perjuicio para sus poblaciones, además de dañar gravemente los ecosistemas de estas especies”.
Por otra parte, en la información recogida por DIARIO Bahía de Cádiz de la web de Ecologistas, se recuerda que el marisco antes de su consumo “debe pasar estrictas medidas de control sanitario y superar una talla mínima legal de captura”.
“Especialmente preocupante resulta ver a familias completas ejerciendo esta práctica en los corrales de La Calita y Las Murallas: padres y madres junto a sus hijos recolectando cangrejos, camarones o pequeños peces”, se insiste; apostillando que este marisqueo de ocio “ha ocasionado en los últimos años grandes pérdidas en las poblaciones de bivalvos, siendo visible su declive”. Aunque durante el invierno pudiera parecer que parte de estas especies pudieran recuperarse, “con la llegada del periodo estival comienzan a mermar, y con el transcurso de los años resulta evidente su claro retroceso, siendo cada vez más raro poder ver algunas de estas especies entre las rocas en bajamar”.
Por todo ello, esta asociación verde reclama al Ayuntamiento portuense y al Parque Natural Bahía de Cádiz “campañas de sensibilización” mediante la instalación de cartelería informativa alertando de esta práctica ilegal y de sus perjuicios para los ecosistemas litorales “en los puntos más sensibles”: playas de Los Toruños o de Levante, La Calita y Las Murallas; y recordatorios de su prohibición a través de los servicios de megafonía, así como su control y denuncia.