CRÍTICA. El texto de la obra teatral El nombre es la adaptación de la obra de teatro Le prenom, estrenada en Francia en el año 2010 y cuya versión cinematográfica supuso un enorme éxito de taquilla en varios países de Europa. El resumen de esta comedia original de los dramaturgos franceses Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliêre, adaptada por Jordi Galcerán a su versión española es auto-descriptivo y prometedor: inteligente, entretenida y divertida.
La acción se desarrolla en casa de Isabel y Pedro, matrimonio que ha organizado una cena para sus invitados: Vicente, hermano de Isabel; Ana, mujer de Vicente; y Carlos, un amigo de todos ellos, pero especialmente de Isabel, como cariñoso y fiel confidente. Se les ha ocurrido celebrar juntos el próximo bebé que esperan Vicente y su embarazadísima Ana. La prometedora velada cambia radicalmente cuando Vicente cuenta a sus amigos el nombre que pretende ponerle al hijo que esperan. Se inicia entonces un debate, que se convierte en agria disputa donde descubre cada uno no solo sus peculiares formas de afrontar la vida, también las pequeñas miserias de sus personalidades y los problemas de una convivencia más turbulenta de lo que la prolongada amistad entre los cinco amigos podría sugerir. De ahí que la actriz de referencia en esta comedia, Amparo Larrañaga acertase a definirla en pocas palabras: “Se trata de un texto inteligente en el que los personajes llegan a descubrirse bastante mezquinos en algunos momentos de la obra, donde van saliendo los caracteres de estas personas”. Como en las grandes comedias, en la última parte la acción da un cambio inesperado y se produce la catarsis definitiva que aventura un final infeliz… que no llega a producirse.
Sorprendentemente, la disputa da lugar a una comedia-comedia: hace reír -reír de verdad, a carcajada limpia- con ocurrencias verbales a borbotones y con situaciones cómicas, engarzadas y dosificadas con talento y buen gusto por los autores. La comedia tiene en el cambio de dirección temática y diversidad de registros emocionales dos elementos diferenciales de su forma de hacer teatro divertido, chispeante y original. Una comedia que no desaprovecha la ocasión para criticar la condición humana y sus debilidades. Para eso recurre a la definición precisa y clara de los personajes y sus circunstancias -urbanitas y bastante normales en el ámbito medioburgués de las ciudades-, pero que aportan un contraste casi brutal de formas de ser -además de piques, rencores y preferencias sin sentido- que hacen dudar de las razones que llevaron a convertirlos en íntimos amigos. De hecho, la comedia activa a través de la los diálogos los mecanismos de ruptura entre ellos, aunque la forma de presentarlos conlleve situaciones hilarantes y de un tono general de ligereza, que encubre la dureza de las palabras y el tono de dura crítica que sutilmente se desliza entre líneas.
Antonio Molero encarna con oficio y monotonía el papel del obstinado y rencoroso Pedro, que alterna diálogo en escena casi permanente con Alfredo Bosch -en comparación, el resto de personajes solo “acompañan” al duetto-, quien en su papel de Vicente realiza un extraordinario y vitalista trabajo actoral, que desfallece bastante cuando precisa dar el tono serio, enfadado y colérico de una disputa en serio. Muy metida en su papel de idas y vueltas, nerviosa hasta la exasperación, Amparo Larrañaga defiende el papel de Isabel, en el que hay que destacar un monólogo-metralleta, que provoca emociones encontradas. Si el monólogo acierta en el ametrallamiento verbal de su discurso sobre el machismo soterrado que aún impera en muchas parejas, no así la verbalización de ese discurso, del que hay que alabar la producción sin resuello de sus palabras, pero que pierde parte de su efecto en el vértigo de la velocidad.
César Camino borda su papel gestual del apocado y simpático Carlos, al que dota de equilibrio en su papel, difícilmente creíble por otro lado en la construcción que los autores realizan de él en la parte final. Muy discreta, en tono menor -tanto como su interpretación-, y demasiado breve el papel de Kika Miró (Ana) en la comedia. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
‘El nombre’ de Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliêre. Jordi Garcelán, versión española. Gabriel Olivares, dirección. Elenco: Amparo Larrañaga (Ana), Kika Miró (Ana), Alfredo Bosch (Vicente), Antonio Molero (Pedro), César Camino (Carlos).
Lugar y día: Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca de El Puerto de Santa María, 23 de mayo de 2015. Asistencia: lleno.
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