El alcalde de El Puerto, Germán Beardo, y su concejal de Medio Ambiente, Millán Alegre, se hacían una foto recientemente en el parque del Vino Fino, con la excusa de “supervisar” el comienzo de las obras de un nuevo parque canino, que complementará al de Valdelagrana, “cumpliendo así una petición generalizada de todos los propietarios de perros de la ciudad que demandaban más lugares para poder disfrutar con sus mascotas de un modo seguro en zonas reservadas”.
Estos trabajos adjudicados a Innovia Coptalia se ejecutan gracias a fondos de la Diputación, unos 40.000 euros que se sacan del plan Invierte 2021. La previsión en que a finales de febrero esté lista esta zona “acotada y equipada”.
Los perros contarán con una superficie de 2.564 metros cuadrados limitada por un cerramiento de seguridad. Además, el parque canino estará dotado de diferentes elementos de mobiliario urbano: bancos, papeleras, dispensadores de bolsas, fuente para los canes y cartelería informativa que recogerá las normas básicas de convivencia.
En un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el primer edil del PP considera que su bipartito de derechas cumple así una vez más con los vecinos que son propietarios de caninos; con los que se comprometió a ampliar progresivamente la red de parques para cubrir las distintas zonas de la localidad.
“NO CUMPLE CON LAS DEMANDAS VECINALES”
Y también se ha pasado estos días por esta obra en marcha el concejal de IU, José Luis Bueno, para fiscalizar la actuación. Así, recuerda que este parque canino del Parque del Vino fue una propuesta aprobada años atrás en los desaparecidos presupuestos participativos, y que se recogió como tal en el último presupuesto aprobado en el Ayuntamiento “que realizamos desde Izquierda Unida en 2018”
“Con gran expectación, hemos ido a visitar las obras tras el anuncio del inicio de las mismas, y cual ha sido nuestra sorpresa al ver que éstas, una vez más, no cumplen con las demandas que habían trasladado los vecinos”, se queja esta formación de la oposición.
Bueno considera que si el alcalde “hubiera escuchado a la ciudadanía y tenido en cuenta sus reivindicaciones, estaríamos ante una obra que sí cumpliría con las necesidades de la ciudad, pero lamentablemente, no ha sido así”.