La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) ya presentó el pasado octubre una queja ante el Defensor del Pueblo Español por “la situación totalmente injusta y discriminatoria” que sufren las mujeres que cumplen condena en la prisión de Puerto III, en El Puerto de Santa María. Y ahora son los sindicatos CSIF y Acaip-Ugt los que profundizan en esta problemática, apuntando directamente a la directora de esta cárcel, “en connivencia” con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias dependiente del Ministerio del Interior, “y que hace muy difícil el desarrollo de nuestra labor, como trabajadores”.
“Cualquier estudio riguroso de esta situación, en pleno siglo XXI, haría sonrojar a cualquiera. La realidad social demanda a Instituciones Penitenciarias una sensibilidad hacia esas mujeres que ingresan por primera en un centro penitenciario, que no se da actualmente en Puerto III”, manifiestan ambos sindicatos.
Al respecto, exigen que se restablezcan los dos departamentos de mujeres que había en esta prisión, uno de ellos para presas de perfil bajo, “con lo que se eliminaría el engendro actual, que nos permitiría a los trabajadores realizar las funciones que tenemos encomendadas y cese la desigualdad que existe entre internos hombres e internas mujeres, con respecto a la posibilidad de acceder a un módulo de Respeto”.
En la anterior etapa directiva, este centro penitenciario gaditano (con unas 1.300 personas reclusas, de las que en torno a unas 100 son mujeres) contaba con dos módulos de mujeres, uno de ellos denominado de Respeto, permitiendo a las áreas de vigilancia y tratamiento establecer una separación en función del perfil.
Sin embargo, la actual dirección a cargo de Esther Serrano procedió a eliminar hace más de dos años ese módulo de Respeto, “sin pensar en el desorden regimental que crearía dicha medida”, quedando así un único módulo de mujeres donde conviven todas las internas que cumplen condena, “limitando todavía más sus derechos, pues no se puede atender a sus situaciones y necesidades”, coinciden ambos sindicatos. Pero además, las presas que desempeñan un puesto de trabajo, “tienen que, obligatoriamente, residir en un módulo con hombres, denominado mixto, limitando el derecho de las mujeres al acceso a un puesto de trabajo, al obligarlas a convivir con la población masculina”.
“ES IMPOSIBLE QUE SE PUEDA CUMPLIR CON EL MANDATO CONSTITUCIONAL DIRIGIDO A LA REINSERCIÓN DE LAS INTERNAS EN ESTA CÁRCEL”
Al respecto, Acaip y CSIF reflexionan en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que “la tradicional configuración del sistema penitenciario por y para los hombres invisibiliza a la mujer en prisión”. A esta situación de vulnerabilidad, derivada de ello, “y que no atiende a los especiales perfiles, problemáticas y roles de la mujer”, se añaden “las pautas impuestas en Puerto III”.
En este contexto, se denuncia que “es materialmente imposible” que se pueda cumplir con el mandato constitucional dirigido a la reinserción y reeducación de las internas en esta cárcel de El Puerto, “con esa aberrante y nefasta mezcla de perfiles que convierten ese módulo en un infierno, y anula por completo nuestra función como trabajadores penitenciarios”.
Y es que “nos encontramos que en este módulo conviven en la actualidad internas que jamás han pisado un centro penitenciario, con otras reincidentes, conflictivas, inadaptadas, nocivas, reacias al tratamiento penitenciario, que han estado en régimen cerrado por nefasta conducta penitenciaria, incluso con internas incluidas en el programa PAIEM de enfermas mentales”. “Se dan situaciones tan rocambolescas de convivencia diaria de internas multireincidentes con nueve ingresos; mujeres con múltiples sanciones junto a otras con buena conducta y plenamente adaptadas a la vida penitenciaria”, se insiste.
Para CSIF y Acaip, “permitir y consentir que convivan diariamente mujeres multireincidentes con otras que jamás han pisado una prisión o bien que salen en la actualidad de permiso y otras próximas a su tercer grado penitenciario, a nadie se le escapa que genera presiones de las primeras y temor y miedo en las restantes, incrementando la conflictividad del módulo, y por ende, el conflicto regimental y humano con los y las funcionarias que trabajan a diario y que día tras día se ven sometidas a la resolución de conflictos, que en muchos casos conllevan agresiones hacia los trabajadores”.
“LA DIRECTORA ES CONSCIENTE Y NO HACE ABSOLUTAMENTE NADA POR ELIMINAR ESA AUTÉNTICA JUNGLA”
“La nula capacidad, diligencia y competencia de la actual directora, para evitar tal situación, está provocando la derogación tácita del principio de individualización de la institución para la preparación de las internas para la vida en libertad”, se apostilla; y se reitera que la directora de Puerto III “es plenamente consciente de la realidad en la que se ha convertido ese módulo y no hace absolutamente nada por eliminar esa auténtica jungla que lleva subsistiendo desde hace dos años. Ese módulo tiene el peor clima de convivencia para poder desarrollar la función reeducadora y reinsertadora”.
Este panorama, finalizan los sindicatos, contrasta con la situación de la población interna masculina, “que dispone de una diversidad de módulos para su separación en atención a sus distintos perfiles, con dos módulos de Respeto, uno de Educación y otro Terapéutico, entre otros, facilitando enormemente la labor penitenciaria de reinserción”.