El Ayuntamiento de El Puerto y Ecovidrio están impulsando en la ciudad la recogida selectiva de envases de vidrio gracias a la instalación de cubre-cubos que dan servicio a los residentes en zonas donde no tenían acceso a contenedores específicos para las botellas.
“La instalación de los cubre-cubos, contenedores especiales que se sitúan en enclaves de difícil acceso en los que no se pueden instalar contenedores verdes convencionales, garantiza que todos los ciudadanos puedan contribuir a la recogida selectiva de vidrio, depositando sus envases en estos contenedores que posteriormente son recogidos por el servicio de puerta a puerta que se realiza a los locales de hostelería”, concreta el concejal de Medio Ambiente, Millán Alegre.
La iniciativa se puso en marcha en la localidad en 2018 gracias a la instalación de cinco unidades (cuatro en la plaza Isaac Peral y una en la avenida Micaela Aramburu), obteniéndose unos “excelentes resultados” que motivaron la ampliación a cuatro unidades más (dos en la calle Santo Domingo, uno en la plaza de abastos y uno en la calle Pedro de Villa); manejándose la previsión de aumentar esos nueve cubre-cubos actualmente operativos.
“Gracias al compromiso ciudadano y al esfuerzo realizado durante la pandemia por la cadena de reciclado de envases de vidrio, en 2020 se recogieron selectivamente en El Puerto un total de 1.227.500 kilogramos, lo que supone que cada ciudadano recicló en el periodo referido una media de 13,8 kilogramos de vidrio”, detalla este edil del PP en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Por lo que respecta a la tasa de contenerización, El Puerto se sitúa con una media de 291 habitantes por contenedor, contando con un total de 305 iglús para los residuos de envases de vidrio.
El vidrio que se deposita en los contenedores se recicla al 100% y se utiliza para la fabricación de nuevos envases, “de forma indefinida y sin perder las propiedades originales”.
Reciclar vidrio “evita el crecimiento de los vertederos y constituye un elemento clave en la lucha contra el cambio climático, ya que al usar calcín -vidrio reciclado- en la fabricación de nuevos envases se evita la extracción de materias primas de la naturaleza, de manera que ni se erosionan los suelos ni se deforesta el entorno, minimizándose la emisión de CO2 en el proceso de fabricación con el consiguiente ahorro energético, contribuyendo al desarrollo sostenible y fomentando la transición hacia la economía circular”, explica el concejal responsable.