El importante proyecto, adjudicado por la empresa mixta de aguas a Gyocivil por un plazo de ejecución de 15 meses, consiste en la creación de un gran depósito enterrado, al inicio del Paseo José Luis Tejada, desde donde se impulsarán las primeras aguas de lluvia con carga contaminante a la depuradora de Las Galeras.
Gyocivil, entre diez ofertantes, se ha hecho con una importante obra promovida por la empresa municipal de aguas, Apemsa: la construcción del llamado tanque anticontaminación de La Puntilla, en la avenida de la Bajamar, con el que se asegura un “mayor control” de las aguas de lluvia en El Puerto de Santa María.
El proyecto consiste en la creación de un depósito enterrado de gran capacidad, al inicio del Paseo José Luis Tejada, en la ubicación de la actual estación de bombeo, desde donde se impulsarán las primeras aguas de lluvia con carga contaminante a la depuradora de Las Galeras.
Hace unos días se firmaba el correspondiente contrato entre Apemsa y Gyocivil, que se ha adjudicado la actuación por más de 13,3 millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses.
“Es una obra técnicamente compleja, por su ubicación colindante con el rio Guadalete, donde también es fundamental mantener en funcionamiento la infraestructura existente durante la ejecución de los trabajos”, ha subrayado el presidente de Apemsa y alcalde, Germán Beardo, incidiendo en que “los beneficios serán innumerables y seguiremos apostando por una ciudad más sostenible”.
Su futura puesta en servicio contempla el traslado de la actual Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) situada en la calle Aurora y la modificación de los colectores de aguas fecales y pluviales del entorno.
SU CAPACIDAD EQUIVALDRÁ A CUATRO PISCINAS OLÍMPICAS
Un tanque anticontaminación, también llamado de tormentas, es un gran depósito preparado para retener el agua de la lluvia, que evita que en caso de importantes precipitaciones llegue al río la suciedad de las calles, generada por el tráfico (aceites y grasas) o por la actividad en la ciudad (plásticos, papeles, mascarillas, colillas, …).
Cuando las primeras aguas de lluvia, que son las más contaminadas, llegan al tanque a través de las alcantarillas, pasan por un depósito que por su diseño, retiene estos materiales. Si la lluvia persiste y el tanque se ha llenado, las aguas ya sin contaminación se vierten al río a través de un aliviadero y mediante bombeo de aguas pluviales.
Apemsa (empresa mixta participada en un 49% por el Aqualia) va a construir este tanque anticontaminación de gran tamaño en el que se puedan almacenar hasta 10.000 metros cúbicos de agua de lluvia, que es el equivalente a cuatro piscinas olímpicas. Además del bombeo de aguas pluviales hacia el río, la instalación está equipada con un bombeo de aguas residuales, que es el que permite llevar hasta la EDAR las primeras aguas de lluvia, que son las que se han retenido inicialmente junto con los sólidos.