Estos días se ejecuta la tercera y última fase de demolición de la conflictiva barriada de José Antonio, en El Puerto de Santa María. Y los políticos, como no, se han pasado a hacerse fotos entre obreros y escombros.
Acaba al fin la eternizada y demorada intervención que la Junta de Andalucía viene desarrollando en este entorno degradado con el paso de los años por la venta de droga, el trapicheo y las ocupaciones ilegales, con la demolición del último bloque que quedaba en pie, después de que el primero se derribara en 2018.
Así, la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, Ana Mestre, y el alcalde portuense, Germán Beardo, acompañados por el director en la provincia de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), Ignacio Romaní, se han asomado ya ha comprobar los trabajos que se están desarrollando (por parte de la empresa Transportes Santiago Rodríguez Gelo) para dejar el solar expedito tras el derribo del último bloque de 24 viviendas (con tres portales, los números 1, 3 y 5 de la calle Doctor Fleming) que quedaba en esta zona del Barrio Alto.
Esta demolición se lleva a cabo después de que a principios del pasado mes de junio se ejecutara la segunda fase, en la que se echaron abajo 48 viviendas de los portales 1, 3 y 5 de la calle Doctor Pasteur y de los números 40, 42 y 44 de la calle Cervantes. El derribo de este importante foco de conflictividad social se inició en diciembre de 2018, con los portales 2, 3 y 4 de la plaza de la Esperanza, que albergaban 24 viviendas.
La barriada de José Antonio, construida en la década de los 50 del siglo pasado, estaba integrada por 96 viviendas distribuidas en cuatro bloques. Su demolición total es una de las actuaciones contempladas en el acuerdo que firmaron en 2002 (sí, hace casi dos décadas) Junta y Ayuntamiento para intervenir en esta zona golpeada por la venta de droga, con un Plan Especial de Reforma Interior (PERI). Dicho acuerdo contemplaba también la construcción de 125 viviendas por parte de la Junta y otras 65 por el Ayuntamiento, en el ámbito conocido como Santa Clara, próximo a la barriada de José Antonio (y en gran parte, para acoger a sus familias residentes). Asimismo, se preveía la reurbanización y reordenación viaria de la zona. En su momento también se habló de un plan de intervención social con las familias de la zona del que nada se sabe.
Con esta actuación, y una vez realojadas las familias titulares de las viviendas de José Antonio, según la Junta “se cumple el doble objetivo de mejorar las condiciones de vida de los vecinos y de liberar un suelo ubicado en un lugar estratégico de la ciudad -en la zona alta y muy próximo al centro histórico- para el futuro desarrollo de nuevos proyectos urbanísticos”.
De momento, se prevé la cesión temporal del solar para acopio del material necesario para las actuaciones contempladas dentro del Área de Rehabilitación Integral (ARI) de la barriada de Los Milagros; para, posteriormente, actuar “según el desarrollo que marque el Ayuntamiento en su planeamiento”.
“TODO UN ÉXITO”
En esta visita a las obras de derribo, Mestre ha destacado el “gran trabajo” realizado por la consejería de Fomento, la propia delegación territorial y AVRA “para que estos bloques hayan pasado a la historia después de muchos años reivindicándose por la ciudadanía”.
“Podemos decir que la actuación de la Junta ha sido todo un éxito. En los últimos tres años hemos reactivado un proceso que se encontraba paralizado desde hace mucho tiempo, en lo que ha tenido mucho que ver la implicación del Ayuntamiento y de colectivos sociales, llegándose a un consenso para abordar el realojo de los vecinos en nuevos emplazamientos, establecer prioridades y criterios de actuación y colaborar con las familias más vulnerables”, interpreta la delegada del Gobierno andaluz, del PP.
Igualmente de derechas, el alcalde Germán Beardo ha remarcado que “estos trabajos suponen la eliminación total de este punto negro histórico que está siendo derribado para poner en marcha nuevas actuaciones urbanísticas que recuperen de un modo definitivo esta zona, tanto a nivel de edificación como de urbanización y regeneración social, para dejar atrás una imagen de deterioro físico y social e iniciar una nueva etapa de cambio”. “Se abre hoy un nuevo futuro para esta zona de la ciudad liberando un suelo estratégico en la zona alta de la ciudad para el desarrollo de nuevos proyectos”, reitera.