Si pudiera pedir a los Reyes Magos un hermano mayor, les pediría, sin dudar un momento, un hermano muy grande y rubio, de aspecto contundente, que impusiera mucho respeto. Que me defendiera en el patio del colegio, de los tontos y las tontas que se metieran conmigo. Un Enrique Montiel de Arnáiz, que tuviera siempre la razón, y que supiera argumentar que él, siempre la tiene, claro, no hay otra.
Si pudiera escoger un hermano mayor defensor, él sería la opción. Y además, se ha hecho abogado, así que eso de defender, argumentar y ganar batallas, debe dársele bien. Y es así, porque las ha ganado todas, las que ha tenido conmigo, también (aunque he dejado que así lo crea, alguna que otra vez). Él no es mi hermano, pero es mi amigo, y mejor tenerlo en el bando aliado.
Ahora se hace llamar Montiel de Arnáiz, y apunta alto. Su peculiar sentido del humor, y su carácter fuerte, se palpan en todo lo que escribe, por eso, al seguirlo en sus artículos de opinión, me lancé a pedirle que participara en El Ático de los Gatos. Y ahí comenzó todo.
Puedo afirmar, y además, él me lo permite, que en cierto modo, lo descubrí como escritor, y créanme, a veces me pregunto que por qué lo hice. Ya es imparable. Pero bueno, bromas aparte, él se merece que las cosas le vayan muy bien, por su talento y tesón y por su entusiasmo.
Si se le insta a autodefinirse, deja salir su lado más pudoroso y tímido, y afirma ser un hombre muy normal, que tiene muy claras las cosas en la vida. Él sabe lo que quiere, y se nota, en cada paso que da.
Ha crecido en la biblioteca personal de su padre, incluso nos cuenta, que dormía en una cama plegable allí mismo, por capricho, rodeado de libros. Esta crianza, tan literaria, por supuesto influye, pero también, es necesario tener una aptitud especial hacia letras. Él la tiene, y lo ha demostrado.
Su juego, su afición a escribir, poco a poco se puede convertir en otra cosa, y mucho le gustaría, pues uno de sus sueños es dedicarse por completo a escribir, y poder vivir de ello. ¿Por qué no? O mejor, vivir para escribir, por escribir. Sería la plenitud.
La valentía, un poco arrogante si se le deja, es uno de los rasgos de su carácter. También cierto toque de temeridad. Consigue los objetivos que se plantea, aquellas metas y retos que se traza, a corto y largo plazo.
Prueba de ello es su primer libro en solitario Bulerías Nazis, presentado ya hace dos años, y publicado por Ediciones Mayi, que ha dado (y sigue dando), mucho que hablar, quizás por la agilidad narrativa de los relatos, por la diversidad temática. Muchos periodistas coinciden, en algunas de las entrevistas con motivo de su libro, en afirmar que parece escrito a varias manos, por varios autores. Por eso, Montiel de Arnáiz es un maestro manejando los diferentes registros, las distintas voces y los tiempos.
Hablamos de este libro, y de su faceta como articulista en La Voz, donde se ha curtido durante cuatro años, experimentando, sintiéndose libre, y donde se ha hecho de lectores fieles, a pesar del carácter polémico de muchos de esos artículos.
Nos citamos una preciosa y primaveral mañana, en la calle Ancha de Cádiz, en el Bar Liba. No había un escenario con más solera, ni un fotógrafo mejor, pues nos acompañó Eulogio García Romero, que inmortalizó el encuentro.
Un duelo al sol, en toda regla, con testigos incluso. Aquí expongo a continuación, lo que sí se puede contar. El resto de información, para cuando publique su novela.
“no concibo la literatura sin diversión, sin provocación”
Enrique Montiel de Arnáiz, abogado, escritor (libro de relatos ‘Bulerías Nazis’), coordinador de antologías… ¿cómo lo haces? Porque además eres un lector casi vicioso…
No me daría la vida para leer todos los libros que tengo en mi lista de espera particular. Pero procuro intentarlo. Con paciencia, y organizando mi tiempo como puedo, que no es mucho. Para escribir, me rondan ideas, siempre, y a veces es difícil mantenerlas en la cabeza hasta que puedo sentarme a escribir. Tengo dos niños en casa, y no siempre es fácil. Pero mantengo el hábito como puedo, ya que leer y escribir, son para mí una obsesión. Mi trabajo también es muy absorbente, y es complicado que a uno le quede energía para todo lo demás. Pero lo voy consiguiendo. Escribir, escribo, aunque le tenga que quitar horas al sueño, e incluso, un poco, a mi familia.
Dices que eres un lector heterogéneo, lees de todo. Y como escritor (como persona), también. Dibujas cómics, escribes sobre música, das tu opinión cada domingo sobre actualidad. Se ve que te diviertes, pero, ¿otro objetivo?
Soy una persona creativa, y busco también impactar a través de la experimentación. Provocar en la gente reacciones encontradas. No dejar a nadie indiferente. Y de momento, creo que lo estoy consiguiendo.
Llamar la atención…
Sí. No te lo niego. No concibo la literatura sin diversión, sin provocación. Me gusta divertirme probando aquí, y allá, para ver qué resultado obtengo. Arriesgo, muchísimo. En los artículos, también. Me gusta poner a prueba al mismo periódico, a ver qué pasa. Pero por ahora, no hay problema. Consigo mi propósito, y si alguno de ellos es más polémico, pues es mayor el disfrute, sin duda.
También quise arriesgar en el título de mi libro de relatos. Sé que “chirría”, incluso. Titular un libro como ‘Bulerías Nazis’,… sabía perfectamente que iba a ser llamativo.
¿Y el resultado de este libro?
Muy bueno. Estoy muy feliz, Las ventas han sido buenas, dentro del panorama actual, y tratándose del libro de uno que empieza. Las críticas también han sido bastante positivas, y todo lo que me llega, es bueno. No me puedo quejar.
¿Por qué te ha dado por “fabricar” antologías (Vampiralia, Demonalia, Supermalia)? Está claro que nadie escarmienta en cabeza ajena…
(Risas) Bueno, tu experiencia con 13 Puñaladas es histórica. Claro. Pero yo es que soy más inteligente. Me tomo esto como un juego, aunque sea un trabajo serio y bien hecho. Disfruto de verdad, a pesar de los posibles obstáculos que salen al paso.
Por cierto, yo nunca he negado que el título de 13 Puñaladas fuera una invención tuya…
Ya empezamos… (risas). Bueno, vale. Pero sí lo negaste.
Que no. Pero te voy a preguntar por tu padre, para salir del bucle… ¿Cómo es tu relación con él?
Magnífica. Nos apoyamos, y nos criticamos constructivamente. Tenemos una gran comunicación, y una muy buena relación. Pero estamos en caminos diferentes. Somos muy distintos en nuestra forma de entender la literatura. Tenemos visiones muy diferentes, y a veces, nos complementamos. Pero reitero en que somos muy diferentes. Estilos completamente distintos.
Ahora él ha sacado un libro de relatos, ‘El tamaño del corazón’, en la misma editorial que yo. Creo que se ha animado, que nos animamos mutuamente. Y es enriquecedor.
Él se siente orgulloso de lo que hago. Pero como ya te comenté, si tiene que dar una opinión, lo hace, sin problema.
“escritor es el que escribe, y se deja de tonterías”
De hecho, tu padre siempre dice que una vez que has escrito una novela, es cuando ya eres escritor…
Sí. Yo tengo una guardada en el cajón. Y escritor es el que escribe, y se deja de tonterías…
¿Tonterías?
Claro. Hoy hay mucho escritor de perfil de Facebook o Twitter, mucho escritor que no escribe (ni lee tampoco, lo cual es peor, si me apuras). Hay que leer, leer de todo, no perder el tiempo en guerras absurdas de egos, conflictos, etc. Eso pasa mucho. Todo el mundo quiere la gloria. Pero eso de la gloria en este oficio, es una entelequia. El verdadero éxito es sentirse bien con lo que uno hace, creyendo en lo que uno cree, y escribiendo, a diario.
Estoy de acuerdo. ¿Cómo ves el panorama literario local, provincial?
Pues no está mal. Hay movimiento. Autores con libros muy malos, que están todo el día en el candelero, y otros que, a pesar de su calidad y tener éxito editorial (a ventas me refiero), no saben promocionarse ni venderse, como es el caso de mi admirado amigo Martín Hidalgo, un escritor de primera, que no está donde debe estar.
En cuanto al panorama general, pues qué quieres que te diga…
¿Sobran algunos?
No me voy a mojar, diciéndote quiénes creo que pueden estar de más. ¿Para qué? Como sabes, yo prefiero alejarme del mundillo, y lo que se cuece entre dimes y diretes. Vuelvo a insistir en que para ser escritor, hay que dedicarse a escribir, a escribir de verdad.
“no dejo de reconocer que ha de ser tremendamente complicado gestionar una ciudad”
Si te pregunto por el terreno político…
Pues me gusta dar caña a través de mis artículos, pero no dejo de reconocer que ha de ser tremendamente complicado gestionar una ciudad.
En cómo está la cosa ahora, en lo cultural, personalmente echo en falta más infraestructuras, que no haya espacios reales para los que nos dedicamos a esto, que no haya apoyo, ayuda. La cultura está denostada. Pero hablo en general. Por ejemplo, si yo estuviera en el área de Cultura del Ayuntamiento, aquí en Cádiz, le daría más uso a la Casa de la Juventud, y otros espacios que, en mi opinión, se usan poco. Buscaría otra perspectiva para animar a que los nuevos valores trabajen en lo suyo, y vean los frutos.
Creo que está todo muy disperso, y así la energía se malgasta, no fructifica.
Ahora estás en varios proyectos, y te hemos tenido firmando en la Feria del Libro de Cádiz, y regalando el relato El Puente Zuazo, que apareció en Vampiralia, antología reconocida con el II Premio Ultratumba a la Mejor Antología de Terror 2014.
Sí. Sigo trabajando y motivado. Espero, en breve, que mi novela vea la luz con una buena editorial, y también tengo en proyecto un libro que recopile mis años en La Voz de Cádiz, con los mejores artículos.
Tenemos entonces, Montiel de Arnáiz para rato…
Por supuesto.
Y nosotros nos alegramos, yo, personalmente, me alegro.
Por eso, le dedico una frase de Hannibal, de El Equipo A, que en su momento él uso en su blog, cuando firmó el contrato de su libro Bulerías Nazis con Mayi, y que, por razones ya pasadas, que no vienen a cuento, me escoció. Ahora, ya no, y desde el cariño más limpio, afirmo que a mí también, “me gusta que los planes salgan bien”, porque logras lo que quieres, amigo.
Mucha suerte, abogado. DIARIO Bahía de Cádiz Rosario Troncoso