Fue en noviembre, y en el Café de Levante. Celebrábamos el recital de una servidora y el amigo y músico genial Alejo Martínez. La tarde se fue enredando, entre poesía, risa, música y sorpresas.
Por si fuera poco, se coló Javier Ruibal, y con él toda la magia posible, más todavía. Y en medio de una noche inolvidable, surgió ella, de entre los amigos y conocidos que estaban en el público. Así la conocí.
Se hizo el silencio, para escucharla.
Me impresionó tanto talento. Una voz extraordinaria, que llegó de pronto, para llenarlo todo. Y no había vuelta atrás. Ahora es imprescindible y necesaria.
Inma Márquez, mujer, gaditana de nacimiento y de condición, una persona “muy normal”, como ella misma se define, a la que debe ser tremendamente difícil ocultar tanta luz y un alma tan grande.
La luz que irradia la Inma Márquez artista, que cada vez se esconde menos. Y así debe ser.
Y no solo toda ella es música, y un deleite para los sentidos. También es luminosa como persona. Reparte cariño y sensibilidad, impregnando su arte de una cercanía distinta, que es justo lo que marca la diferencia.
Cuando se le pregunta por sus referentes, por aquellos nombres que la inspiran, por los estilos y las fuentes de las que ha bebido, Inma rinde homenaje a Carlos Cano o María Dolores Pradera. La chanson, el bolero, la copla, el jazz, el tango. Una amplia diversidad de colores que se conjugan, que van dándose la mano y abrazándonos.
Y es que la música de Inma Márquez es puro abrazo. Caricia infinita. No exagero.
Su forma de “decir” lo que canta. Su personalidad, su encantadora timidez, atrapan al público cuando en el escenario surge esa otra Inma, la artista, inundándolo todo.
Sin ir más lejos, hace muy poco, apenas dos semanas, se rodeó de amigos músicos, artistas, gente luminosa como ella, para presentar su trabajo ‘Ay, del amor’, en la Sala Central Lechera.
Cosechó un éxito rotundo. Como siempre. Porque ya ha conseguido buena parte de su sueño, el sueño de todo aquel que se atreve a salir al público, y hacer lo que mejor sabe. Ella se atrevió, se atreve. Y es una gloria que así sea.
Como es un lujo que la tengamos ahora, activa, y a pesar de estos tiempos grises, en pleno auge y esplendor, fruto de todo un bagaje ya de un buen puñado de años, embarcada en cuerpo y alma en esta aventura, en la que le ha dado tiempo de coleccionar todo tipo de experiencias, y también anécdotas.
Si se le pregunta, nos cuenta que allá en sus comienzos, con el grupo Sin Nombre, capitaneado por nuestro querido Juanjo Téllez, cuyas letras eran siempre subiditas de tono político y en plena transición, había una canción que se titulaba ‘Democracia’ en la que el estribillo rezaba así:
“Democracia, democracia,
sálvame, debo estar ciego
es tan grande mi desgracia
democracia, no te veo”
Este estribillo fue censurado justo antes de salir al escenario en una actuación, siendo el propio Téllez el que cantó en el estribillo Pancracia, en lugar de Democracia, ante el estupor y la sorpresa del público.
Son detalles divertidos que Inma Márquez comparte con aquellos que la siguen, que no son pocos (y cada vez más).
La llave para proyectos muy jugosos
La prueba es que ‘Ay, del amor’ está funcionando muy bien, y recibe buenas críticas en muchos lugares del mundo, hasta los que llega ya su voz Y nos alegramos. Y nos hace feliz.
Pero este disco solo es la llave para proyectos muy jugosos que ya está en marcha como “Tournee Musique”, una vuelta al mundo musical que ahonda en las raíces de las músicas de diversos países, destacando el tanto argentino, en lo que será un espectáculo teatral de música, piano y voz.
Para hacer más llevadero el tiempo de espera de todo lo que nos traerá Inma, mejor parar el tiempo, si es posible, y dejar a los sentidos embriagarse de tanta música que tiene su presente, de toda la grandeza de su arte.
Y que no nos falten nunca, alumbrándonos los momentos, los destellos de luz que a su paso nos regala toda una estrella, Inma Márquez. DIARIO Bahía de Cádiz Rosario Troncoso
Grande donde las haya, Inma Marquez es de corazon vivo y hermoso. Eso hablando de ella como persona. Si la tenemos que mencionar como artista, no cabe expresion que integre toda la belleza que ella imprime, con tal grado de sensibilidad en su voz, que hace unica cada cancion.