Quedamos con Alicia en el Parador Hotel Atlántico de Cádiz, donde está su oficina-tienda, sede de su empresa. Puntual, llega a su cita, con amplia sonrisa, derrochando luz. Y ya sabemos que la mañana será diferente.
Alicia Pérez Fopiani, es joven, creativa, talentosa y soñadora. Una mujer afortunada, por recoger los frutos de un intenso y constante trabajo, que ahora ya puede ver su sueño cumplido.
Ella anhelaba organizar bodas, bodas distintas, de diez. Y ya es una reconocida y prestigiosa wedding planner, toda una profesional del sector de los eventos, experta en realizar, no solo los sueños propios, sino los de muchas parejas, muchas personas que ponen en sus manos toda la confianza, para que ese día especial, sea realmente inolvidable.
Diplomada en Turismo, y con una sólida formación en protocolo, así como gran experiencia que avala su trabajo, ha puesto al servicio de su brillante plan empresarial, todo su esfuerzo para lograr el éxito. Y lo ha logrado. Pero no solo crea bodas únicas. También entra en sus planes más ambiciosos, convertir a Cádiz y su provincia, en el destino elegido para el sí quiero. Toda una apuesta que merece todo el apoyo del mundo.
Por eso hay que saber qué hay detrás de los detalles, todos creados con sus propias manos, qué hay detrás de la marca de una boda Love. Conocer más a una gran mujer, emprendedora, innovadora y valiente. Allá vamos.
“al principio, no se fiaban mucho. Pero seguí, sin rendirme”
Alicia, ¿cómo llegas a querer ser wedding planner?
Siempre me ha gustado el Protocolo, pero al no haber nada de manera oficial, estudié Turismo y me diplomé. Esta decisión me llevó muy pronto a trabajar en hoteles y a tener puestos de responsabilidad, sobre todo en lo relativo al contacto con los clientes, y en la organización de eventos, convenciones, bautizos y claro, bodas.
En ellas fueron llegando ideas, y comencé a pensar en cómo organizarlas. Mientras me iba aficionando, cada vez más, a los programas de televisión americanos de organización de bodas. Fueron inspiradores para mí, y además trataban sobre el concepto de wedding planner que aquí no existía.
Mis comienzos no fueron fáciles, pero poco a poco, comencé a conocer clientes de fuera de Cádiz en los hoteles que se me querían casar en Cádiz, y necesitaban a una persona que les ayudara a gestionar todo, y ahí estaba yo para ayudar, y más de una bronca me gané de mi jefe, porque este tipo de gestiones no eran de mi competencia. Pero no desistí. Yo les conseguía las flores, el fotógrafo… y claro, también pedía estar el día de la boda, y ahí me metí en este mundo.
¿Y qué significa ser wedding planner?
Es un concepto importado de América, y es precisamente lo que quise traer aquí y que no había. Concretamente hace muchos años, seguía un programa llamado Planes de Boda, donde dos italianos hacían unas bodas alucinantes, y se me ocurrió escribir un correo a la productora pidiendo hablar con los protagonistas.
Uno de ellos, Angelo Garini, no tardó en contestarme. Le fascinó que alguien en España se interesara por el programa. La fascinación era mutua, y pronto nos hicimos amigos. Se convirtió en mi ídolo y le pedí que si alguna vez necesitaba a alguien a quien formar, me eligiera para hacerlo en España, pero ahí quedó la cosa.
Entonces me puse a buscar gente en España que organizara bodas, y encontré a una chica en Asturias, quien era responsable de la boda de David Bustamante, por eso pensé que debía ser una persona seria. Le escribí, y le dije que me iba a Madrid a hacer un curso con ella, y es cuando tuve claro que me quería dedicar a esto y que no era algo descabellado. Al volver, dejé mi puesto fijo en el hotel y decidí que era el momento de comenzar mi aventura.
Comencé llevando una revista de bodas que hacía un amigo mío de Chiclana, y gracias a eso entré en contacto con proveedores diversos, servicios de catering, etc. Me moví mucho por la provincia.
¿Y qué impresión causabas? ¿Fuiste captando clientes?
Curiosamente siempre me ponían la misma cara rara al presentarme, cuando les hablaba de mi proyecto, y que éste sería para Cádiz. Al principio, no se fiaban mucho.
Pero seguí, sin rendirme. Me hicieron la página web, y en muy poco tiempo me llamó una pareja de Houston. Pensaba que era una broma de mis amigas, pero yo fui profesional, y les remití un presupuesto. Resultó ser todo cierto: fue la primera boda a la que me enfrenté sola, con todas sus consecuencias, y salió genial, ¡pero nunca les dije que era la primera boda que hacía! (Risas).
Fue tu primera experiencia, y aprobaste con nota.
Pues sí. Y ya no he parado.
Tras varias bodas más, me surgió la oportunidad de trabajar para el Bicentenario de Las Cortes de Cádiz de 1812, La Pepa, y gracias a ello aprendí mucho sobre Protocolo institucional, político etc. Fueron tres años de aprendizaje sin parar.
Ya en octubre de 2012 terminé con dicho proyecto, y comencé el mío propio.
¿Cuentas con un equipo, o te desenvuelves sola?
Estoy sola, aunque tengo equipo para cosas puntuales. Ojalá pudiera tener alguien más, pero ahora no es viable.
El nombre de la empresa es maravilloso… ¿pero por qué no otro?
Busqué muchos nombres y pregunté a mucha gente. No sé por qué me dio el flash de “LOVE” no había nada que se llamara Love Wedding Planner, pero en la web se lee Love Bodas y Eventos.
“no deber ser nada raro que una pareja que quiera casarse acuda a esos profesionales”
Yo ya llegué tarde para encomendarte a ti, mi boda, pero quizás un bautizo, un cumpleaños,… ¿qué tipo de eventos realizas?
Cualquier evento social: congresos, convenciones, cumpleaños, homenajes, bautizos, etc.
Aunque lo principal es la organización de bodas. Lo que sí me gustaría recalcar que el wedding planner es un profesional de la organización de eventos, y me encantaría que este sector se normalizara, por eso he llegado a formar a otras personas sin llegar a pensar en ningún momento que puedan ser competencia en un futuro.
Cuantos más profesionales mejor, y que no deber ser nada raro que una pareja que quiera casarse acuda a esos profesionales y que su día salga perfecto y disfrutar sabiendo que a tu lado hay un profesional que se encarga de todo.
Mi próximo objetivo se llama Destination Wedding, donde propondré la ciudad de Cádiz como ciudad de destino donde celebrar el evento. Llevo años trabajando en ello y pretendo conseguirlo. Ello implicaría a un montón de profesionales de diversos ámbitos, y la pareja aparte de venir a Cádiz, conocer la ciudad y pasar varios días aquí, también se casarían.
¿Cómo ves la clientela gaditana?
No es un público fácil, sobre todo a la hora de innovar. Es complicado cambiar la mentalidad de la gente que está acostumbrada a la típica boda. Por ejemplo en una boda con un cóctel de pie, hay quien no come nada, porque piensa que van a pasar a la sala a sentarse.
Pero se queda, de todas formas, en lo puramente anecdótico.
He hecho bodas originalísimas y tremendamente divertidas, sin salir de la provincial.
Y lo más importante: disfrutas de tu trabajo. Se te ve radiante.
En todos los trabajos hay sinsabores, altibajos, situaciones de estrés, malos y buenos momentos. Yo me quedo con los buenos, con toda la gente que voy conociendo, con las historias de verdadero amor que vivo en primera fila, y con las experiencias inolvidables que voy coleccionando, y que me sirven para darle vida a nuevas ideas, creando, con mis propias manos, detalles que sé que harán más felices a quienes han confiado en mí, para los momentos más especiales de sus vidas. DIARIO Bahía de Cádiz Rosario Troncoso
Alicia es toda una profesional y lo mejor, escucha y aconseja.