Es ley de vida, sí, aquello de “todo lo que empieza tiene un final”. Y también una hueca frase manida que reciclamos como título de esta editorial (firmada), de esta parrafada repensada a modo de epitafio en la arena, cerca de la orilla. Barajábamos otro encabezamiento: “DIARIO Bahía de Cádiz echa el cierre al cumplir los veinte años”, pero fue pronto a la papelera, no somos entusiastas del rastrero clickbait, y así nos luce el pelo.
En un escenario muy distinto, con contados medios de comunicación gaditanos y su presencia casi testimonial en internet, entonces todavía un canal/soporte por explorar/explotar, y una inabarcable audiencia potencial no abstraída/absorbida por los estímulos de las redes (a)sociales, un pequeño grupo de jóvenes periodistas (ilusos, ensanchados con el paso del tiempo por colaboradores impagables) lanzamos a ese ciberespacio el número cero/beta de DIARIO Bahía de Cádiz, el 7 de julio de 2004, de la nada y sin apoyo de naide. Hace ya dos décadas, que se dice pronto; a principios de mayo del presente 2024 hemos superado otro hito, el de las 5.000 ediciones. Las contamos, vaya si las contamos.
Nacimos como un (primitivo) periódico (ni local ni provincial, comarcal-metropolitano) en formato digital pero con hechuras y modos de una cabecera de papel (de toda la vida), y premisas básicas: hacer Bahía (cubriendo sus siete municipios vecinos mancomunados); contar(nos) Cádiz y la Bahía desde la Bahía y para la Bahía (lo cercano, lo que de verdad mueve, conmueve, remueve); sin prisas (informando bien y con contexto frente a la inmediatez y la banalidad), sin odios (esquivando el seudoperiodismo destructivo, el morbo y los bulos), y sin churros (rehuyendo de copiar-pegar notas de prensa/declaraciones de forma acrítica y automatizada). Y todo ello sin equidistancias.
Así, aun siendo conscientes/sufridores de nuestros muy limitados medios, apostamos desde el parto por un proyecto periodístico honesto y profesional. Y fuimos en 2018 el primer medio de comunicación gaditano y casi de toda la comunidad autónoma en ser validado por el Colegio de Periodistas con su sello ROMDA, Registro Oficial de Medios Digitales de Andalucía; años antes, en 2007, la cabecera especializada en nuevas tecnologías Cibersur ya nos reconocía como la mejor web periodística andaluza. Pero además de rigurosos, siempre hemos perseguido ser un proyecto socialmente responsable/implicado con su territorio y sus causas; y de paso, empresarialmente viable y estable, lo más engorroso y aburrido.
no todo ha sido ejemplar en estos 7.300 días de trayectoria, con momentos, hechos y acontecimientos que quedan para la intrahistoria de nuestra área metropolitana, y allí ha estado contándolo e interpretándolo DIARIO Bahía de Cádiz
Sin embargo, no todo ha sido modélico y ejemplar en estos alrededor de 7.300 días de trayectoria, con momentos, hechos y acontecimientos que quedan para la intrahistoria de nuestra área metropolitana, y allí ha estado contándolo e interpretándolo DIARIO Bahía de Cádiz: en el traumático cerrojazo de Delphi, movilizaciones de astilleros, la lucha por Airbus Puerto Real, por la sanidad y la educación públicas, contra la turistificación, frente al genocidio en Palestina; en los preparativos y fastos de los bicentenarios de 1810 y 1812 en San Fernando y Cádiz (que acompañamos editando la revista ‘BiCentenario’), la Cumbre Iberoamericana, el Congreso de la Lengua, las Regatas; en los dimes y diretes de obras faraónicas como el segundo puente y el tranvía metropolitano, de proyectos eternizados y redentores que se venden y revenden como Las Aletas (ahora, Lógica); cubriendo campañas, cinco elecciones municipales y cambios de ciclos políticos; atravesando la larga e indignante crisis-estafa a partir de 2008 y la inquietante pandemia del coronavirus; siguiendo desde el mismo teatro cada Concurso del Falla o las temporadas ligueras del Cádiz CF en el estadio, ya sea en Primera o Segunda B.
Con sus mañanas, tardes y madrugadas, en veinte años es patente que hemos atravesado por mejores y peores rachas (somos humanos, los periodistas también comemos), a todos los niveles: personal y familiar, achaques físicos y mentales, rompecabezas económicos, paradojas profesionales, amagos de editar en papel, varias webs y desesperantes caídas (y ataques inexplicables) del servidor, vaivenes de audiencia…
Y cierta impotencia: ahora que nos estamos desnudando, es honrado reconocer que, entre un lector que cada vez consume más vida ‘conectado’ al móvil pero anda más disperso, lee menos y peor; la infoxicación y una ¿competencia? más amplia y heterogénea, atomatizada, intrusa; una torpe política comercial; y la alergia al sensacionalismo y la frivolidad, los titulares engañosos y la ‘paja’ para engordar el historial de visitas pasajeras, DIARIO Bahía de Cádiz no ha alcanzado (todavía) mucha más influencia y notoriedad, las deseables para dar ese salto cuantitativo, crecer exponencialmente en comunidad (y prescriptores) e ingresos, y en paralelo prosperar en estructura y personal para, a la vez, aspirar a disponer de más ¡¡tiempo!! para lo no-urgente y más contenidos diferenciadores. La pescadilla que se muerde la cola.
Ayer los lectores buscaban su periódico, uno y otros eran cómplices; hoy son los medios (y muchos más pseudomedios) los que buscan desesperadamente lectores perecederos (vistos como meros usuarios, clientes, una IP más) con estrategias y modos dudosos. No, no nos sentimos cómodos en esta selva del click.
A lo que se une, aunque huela a victimismo crónico, que en estos muchos años de recorrido hemos sentido un apoyo institucional discreto en demasiadas ocasiones (con salvedades, siempre agradecidas), no ya en forma de la discutible publicidad/autobombo desde tal o cual ayuntamiento, la Diputación o la Junta (si existe, lo machacamos por enésima vez, qué menos que se reparta de forma proporcional al impacto entre todos los que perseguimos la deontología periodística, y no por criterios de afinidad/amistad política), es que ni aliento moral para una iniciativa emprendedora local. Que también lo somos. Como una peluquería, una cristalería o una marisquería.
estamos orgullosos de lo que somos, de lo que hacemos, de cómo informamos. Con errores, carencias, limitaciones, inseguridades, sí, pero ya somos parte de la Bahía
Y tras dos décadas andando este tortuoso pero bendito camino profesional (y vital) siempre a contraflecha, por la izquierda, a no sabemos dónde (¿a la mar manriqueña?), sorteando baches, tropezando y levantándonos; satisfechos de unas suelas de los tenis desgastadas y de respirar sin el ahogo de corbatas clasistas; nos detenemos, miramos atrás y al frente, y nos preguntamos: ¿merece la pena seguir en esta jungla informativa desvirtuada y polarizada, tanto sacrificio, sudor y alguna lágrima? ¿Hacemos falta en nuestra Bahía?
Todo lo que empieza tiene un final. Todo tiene un final y ese final es el principio de algo nuevo, dictará algún manual estándar de auto-ayuda. En este vigésimo aniversario de nuestro/vuestro periódico, cumpleaños sin globos, cerramos los ojos. Se acabó. ¿Se acabó?
Ahora, respiramos fuerte, tomamos aire y soplamos las veinte velitas puñeteras. Rebuscando motivación y coraje renovados, formulamos un deseo: persistir. Porque, y sin relajar la autocrítica (nunca), la realidad es que estamos orgullosos de la adolescencia y madurez de la criatura, orgullosos de lo que somos, de lo que hacemos, de cómo informamos. Con errores, carencias, limitaciones, inseguridades, sí, pero ya somos parte de la Bahía, y seguimos queriendo ser para la Bahía y sus gentes una herramienta antifascista de transformación social; ofreciendo instrumentos intangibles (información, opinión, cultura, buen rollo), menos yo y más nosotros, menos supervivencia cainita individualista y más confraternidad y convivencia colectiva. Mientras no venga a desahuciarnos del ‘barrio’ el especulador/rentista de turno para montar otro piso turístico, u otra web cuqui insípida con ¿noticias? ‘churro’ y/o maquilladas con el filtro de la Inteligencia Artificial. Dany Rodway
Felicidades y enhorabuena por vuestra honestidad y buen hacer.