Un poco de historia futbolística reciente… El Cádiz CF consiguió clasificarse para los octavos de final de la pasada edición de la Copa del Rey por tercera ocasión en el siglo XXI. Un momento señalado que vivió un nuevo capítulo en los dieciseisavos de final que ya forma parte del libro de las mayores venganzas de la historia del fútbol para el conjunto gaditano. Todo comenzó en el estadio Ramón de Carranza en el año 2012 ante el CD Lugo, y terminó a finales de 2017 el Benito Villamarín ante el Real Betis Balompié, con un hilo conductor en ese periodo de tiempo: Quique Setién.
Año 2012: el submarino amarillo afrontaba la eliminatoria final de ascenso a la Segunda división ante el Lugo después de varias temporadas arrastrándose por Segunda B. Una promoción de ascenso que arrancó con unas polémicas declaraciones de Setién, el cual afirmó que varios jugadores del conjunto gallego habían recibido llamadas desde Cádiz en un intento de compra del ascenso. Unas acusaciones a las que José González, entrenador amarillo en aquel momento, respondió de forma tajante: “Si no tiene pruebas que se calle la boca”.
La polémica se trasladó de la sala de prensa al terreno de juego en el partido de ida en el Anxo Carro. El Lugo se impuso por 3-1 en un encuentro marcado por la actuación arbitral de Hernández Cifuentes. De hecho, el técnico gaditano fue expulsado tras considerar que su equipo había sido robado tras dos goles en fuera de juego del conjunto gallego y por un penalti no señalado para sus intereses. Una desesperación que contrastaba con la felicidad de Quique Setién por una victoria que daba una ligera ventaja para su equipo en el partido de vuelta.
El partido en el Carranza terminó con un 3-1 para el Cádiz. Un marcador con el que el conjunto amarillo igualaba la eliminatoria y daba paso a una prórroga después de los 90 minutos reglamentarios que acabó sin goles. En la tanda de penaltis, Manu, capitán del Lugo, anotó la pena máxima y daba el ascenso a Segunda a los gallegos después de 19 años. La cara de José González en la grada reflejaba la tristeza de una afición que veía como el sueño del regreso a la categoría de plata se esfumaba, mientras Quique Setién realizaba una celebración histórica en el césped gaditano.
La venganza en el Benito Villamarín
Cinco años después, los caminos de Quique Setién y el Cádiz CF, ya en Segunda, se volvían a reencontrar en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Tras la victoria del equipo verdiblanco por 1-2 en el partido de ida disputado en el Ramón de Carranza, el conjunto gaditano visitaba el Villamarín con el objetivo de darle la vuelta al global de la eliminatoria y, al mismo tiempo, según algunos, vengarse del técnico cántabro que les había dejado sin ascenso temporadas atrás.
A pesar de la derrota en el partido de ida, el conjunto de Cervera consiguió dar la vuelta a la eliminatoria con un sorprendente 3-5 en Sevilla. Un resultado que dejaba al equipo de Primera, el Quique Setién, eliminado de la Copa. Y, de forma indirecta, el Cádiz se cobraba la venganza contra el técnico cinco años después. Esa herida, también es verdad que olvidada por casi todos en la Tacita, se cerró con el pase del conjunto gaditano a octavos de final por tercera ocasión en este siglo XXI. DIARIO Bahía de Cádiz