CRÍTICA. Los divorcios son duros y complejos, sobre todo en los casos en los que hay hijos en común y muchos años de convivencia a las espaldas. No es fácil encontrar el momento en el que mirarse a los ojos y buscar el valor para decir, por primera vez en mucho tiempo, la verdad. El amor se ha terminado, pero merece la pena seguir luchando los hijos y todo lo que se ha construido… o eso deberían pensar. Ese es el punto de partida de la valiente serie de HBO, ‘Divorce’, de la que se acaba de estrenar su tercera temporada.
Puede parecer ilógico que una serie sobre un tema tan delicado como el final de un matrimonio pueda verse desde un prisma diferente al de la desdicha, pero es la mezcla de humor y tragedia con la que se enfoca cada capítulo lo que atrapa al espectador desde el inicio.
Esta visión cómica funciona y es todo gracias al gran trabajo de dirección, guionización y, por supuesto, al trabajo de sus actores protagonistas. Sarah Jessica Parker, en el papel de Frances, nos retrata a una mujer madura llena de remordimientos por todas las decisiones erróneas tomadas. Dentro del amor que siente por sus hijos, nota que su vida se ha alejado mucho de todo aquello que quiso construir. Ella será la que, a través de sus acciones, de una bofetada de realidad a su marido, Robert, haciéndole ver que la rutina en la que vivían no era más que desidia y conformidad. Ese será el empujón que él necesitará para valorarse de nuevo y comprender que debe luchar por sus proyectos como persona fuera de una pareja.
Tomas Haden Church (Robert) nos regala en cada capítulo increíbles momentos interpretativos, dibujando a un hombre derrotado que causa pena y vergüenza ajena en partes iguales al inicio, pero al que se le acaba cogiendo cariño y al que se quiere ver resurgir de sus cenizas de una vez por todas.
Dentro de las historias paralelas que se dibujan alrededor de la protagonista, destacan sobre todo las idas y venidas de sus dos amigas, Diane y Dallas (Molly Shannon y Talia Balsam respectivamente). Dos mujeres que, gracias a sus excéntricas personalidades, traen de vuelta el tono de comedia en aquellos momentos donde la historia principal gira al dramatismo.
En resumidas cuentas, si desean ver una serie no muy extensa en duración (capítulos de 30 minutos), que mezclan situaciones reales desde un enfoque de comedia con estupendos y cuidados guiones y excelentes personajes y actores, no os podéis perder ‘Divorce’. Disfrutadla pero, sobre todo, disfrutad del verano y del deseado tiempo de ocio. DIARIO Bahía de Cádiz