CRÍTICA. Para entender nuestro presente es de vital importancia mirar al pasado y ver de dónde venimos. En el mundo del cine sucede algo similar. Los trabajos de cineastas actuales están influenciados en gran medida por aquellos que han marcado una tendencia, que se ha atrevido a ver más allá y que han arriesgado en favor de esa visión diferente y única. De ese modo, en el cine de Alejandro Amenábar se percibe el legado de Hitchcock o Polanski, así como Steven Spielberg y Guillermo del Toro aprendieron sobre el tipo de cine que querían hacer tras ver los trabajos de, entre otros, Stanley Kubrick.
Para todos aquellos cinéfilos que queremos llegar a comprender la obra de un director o guionista, se hace necesario revisitar las obras pioneras del género en cuestión, así como dialogar y compartir opiniones con aquellos que sienten nuestra misma pasión por el séptimo arte. Por ello, considero de gran importancia que existan colectivos que promuevan el visionario del cine clásico y de culto, junto con coloquios antes o después de los mismos. Este formato no solo busca mirar el cine como entretenimiento (que también) sino como un lugar de aprendizaje, disfrute y reflexión sobre la obra.
Gracias a estos cine-forums, cuando estuve viviendo en Mallorca, pude disfrutar de ver en la pantalla grande una película tan hermosa como ‘El club de los poetas muertos’. Recuerdo que, antes de la proyección, nos dieron a conocer un gran número de anécdotas del filme que siguen en mi memoria pero, sobre todo, recuerdo llorar a “moco tendido” con los otros espectadores y ver, con satisfacción, como la adolescencia de más personas estuvo marcada por esta película protagonizada por el gran Robin Williams. ¿Dónde si no en un espacio como ese pueden pasar cosas tan maravillosas?
El pasado martes, en el Teatro Pedro Muñoz Seca de El Puerto, pude asistir a la proyección de una película que merece ser vista en pantalla grande: ‘Stromboli’, de Roberto Rossellini. La historia gira en torno a Karin (Ingrid Bergman), una refugiada que a finales de los años 40 se embarca en un matrimonio por conveniencia con un ex soldado italiano. Ella solo busca huir del campo de refugiados, pero no comprende que al seguir a su esposo a la isla volcánica de Stromboli, vuelve a una cárcel mucho peor que la que deja atrás.
El filme, en su estreno en 1949, no fue acogido por la prensa con entusiasmo. Parte de este frío recibimiento tuvo su origen en el escándalo que lo envolvió y que alejó a la actriz de Hollywood durante muchos años (el director e Ingrid Bergman se enamoraron en el set, abandonando ella a su esposo e hija). Sin embargo, la cinta es considerada actualmente una joya del cine clásico. La reflexión sobre la búsqueda de la libertad personal y la presencia de la naturaleza como personalización de la fuerza que nos la intenta arrebatar está presente en todo momento. De igual modo, Rosellini nos regala grandes escenas como, entre otras, la pesca de los habitantes de Stromboli, los momentos de las erupciones volcánicas y aquellos de juego en la costa con los niños. Todo ello hace que esta película sea de necesario visionario para aquellos amantes del cine tanto actual como clásico.
Son varios cine-forums los que están en marcha en nuestra provincia. Al mencionado en el Pedro Muñoz Seca se unen, entre otros, aquellos ciclos promovidos desde la Universidad de Cádiz así como los maratones de series o de trilogías de películas en pantalla grande. Solo me pregunto si conseguiremos entre todos los amantes del cine que cada vez cobren más fuerza frente a una sociedad acomodada en las series y películas a la carta desde el sofá gracias a las plataformas online. Ojalá sea así, ya que es una forma maravillosa de unir a aficionados para disfrutar juntos y opinar de lo que más nos gusta: el Cine con mayúsculas.
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Basada en hechos reales’. Nuevo filme de Roman Polanski en el que se cuenta la historia de una escritora en momentos bajos que encuentra el apoyo de una extraña joven, convirtiéndola en su confidente y a la que abre su vida y muestra sus secretos. DIARIO Bahía de Cádiz