CRÍTICA. La leyenda de Robin Hood nació, aproximadamente, en el siglo XIV en Inglaterra, siendo imposible, aún a día de hoy, asegurar si se trató de una persona de carne y hueso, pero de cuyas hazañas se escribieron numerosas baladas en los siglos posteriores.
Debemos remontarnos a 1908 para encontrar la primera película protagonizada por este heroe del folclore británico y, desde entonces, las versiones han sido muchas y muy diferentes. Sin duda, los Robin Hood más recordados del cine clásico fueron Douglas Fairbanks (cine mudo) y el carismático Errol Flynn, con el que fue uno de los personajes más recordados de su carrera. En años posteriores no dejaron de escribirse guiones basados en las hazañas de este intrépido justiciero, que robaba el oro a los ricos para dárselo a los pobres. Esta vez, actores como Sean Connery, Kevin Costner o Russel Crow, entre muchos otros, prestaron sus rostros para dar vida al héroe del bosque de Sherwood.
Esta vez es el actor Taron Egerton, al que muchos recordarán como protagonista de ‘Kingsman: Servicio secreto’ (2014), el que asume el legado. Muy al contrario que sus antecesores quienes, con mejor o peor fortuna, intentaron darle credibilidad y fuerza a sus roles, Egerton nos trae una interpretación adolescente e inconsistente del personaje.
Desde el inicio del filme se nos dan a entender que en esta ‘Robin Hood’ estamos ante una farsa que parece estar escrita en clave de comedia… solo que no lo está. Y ahí está el daño. Mel Brooks y Los Monty Python rodaron comedias sobre este personaje, que se reían abiertamente de su idiosincrasia así como de todos y todo lo que le rodeaba. Sin embargo, este filme nos hace sentir que estamos dentro de esas comedias con escenarios de cartón piedra, vestuarios y maquillajes absurdos y anacrónicos y sobreactuaciones más que actuaciones serias.
Si se presentará como una parodia para adolescentes tendría un pase y se podría llegar a ser misericordioso con ella. Sin embargo, no se engañen, intenta ser una película para adolescentes que busca acercarles la leyenda a chicos y chicas que puede que nunca hayan oído hablar de ella. Y uno se pregunta: ¿de verdad creen que este público se tomará en serio esta cinta? Espero que la respuesta sea no, o el futuro del cine está en serios apuros.
— Lo peor: Todo lo demás: guión, actuaciones, escenografía, dirección…
— Lo mejor: Algunas escenas de acción bien coreografiadas. DIARIO Bahía de Cádiz
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Yoli’. La última cinta de Icíar Bollaín, nos acerca la vida de Carlos Acosta, leyenda de la danza y primer bailarín negro cubano en interpretar algunos de los papeles más famosos del ballet clásico.