CRÍTICA. Uno de los estrenos más esperados por los seguidores del género de ciencia ficción y de acción llega por fin a los cines. El buen sabor de boca que había dejado su predecesora, ‘Pacific Rim’, hacia presagiar una interesante y necesaria continuación: ‘Pacific Rim: Insurrección’.
La historia se sitúa en un futuro en el que la aparición de una puerta interestelar que comunica dos mundos es utilizada por seres extraterrestres para conseguir la invasión de la Tierra. A través de este umbral, seres misteriosos y de dimensiones colosales, llamados Kaijus, irrumpen en nuestro planeta arrasando todo a su paso. Para combatirles, los humanos crean robots pilotados, que igualan en dimensiones a los anteriores, comenzando así una lucha cuerpo a cuerpo que decidirá el futuro de nuestra raza.
Tanto los personajes como la trama creada por Guillermo del Toro en la anterior película estaban muy bien definidos. Los diálogos, también escritos por Del Toro a dos manos con Travis Beacham, resultaban efectivos durante todo el film y la calidad de los efectos visuales dignos de uno de los mejores directores actuales de ciencia ficción.
Sin embargo, esta vez el recientemente premiado director en la última edición de los Oscars, no ha llevado la batuta del proyecto, teniendo un mero papel de asesor visual. En mi opinión, la elección de Steven S. DeKnight como relevo de Del Toro tanto en la dirección como en el guión no ha podido ser más desacertada. Su debut en el mundo del cine, tras haber trabajado en series televisivas como ‘Buffy La Cazavampiros’ y ‘Espartacus’, deja en quien les habla un mal sabor de boca y un más que mal presagio de títulos por llegar. A unos diálogos pobres y, en su mayoría, carentes de sentido (fallos evidentes de un guión poco trabajado), se une lo inconexo de ciertas partes de la trama, lo que te hace encontrarte perdido en el transcurso del film. Fallos claros de dirección.
Los toques de humor que se busca dar rozan lo infantil, lejos de los diálogos a los que nos tiene acostumbrado Guillermo del Toro en sus películas. De igual modo, en esta secuela, los actores se muestran sobre actuados y mal dirigidos. No se muestran contenidos en sus actuaciones, lo que llega a crear la sensación de encontrarnos ante actores aficionados (sobre todo el irritable personaje de la chica adolescente interpretado por Adria Arjona).
Visualmente, el abuso de los planos cortos y de un exceso de movimiento de cámara cuando la acción no lo exige hace que sea poco atractiva e incluso molesta. En mi opinión, era necesario un mayor número de planos que permitiesen recrearse en la gran baza de este film: los increíbles efectos especiales acompañados de los de sonido.
— Lo peor: Diálogos e interpretaciones. Los actores no llegan a creerse a unos personajes con los que no se empatiza ni despierta interés alguno.
— Lo mejor: Los efectos audiovisuales y las peleas entre los Jaegers (robots creados por los humanos) y los Kaijus.
La apuesta cinematográfica de la semana que viene:
‘Ready Player One’. La esperada nueva película de Steven Spielberg basada en la novela homónima de Ernest Cline. Un universo futurista y una aventura sin precedentes que nos harán reflexionar sobre la sociedad actual. DIARIO Bahía de Cádiz